Liberación de rehenes y retorno de desplazados: así se vivió primer día de tregua entre Israel y Hamás tras 15 meses de guerra en Gaza

Casi tres horas después de la estipulada y entre temores de que había caído, este domingo comenzó la tregua de 42 días entre Israel y Hamás. El acuerdo representa un respiro a los 15 meses de fuego cruzado y bombardeos incesantes que desolaron casi por completo a Gaza, hoy ocupada por poco menos del 10 por ciento de la población palestina que anteriormente vivía en el enclave, según estima Human Rights Watch.

A pesar de los horrores de la guerra, este domingo las balas fueron opacadas por cánticos y abrazos mientras miles de personas esperaban la primera liberación de rehenes, en la plaza Saraya, ahora bautizada plaza de los rehenes. 

Allí, familiares y simpatizantes de las víctimas secuestradas por Hamás en la violenta incursión del 7 de octubre de 2023 esperaron por horas hasta que el grupo palestino arribó para entregar a tres de los 33 rehenes que dejarán en libertad a cambio de 1.900 presos palestinos por parte de Israel.

Las rehenes liberadas por Hamás estuvieron 471 días secuestradas

La escena fue, a grandes rasgos, caótica y emotiva. Los milicianos de Hamás, armados y encapuchados con sus cintas verdes en la cabeza, se vieron obligados a contener la multitud frente al convoy de la Cruz Roja. Muchos de los presentes corearon “Dios es el más grande” en árabe.

Los combatientes del movimiento islamista trataron inicialmente de mantener al público alejado de los vehículos de la Cruz Roja. Pero cuando otro convoy de vehículos blancos llegó a la plaza con las tres mujeres rehenes, la multitud de varios miles de personas se lanzó a rodearlas.

Las tres mujeres que conocieron la libertad tras 471 días en cautividad son Emily Damari, de 28 años; Romi Gonen, de 24, y Doron Steinbrecher, de 31.

La multitud ondeó banderas palestinas y de Hamás mientras vitoreaba y silbaba. Algunos se aferraron a las grandes vallas publicitarias para ver la liberación.

Las tres jóvenes israelíes salieron de una furgoneta blanca y, con una sonrisa en el rostro y en aparente buen estado de salud, aunque visiblemente más delgadas y pálidas, se dirigieron a los vehículos de la Cruz Roja, que las llevaron hasta las fuerzas israelíes apostadas en el territorio.

Mucho después de que se hubieran marchado, la multitud siguió celebrando frente a edificios dañados.

Del otro lado de la frontera, en una base militar en Reim, sus madres las esperaban, mientras en los alrededores del recinto militar una treintena de personas se reunieron para recibir el convoy con pancartas y banderas.

“Si bien la pesadilla de Emily en Gaza ha terminado, para muchas otras familias la espera imposible continúa”, dijo Mandyu Damari, madre de Emily, quien presenta dos dedos amputados a consecuencia del secuestro.

Según esta madre, “hasta el último rehén debe ser liberado y se debe brindar ayuda humanitaria a los rehenes que aún esperan volver a casa”.

Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, denunció el “infierno” por el que tuvieron que pasar las mujeres. “Lo sé, todos lo sabemos, han pasado por un infierno. Están saliendo de la oscuridad hacia la luz, de la esclavitud hacia la libertad”, dijo.

Horas después de la liberación por parte de Hamás, el Estado hebreo anunció la excarcelación de 90 presos palestinos.

Más de 300 camiones de ayuda humanitaria buscan llegar al norte de Gaza, la zona más afectada

Mientras que, en la frontera sur de la Franja, al menos 330 camiones de ayuda humanitaria entraron desde Egipto, informaron medios egipcios. “Trescientos treinta camiones de ayuda entraron en los cruces de Kerem Shalom y Al Auya, incluidos 20 camiones de combustible”, indicó el canal Al Qahera News, cercano a la Inteligencia egipcia.

La mayoría de los camiones de ayuda están cargados con alimentos no perecederos como arroz, legumbres, pasta y aceite, además de bidones con agua, enseres como mantas y edredones, material sanitario y combustible.

Estos son los primeros camiones de ayuda que pasan de Rafah tras hacerse efectivo el acuerdo de alto el fuego, el cual estipula que unos 600 camiones con ayuda serán ingresados a diario a Gaza; de ellos, 50 con combustible. La mitad de esos camiones llegarán, según se estipula, al norte de Gaza, la zona más afectada.

Sin embargo, la esperanza de la libertad y el regreso de la ayuda humanitaria contrasta con la imagen de una Gaza en ruinas. Cientos de desplazados aprovecharon el cese de hostilidades y emprendieron el camino de regreso a sus casas, o lo que queda de estas.

Tras más de un año de guerra y una ofensiva israelí que deja casi 47.000 muertos, los desplazados pasaron por paisajes desoladores, montículos de hormigón pulverizado y edificios en ruinas. “Vinimos aquí a las 6 de la mañana y nos encontramos con una destrucción masiva, nunca vista”, describió Walid Abu Jiab. “No queda nada en el norte por lo que merezca la pena vivir”, añadió.

La reconstrucción del enclave tardará unos 15 años y 50.000 dólares, estima la ONU.

* Con información de AFP y Efe