Las presiones inflacionarias siguieron cediendo en el 2024 y el Índice de Precios al Consumidor (IPC) cerró el año con una variación de 5,20 por ciento, lo que representa una caída de 4,08 puntos frente a lo registrado en el 2023 (9,28 por ciento) y de 7,92 puntos respecto al dato del 2022 (13,12 por ciento).
Tras dos años con inflaciones elevadas poscovid, el alza de precios empezó a dar un respiro a los consumidores, en un contexto en el que la actividad económica se fue recuperado de manera paulatina y el mercado laboral se mantuvo estable —el crecimiento del tercer trimestre del 2024 se ubicó en 2,0 por ciento anual y la tasa de desempleo de noviembre fue de 8,2 por ciento—. Sin embargo, Colombia sigue siendo el sexto país con la inflación más alta de América Latina.
Piedad Urdinola, directora del Dane, recorre Corabastos. Foto:MAURICIO MORENO. EL TIEMPO
El reto hacia adelante es que la inflación siga retrocediendo y logre poco a poco llegar a la meta de 3 por ciento del Banco de la República, algo para lo que los expertos ya advierten que habrá nuevos riesgos tanto de origen externo como interno en este 2025.
“El escenario macroeconómico para el 2025 será retador, lo cual requiere especial cautela en el diseño de las políticas monetaria y fiscal, así como una coordinación efectiva entre ambas”, se puede leer en las minutas de la última reunión de la Junta Directiva del Emisor.
De momento, el equipo técnico del Emisor pronostica que la inflación seguirá cediendo de una forma más lenta que lo previsto debido principalmente a presiones alcistas sobre la tasa de cambio y su traspaso a los precios.
Adicional a ello, dicen que los progresos futuros en el descenso de la inflación total dependerán en buena medida de la evolución de los precios de los servicios que tienden a ser los más indexados a la inflación pasada y cuya reducción ha sido hasta ahora considerablemente más lenta que la de bienes.
“Las medidas que contribuyan a despejar la incertidumbre sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas redundarían en una disminución de las primas de riesgo y en las presiones a la depreciación del peso”, señalan en las minutas.
Otro aspecto que también podría presionar los precios sería el incremento de 9,53 por ciento para el salario mínimo que decretó el Gobierno ante la falta de acuerdo entre los empresarios y los sindicatos. Así lo asegura tanto la Junta del Emisor como el banco estadounidense JP Morgan en un informe en el que dice que el alza estuvo por encima de sus expectativas.
“La administración anunció un aumento del salario mínimo que superó nuestras expectativas. Dada la indexación de algunos servicios, la decisión aumenta de manera mecánica la inflación”, dijo la entidad en un informe.
La inflación cerró el 2024 en 5,20 por ciento. Foto:Jaiver Nieto
Para María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara Colombo Americana (AmCham Colombia), la tendencia a la baja de la inflación es positiva para que los hogares puedan mantener su poder adquisitivo de los hogares. No obstante, dice que es fundamental sostener esta trayectoria en este 2025.
“Factores como la posible devaluación del peso, fenómenos climáticos, el precio de los combustibles y el alza del mínimo podrían ejercer presión inflacionaria. El año debe estar acompañado de mensajes claros y acciones que generen confianza, impulsen la inversión y reactiven la economía”, manifestó.
Todo ello, según el Banco de la República, reduce el margen de maniobra para mantener el ritmo de recortes de la tasa de interés. Hay que recordar que el Emisor le puso fin en diciembre del 2023 al ciclo de subida de tipos para controlar la inflación. La tasa ha pasado del 13,25 por ciento de ese momento al 9,5 por ciento de la reunión de diciembre. Sin embargo, hay quienes desearían que la reducción se dé más rápido, como el presidente Gustavo Petro. “La reducción de 0,25 puntos es una decisión política. Busca que la economía no crezca”, aseveró tras la última junta.
De momento, el Emisor asegura que los factores de riesgo anteriormente nombrados exigen mantener especial cautela en los recortes de la tasa para poder preservar la convergencia de la inflación hacia la meta, entre otras porque ello ayudaría a mitigar las presiones hacia la devaluación de la tasa de cambio, lo cual no solo contribuye a contener la inflación, sino que brinda un alivio a la deuda externa del Gobierno.
El centro de pensamiento Fedesarrollo espera que la inflación se ubique este año en 4,02 por ciento y que converja al 3 por ciento solo hasta el 2028. Además, pronostica que la tasa de interés quede en 6,75 por ciento en diciembre.
Arriendos subirán como máximo un 5,20 %
Lo máximo que podrán subir los cánones de arrendamiento de vivienda urbana es 5,20 por ciento, de acuerdo con el dato de inflación del 2024 que reveló el Dane.
“Más de 27 billones de pesos son generados por arriendos de inmuebles de uso residencial. Esto se traduce en que el 40,3 por ciento de los hogares vive en arriendo, mientras que el 39 por ciento de ellos son propietarios”, explicó Mario Ramírez, presidente de Fedelonjas.
Arriendos solo podrán subir un 5,20 por ciento. Foto:Google Maps - datawrapper
Hay que recordar que los arrendamientos no se deben incrementar de manera automática sino cuando el contrato cumpla los 12 meses de haberse firmado, es decir, si usted entró al apartamento en abril el alza se materializaría hasta esa fecha. Adicional a ello, siempre debe ser con previa comunicación por escrito o con notificación personal.
Además, en el caso en que el arrendador incremente el canon por encima de lo establecido en la ley, el arrendatario podrá exigir la terminación del contrato sin estar sujeto al cobro de sanciones económicas.
También hay que saber que este reajuste no aplica para contratos de vivienda firmados antes del 2003 o de alquiler de inmuebles para uso comercial. En usos como locales, bodegas, consultorios y oficinas, entre otros, tanto el valor como el incremento deberán acordarse entre las partes o de acuerdo al contrato.