Cada 11 de abril se conmemora el Día Mundial del Parkinson, una fecha dedicada a compartir información sobre esta condición del sistema nervioso que interfiere en la movilidad corporal.
La iniciativa busca promover el conocimiento sobre los signos iniciales de la enfermedad, con el objetivo de facilitar su identificación temprana y ofrecer un tratamiento más adecuado desde las primeras etapas.
La OMS estableció el 11 de abril en honor a James Parkinson, nacido en 1755.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) instauró esta conmemoración en 1997 para recordar el nacimiento de James Parkinson, médico británico que describió el cuadro clínico en 1817.
En su obra An Essay on the Shaking Palsy, identificó una serie de manifestaciones que, con el tiempo, fueron reconocidas como parte del cuadro de esta enfermedad. Décadas más tarde, en 1860, el neurólogo Jean Martin Charcot profundizó en estos estudios y estableció el nombre “Mal de Parkinson” para referirse a este trastorno.
El 70% de los casos se diagnostica en personas mayores de 65 años.
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Una condición neurológica que evoluciona con el tiempo
Según la OMS, el Parkinson es “una enfermedad degenerativa, progresiva y crónica” que se origina por un deterioro de ciertas neuronas cerebrales. Este daño impide la producción de dopamina, sustancia que participa en el control del movimiento. Como consecuencia, las personas afectadas presentan dificultades al realizar tareas físicas comunes, las cuales pueden agravarse con el tiempo.
Este trastorno afecta principalmente el control muscular y puede reducir de manera progresiva la autonomía. Entre las complicaciones más frecuentes se encuentran la rigidez, la pérdida de coordinación y problemas de movilidad.
La Asociación Parkinson Madrid señala que 10 millones de personas viven con esta condición. De ese total, el 70 % son mayores de 65 años, aunque el 30 % restante corresponde a personas menores de 50, lo que evidencia que la edad avanzada no es el único factor asociado.
Manifestaciones tempranas a tener en cuenta
Uno de los principales retos del Parkinson es su detección en los primeros momentos, cuando los síntomas pueden ser sutiles o confundirse con otras afecciones. No obstante, existen señales iniciales que pueden servir como alerta para consultar con un especialista:
- Alteraciones en la movilidad.
- Dificultad para relajar brazos o piernas.
- Temblor leve en labios, mentón, dedos o manos.
- Ausencia de expresiones faciales.
- Postura encorvada.
- Escritura con trazos más pequeños de lo habitual.
- Cambios en el sentido del olfato.
- Estreñimiento frecuente.
- Sensación de vértigo al ponerse de pie.
- Trastornos del sueño causados por movimientos involuntarios.
La rigidez muscular limita la autonomía a medida que avanza la enfermedad.
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Cuando la enfermedad progresa, suelen presentarse manifestaciones más notorias y persistentes, tales como:
- Temblor constante.
- Lentitud involuntaria al moverse, conocida como bradicinesia.
- Contracción muscular continua.
- Dolor en distintas partes del cuerpo.
- Pérdida de estabilidad, mareo o desorientación.
- Problemas para caminar.
- Dificultad para alargar los pasos.
- Disminución de los reflejos corporales.
Identificar estos indicios en etapas tempranas puede contribuir a una mejor respuesta médica y un mayor acompañamiento para quienes desarrollan esta condición. Como señala la OMS, el objetivo de esta jornada es fomentar el reconocimiento del Parkinson desde sus primeros signos, ya que “una detección temprana mejora la calidad de vida del paciente”.
¿Qué es el Parkinson? | EL TIEMPO
La Nación (Argentina) / GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación, y contó con la revisión de un periodista y un editor.