La llegada a Colombia del canciller de Venezuela, Yvan Gil, es quizás la que mayor ruido generó en el marco de la visita de altos funcionarios a la COP16 que se realiza en Cali. Esto por las serias dudas que hay alrededor del proceso electoral que dio por ganador a Nicolás Maduro el pasado 28 de julio.
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Sin embargo, Gil arribó a la capital del Valle del Cauca y fue recibido por el canciller Luis Gilberto Murillo y su segundo, Jorge Rojas. A pesar de que se limitaron a explicar que la reunión bilateral tuvo como eje central la biodiversidad, ni Gil ni Murillo pudieron escapar a preguntas relacionadas con la crisis política.
Las declaraciones de ambos dejaron ver lo que todavía son posiciones cruzadas. Mientras Gil defendió la victoria del chavismo, el jefe de la diplomacia colombiana reiteró que no se reconocerá un ganador hasta que puedan ver las actas electorales que comprueben un resultado.
"A nosotros nos importa la posición de los venezolanos respecto a Venezuela, que es la posición de avanzar y reelegir a Nicolás Maduro. Hoy se cumplen tres meses de esa fabulosa elección", dijo Gil.
Y estas fueron las palabras de Murillo: "Nosotros mantenemos la misma posición de que no hemos reconocido la legitimidad de las elecciones hasta que se presenten las actas de votación".
Colombia mantiene su idea de que una posible salida a la crisis sería el establecimiento de un gobierno de cohabitación, en el que oficialismo y oposición se turnen el poder cada tres años hasta el 2031.
La propuesta, sin embargo, no ha tenido un recibimiento positivo en ninguno de los dos sectores. Y ahora se suman las implicaciones de la tensión de Venezuela con Brasil, quien asegura haber perdido la confianza en el régimen.
JUAN PABLO PENAGOS RAMÍREZ
Periodista de Política