Trabajar menos horas por semana es una realidad que muchos latinos en Islandia disfrutan hoy en día, gracias a un modelo laboral que prioriza el equilibrio entre la vida personal y profesional.
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Pietro Pirani, un brasileño que reside en el país desde hace dos años, describe su experiencia como transformadora. “En Brasil veía pasar la vida entre semana y el fin de semana tenía que elegir entre descansar o hacer algo. Aquí podemos hacer cosas incluso entre semana, después del trabajo. Dejé de ver pasar la vida”, asegura a 'G1'.
En su agencia de publicidad, Pietro comienza a trabajar a las 9:30 de la mañana y termina su jornada a las 4: 30 p. m.. “Se acabó por hoy”, bromea. Este horario es posible porque, en Islandia, la mayoría de las personas trabaja un máximo de 36 horas semanales, un modelo regulado a través de acuerdos colectivos con los sindicatos.
Esto permite opciones como jornadas más cortas los viernes, distribuciones diarias de 7 horas y 12 minutos, o incluso un día libre cada dos semanas, según explica el Ministerio de Asuntos Sociales y Trabajo.
El impacto de reducir las horas de trabajo
Este modelo comenzó en 2015 como parte de un experimento con empleados del gobierno islandés y del ayuntamiento de Reikiavik. El objetivo era analizar si trabajar menos horas sin disminuir el salario podía mejorar la productividad en un país que, en ese momento, mostraba índices inferiores a los de sus vecinos nórdicos.
Miriam Guerra Massom, otra brasileña que lleva 21 años en Islandia, participó en la prueba mientras trabajaba en el Departamento de Inmigración. “El servicio ha disminuido de 40 a 36 horas semanales. El viernes el servicio público comenzó a cerrar temprano. Pero en otros sectores no era algo programado, decidimos antes cuándo íbamos a salir, sólo había que avisarles con antelación”, recuerda.
Los resultados fueron calificados como un “éxito rotundo” por el instituto The Autonomy, que en 2021 destacó que la productividad se mantuvo igual o mejoró, mientras que el bienestar de los trabajadores aumentó gracias a una notable reducción del estrés. Esto inspiró a sindicatos del sector privado a negociar acuerdos similares, beneficiando al 86 por ciento de los empleados en el país.
Sin embargo, no todos los sectores han podido adaptarse por completo. Según datos de la Universidad de Islandia, entre 2021 y 2022, el 36 por ciento de los empleados aún trabajaban más de 41 horas por semana, principalmente en áreas como la hostelería, la pesca y la agricultura. A pesar de estos desafíos, el impacto positivo es innegable: la productividad ha crecido un 1,5 por ciento anual durante los últimos cinco años, el nivel más alto entre los países nórdicos, según la Comisión de Estadísticas del Mercado Laboral.
Más tiempo para la familia y la vida personal
Para Pietro, este esquema laboral le ha permitido disfrutar más de su esposa y su hijo pequeño. Además de su trabajo en publicidad, obtiene ingresos adicionales como fotógrafo, especializándose en capturar auroras boreales. También destaca las prioridades diferentes en su ambiente laboral. “Sabemos que el mundo no se acabará si no lanzamos la campaña ese día. En Brasil el cliente siempre tiene la razón, pero aquí no siempre. La agencia sabe que puede decir 'no' porque tiene toda una cultura”.
Miriam, quien trabaja actualmente en el Consejo de Protección de Niños y Jóvenes de Reikiavik, resalta la equidad de género en Islandia. “Aquí no existe ese problema porque el permiso de paternidad es el mismo”, comenta al comparar con experiencias de amigas en Brasil, donde la maternidad podía ser vista como un obstáculo.
Ambos coinciden en que, aunque Islandia ofrece horarios flexibles y salarios competitivos, el costo de vida es elevado. “A menudo decimos que es necesario tener dos personas trabajando en casa para vivir bien”, concluye Pietro.
Islandia demuestra que un modelo laboral centrado en menos horas no solo mejora la calidad de vida, sino que también fortalece la productividad y la economía. Para estos latinos, la reducción de la jornada no es solo una ventaja laboral, sino una forma de vivir más plenamente.
JÚLIA NUNES
O Globo (Brasil) / GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de O Globo, y contó con la revisión de un periodista y un editor.