Mudarse de un país conocido por su felicidad y bienestar como Dinamarca a una ciudad vibrante y frenética como Nueva York puede parecer un contraste extremo, pero para algunos, la emoción y el dinamismo de la Gran Manzana superan las ventajas de la estabilidad nórdica.
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Tal es el caso de Joanna Davies, una mujer británica de 30 años que en diálogo con Business Insider relató que luego de vivir cuatro años en Dinamarca, decidió trasladarse a Nueva York para continuar su carrera académica en una de las universidades más prestigiosas del mundo.
En 2019 se mudó a Aarhus, la segunda ciudad más grande de Dinamarca, para cursar un doctorado en la Universidad local. Allí, su investigación se centró en la respuesta de los glaciares y el hielo marino ante el cambio climático.
Sin embargo, todo cambió a mediados de su doctorado, cuando asistió a una escuela de verano en Estados Unidos y conoció a un profesor que le ofreció un puesto de postdoctorado en la Universidad de Columbia, en Nueva York. La oferta fue irresistible, y en enero de 2024 se mudó a la ciudad que nunca duerme.
Desde su llegada, Nueva York le demostró ser el lugar más caro en el que jamás había vivido. Los precios de los alquileres, la comida y las compras en el supermercado son notablemente más altos que en Dinamarca.
Por ejemplo, mientras que en Aarhus pagaba aproximadamente 6.400 coronas danesas, unos US$950 mensuales, por un acogedor apartamento de una habitación, en la Gran Manzana está desembolsando US$1.700 al mes por compartir un apartamento de dos habitaciones cerca de Central Park.
Pero Davies reconoce que Nueva York ofrece una energía y un dinamismo que Dinamarca no tiene. "Recuerdo haber visitado la ciudad antes de mudarme y sentirme atraída por su emoción", dijo.
Contrastes entre Dinamarca y Nueva York que la sorprendieron
De acuerdo a lo que relató en Business Insider, uno de los aspectos que más se le hizo evidente desde su mudanza es la diferencia entre los sistemas de bienestar de ambos lugares. En Dinamarca, la atención médica era gratuita y de alta calidad, mientras que en Estados Unidos, incluso con seguro, es común tener que pagar grandes sumas de dinero por los servicios médicos.
En Nueva York también observó una mayor cantidad de personas sin hogar en las calles, una situación rara en Dinamarca gracias a su sólido estado de bienestar. A pesar de estos desafíos, la Gran Manzana también le trajo nuevas oportunidades. Se le hizo más fácil conocer gente y hacer amigos, y la cultura más extrovertida de los neoyorquinos le facilitó su integración. Aunque admite que en el país nórdico la lealtad de las amistades era más fuerte, valora la facilidad con la que ha establecido nuevas relaciones en la ciudad estadounidense.