Tras sobrevivir al exterminio nazi y ante una sensación de no futuro en Europa, muchos judíos optaron por empezar su vida en la tierra prometida que representaba Israel. El país se conformó como Estado el 14 de mayo de 1948, luego de que las Naciones Unidas aprobaron la división del Mandato de Palestina, a cargo de los británicos, en una nación judía y otra árabe.
Ochenta años después de la liberación de Auschwitz, aún hay testigos del horror que siguen con vida y recuerdan su historia.
El israelí Naftali Fürst, sobreviviente del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, tardó años en poder hablar de lo que experimentó. Hoy es un convencido de la necesidad de compartir su testimonio, especialmente por lo que vivió su familia durante el 7 de octubre de 2023, cuando Hamás atacó el sur de Israel, donde vivía su nieta.
“Si olvidamos nuestra historia, nos arriesgamos a ver cómo se repite”, advierte este hombre de 92 años, en un tiempo en el que ha aumentado el antisemitismo en buena parte del mundo. Esto se atribuye, especialmente, a la contraofensiva israelí contra Hamás, que se ensañó sobre la población civil de Gaza, en Palestina. Desde el 7 de octubre de 2023 a la fecha, han muerto más de 44.000 palestinos. El ataque del grupo islamista hace más de un año dejó un saldo de 1.100 personas asesinadas, 8.730 heridas y más de 240 secuestradas.
El mundo está en vilo por el acuerdo entre Israel y Hamás. Las expectativas están sobre la negociación que se dará en el futuro de la posibilidad de dos Estados y la reconstrucción de Palestina.
En ese contexto, los sobrevivientes que se radicaron en Israel e hicieron su vida y formaron familia allá hablan de su historia, sus dolores, sus inquietudes y de su resiliencia.
Naftali Fürst
Fürst tenía apenas 10 años cuando fue llevado con su familia a un campo de concentración, para acabar en Auschwitz en 1944, donde fue separado de sus padres. Con la inminente llegada de los soldados soviéticos, los nazis obligaron a los prisioneros a caminar de Alemania a Austria, en medio del crudo invierno, en lo que se llamó las ‘marchas de la muerte’.
“Vimos a mucha gente caer de un lado. Y los que no podían seguir el ritmo eran asesinados in situ. En momentos así, sobrevivir significa luchar para no quedar atrás”.
Cuando el campo de Buchenwald, al que llegó en Alemania, fue liberado por soldados estadounidenses, Fürst tenía 12 años. Tardó 60 en compartir su historia. Y, desde que tuvo la valentía de hacerlo, este hombre que se ganó la vida como profesor no ha parado de contar lo que le pasó.
“Muchos de los que vivieron estos horrores ya no están para contar sus historias. Y considero que es mi responsabilidad dar testimonio. Tengo miedo de que en 50 o 100 años, el Holocausto se convierta en una simple página de la historia”.
Tengo miedo de que en 50 o 100 años, el Holocausto se convierta en una simple página de la historia
Naftali FürstSobreviviente del Holocausto
Fürst volvió a sentir el horror el 7 de octubre de 2023, cuando el grupo islamista Hamás atacó al sur de Israel, donde vivía su nieta Mika con su familia y miles de personas fueron asesinadas, heridas o secuestradas. Por fortuna, sobrevivieron. “Ella, su marido y su hijo son supervivientes como yo”, sentencia este hombre de 92 años, que nunca pensó que algún día pronunciaría esa frase. “Lo que vivieron es horrible e inimaginable, pero no es la Shoah (holocausto en hebreo)”, agrega.
Mirjam Bolle
A sus 107 años, es una de las sobrevivientes de más edad. Secretaria del Consejo Judío de Ámsterdam, organismo creado y utilizado por los nazis para controlar la comunidad durante la guerra, Bolle fue testigo de la deportación de los judíos de los Países Bajos hasta que le tocó a ella en 1943. Fue enviada al campo de tránsito de Westerbork y luego a Bergen Belsen, en Alemania. Tenía 26 años.
Con su familia y un grupo de deportados, fue liberada gracias a un intercambio de prisioneros alemanes con el Mandato de Palestina, en custodia de los británicos. En julio de 1944, después de cruzar Europa en tren, llegó a Israel, donde se reunió con su prometido Léo, quien había emigrado antes de la guerra. Se casaron y tuvieron tres hijos.
Hoy le preocupa el aumento del antisemitismo en Europa. “Creo que el futuro para los judíos en Europa es incierto. Me alegra estar en Israel porque es el lugar más seguro para nosotros, a pesar de las dificultades actuales”.
Dan Hadani
Fue deportado del gueto de Lodz, en 1944, a Auschwitz. Allí fue separado de su madre, que fue asesinada, y de su hermana, que falleció durante el exterminio del campo de mujeres.
Sobrevivió a la ‘marcha de la muerte’ antes de ser liberado por los soldados estadounidenses en el campo de Wobbelin, en Alemania.
De regreso a Polonia, descubrió que ya no le quedaba familia, por lo que decidió migrar a Israel, tras su creación como Estado. “Al día siguiente de mi aterrizaje, me alisté de inmediato en el ejército y me convertí en oficial de artillería. Era la guerra de independencia”. Luego se dedicó al fotoperiodismo.
A las futuras generaciones les ha dejado sus dos millones de fotos que documentan la historia de Israel en una colección de la Biblioteca Nacional, como un legado de la resiliencia de su nación y su pueblo.
Michael Blum
AFP
Jerusalén