Los nuevos detalles que revelaron sobre el asesinato del padre Darío Valencia en Pereira

Desde el pasado viernes circularon varias versiones sobre el hallazgo de los restos del padre Darío Valencia Uribe, esto después de que se conociera que el capturado por el caso, Julián Eduardo Cifuentes Gómez, confesara que lo había asesinado de cuatro disparos al interior del vehículo cuando estaban en una calle de la ciudad de Pereira el mismo día de su desaparición.

Este miércoles, el Obispo de Pereira, monseñor Rigoberto Corredor Bermúdez, corroboró que los restos hallados en zona boscosa de Belalcázar, departamento de Caldas, sí eran del presbítero. Enfatizó en que los identificaron porque hallaron la correa, el jean y los zapatos que portaba ese día el religioso.

“Luego de lanzarlo por un abismo, el cadáver del padre rodó unos 35 metros en un lugar de muy difícil acceso. De ahí que la búsqueda tardara desde el lunes hasta el pasado viernes el lunes. 10 personas participaron en la búsqueda, pero fue un canino quien después descendió y se sentó cerca a los restos óseos. Poco a poco los hallaron todos, pero ya no quedaba más que los huesos”, dijo el Obispo.

Monseñor afirmó, igualmente que al momento no se conocen los motivos del confeso asesino para cometer el hecho. Según dijo, durante todo el procedimiento legal, se negó a decirlo. Inclusive, mencionó que solo confesó el crimen luego de leer cartas de su familia.

“Por todos estos meses el señor Cifuentes se negó a decir cualquier cosa y usó su derecho al silencio, pero el fiscal colombiano le entregó las cartas de la familia, de su hermana, su mamá, su papá y su hijo al señor Cifuentes y, después de leerlas en su intimidad, quiso hablar. Sin embargo, fue enfático en que no quería decir el motivo. Creemos que tiene que ver con temas económicos, pero no tenemos más detalles”, precisó monseñor Corredor.

El Obispo lamentó profundamente el desenlace de este caso, sin embargo, afirmó que ahora la familia del sacerdote siente un poco de alivio. “Terminó la incertidumbre porque ahora sabemos que están los restos y están en custodia de las autoridades. Solo nos resta agradecer a las instituciones y personas que colaboraron en la búsqueda intensa del padre”.

Terminan cinco meses de incertidumbre

El padre Darío Valencia Uribe, quien tenía 59 años, desapareció el pasado 25 de abril después de desayunar con su madre en una cafetería cerca de la parroquia donde prestaba sus servicios.

Temprano salió en su vehículo particular en compañía de Julián Eduardo Cifuentes Gómez, quien era cercano al religioso desde varios años atrás y quien le tendría cliente para su carro, una camioneta Toyota que fue hallada después abandonada en una estación de gasolina.

Tras la desaparición del sacerdote, las autoridades le siguieron la huella a Cifuentes, con quien fue visto con vida la última vez. Fue allí cuando se conoció que este había huido a Europa; tras acciones derivadas de un circular azul de la Interpol, el 30 de abril fue capturado en el aeropuerto Charles de Gaulle, en París, Francia. Luego de acciones diplomáticas fue emitida la circular roja con la que pudieron llevarlo a prisión, donde estuvo los últimos meses.

El hallazgo de los restos fue posible luego de que el hombre confesara el delito en medio de un interrogatorio que realizaron a inicios de septiembre un fiscal especializado y un agente del Gaula de la Policía en el lugar donde se encontraba recluido en Francia. Después de dos días de entrevista, el hombre confesó que asesinó al padre con cuatro disparos y que, posteriormente, arrojó su cuerpo a una zona boscosa.

El Obispo, monseñor Rigoberto Corredor, afirmó que las autoridades le mantuvieron informado sobre los avances de la investigación. Mencionó que el proceso se alargó por el desarrollo de los Juegos Olímpicos, dado todo el aparato policial estaba volcado a estas justas.

Así mismo, contó que conocieron todos los videos del recorrido de la camioneta desde que salieron de la parroquia, inclusive de uno en el que la camioneta cruza por la zona de Acapulco.

“Ahí se ve cuando el señor Cifuentes para para echarle más gasolina al carro y con la ventana un poco abierta se ve el padre dentro. También vimos el video donde se conoce la manera extraña como llevó el carro al parqueadero y entregó objetos sagrados del padre a personas que estaban allá”, afirmó Monseñor Corredor.

Ahora, tanto la Diócesis de Pereira, como los familiares del padre Darío Valencia, están a la espera de que Medicina Legal les haga entrega de los restos para hacer las honras fúnebres y cristianas y poder así proceder con la sepultura.

El llamado final de Monseñor fue a la mesura y el respeto por la familia del confeso asesino. “Le pido a todos los fieles que respetemos a la familia del señor Cifuentes, ellos no deben pagar por lo que él hizo”, agregó.

Desde el pasado viernes circularon varias versiones sobre el hallazgo de los restos del padre Darío Valencia Uribe, esto después de que se conociera que el capturado por el caso, Julián Eduardo Cifuentes Gómez, confesara que lo había asesinado de cuatro disparos al interior del vehículo cuando estaban en una calle de la ciudad de Pereira el mismo día de su desaparición.