Las secuelas que le deja a Colombia una mala relación con Estados Unidos, su mayor socio comercial

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El susto que vivió el país el domingo de la semana anterior por cuenta de la crisis diplomática con Estados Unidos, luego de que el presidente Gustavo Petro se negara a recibir dos vuelos provenientes de esa nación con más de un centenar de colombianos deportados, más allá del cruce de mensajes a través de redes sociales entre ambos mandatarios (Donald Trump y Gustavo Petro), puso en evidencia el enorme costo económico y político que una situación de esa naturaleza, de no haberse conjurado a tiempo, habría tenido para Colombia.  

Si bien esas primeras medidas, que incluían aranceles a las exportaciones colombianas hacia Estados Unidos de hasta de 50 por ciento, la suspensión del visado a funcionarios del Gobierno colombiano y de más ciudadanos, así como sanciones financieras y bancarias, entre otras, lograron revertirse, no puede desconocerse que ese impase dejó secuelas innecesarias para el país y sus ciudadanos.

Algunos exportadores consultados indicaron que los controles en las aduanas estadounidenses se han intensificado en la última semana ocasionándoles demoras y mayores costos en los trámites; mientras cientos de ciudadanos con viajes de vacaciones, negocios y estudios programados con anterioridad se han quejado por el trato recibido en los controles migratorios de los aeropuertos de Estados Unidos.

Lo anterior, sin contar con que la expedición de visas en la embajada estadounidense en Colombia estuvo suspendida entre lunes y jueves de la presente semana, lo que causó un golpe al bolsillo de miles de colombianos que se desplazaron desde distintas regiones hasta Bogotá para cumplir con la cita que tenían programada, incluso, desde hacia dos años para aplicar a una visa de esa nación.

"La relación de Estados Unidos y Colombia es absolutamente fundamental para nuestra sociedad", señaló Bruce Mac Master, presidente de la Andi a propósito de la crisis surgida. Recalcó el hecho de que no solo se trata de su principal socio comercial, sino de la principal fuente de materias primas, investigación, financiación, intercambio cultural y educativo, y el destino del 25 por ciento de las exportaciones colombianas, razones de más para que dichas relaciones "se traten con gran responsabilidad, entendiendo que sí se debilitan o se deterioran los más afectados serán los trabajadores colombianos", dijo. 

Incertidumbre y desconfianza

Aunque la 'pelea' del gobierno colombianos con su principal socio comercial no llegó a mayores instancias, esa situación, que la mayoría de empresarios calificaron como de innecesaria, le dejó al país un daño que tardará un buen tiempo en repararse: incertidumbre y desconfianza.

María Claudia Lacouture, presidenta de AmCham, advierte que "en el comercio, compradores en Estados Unidos comienzan a dudar de Colombia como socio confiable para mantener cadenas de suministro estables, lo que ya afecta sectores como el textil, que comienza a reconsiderar pedidos para la temporada 2026. En turismo, algunos eventos han sido trasladados a otros países".

Los principales destinos de los productos exportados desde Antioquia, en 2023, fueron EE. UU., Italia, Ecuador e India.

Estados Unidos es, de lejos, el principal socio comercial de Colombia. Foto:CORTESIA SOCIEDAD PORTUARIA DE

En igual sentido se pronunció Bruce Mac Master, presidente de la  Andi, para quien esa crisis, además, se traduce en un entorno desfavorable para el comercio exterior, el crecimiento y la inversión entre estos dos fuertes socios comerciales.

"Algunos empresarios con quienes he tenido contacto me han señalado más temores por la incertidumbre generada, ante la posibilidad de que en un futuro se impongan aranceles, más que por las revisiones intensivas que pueden estar sufriendo nuestras cargas", dijo por su parte, Javier Díaz, presidente de Analdex.

Susto financiero

El presidente Donald Trump estaba decidido a llegar hasta donde fuera posible para ‘castigar’ la negativa del Gobierno colombiano de recibir a los nacionales deportados y prueba de ello eran las sanciones anunciadas al amparo de la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (Leepa), las cuales impactaban directo a las entidades financieras, incluso apuntaban a bloquear las operaciones financieras que cualquier colombiano hiciera con sus tarjetas de crédito.

Bancos en Colombia.

De haber prosperado las sanciones al sistema financiero, la economía colombiana se hubiera podido derrumbar, dicen empresarios. Foto:EL TIEMPO / Cortesía

Augusto Solano, presidente de Asocolflores, dijo que los empresarios que representa vivieron horas de mucha zozobra, pues la tensión entre los dos gobierno se dio justo en una de las temporadas de mayor demanda, la celebración del día de San Valentín (14 de febrero). 

Pero Solano llamó la atención no solo por el impacto en los sectores cafetero, avícola, porcícola y del aguacate, sino por los efectos en la banca, un renglón, que en su opinión, es transversal a toda la economía. "Sin un sector financiero fuerte, eficiente y que pueda funcionar, la economía se derrumba: A nosotros nos hubiera golpeado fuerte por la temporada, pero el tema financiero era muy complejo y hubiera sido devastador", puntualizó.

Relación comercial débil

Colombia estuvo a punto de perder la posibilidad de vender en el mercado estadounidense 6.500 toneladas de aguacate hass, las cuales estaban dirigidas solo a atender la demanda de esta fruta que se consume durante la realización del Super Bowl, uno de los certámenes deportivos más emblemáticos y tradicionales de ese país.

En Corpoica trabajan, además, para contrarrestar placas en cultivos de aguacate Hass.

El aguacate hass es considerada la cuarta agroindustria más importante para el país. Foto:Página web de Corpoica

A los productores colombianos de aguacate hass les ha tomado una década abrirse espacio allí. En 2023 despegó el negocio de las exportaciones y EE. UU. representó el 11 por ciento de las ventas externas, cuenta Katheryn Mejía Vergel, presidenta de Corpohass. El año pasado vendieron 40.000 toneladas, el 25 por ciento de las exportaciones totales (165.000 toneladas) y este año apuntan a elevar ese porcentaje al 40 por ciento, si se logra disipar del todo las tensiones comerciales entre los dos países.  

Y es que a raíz de esa situación, los empresarios se han encontrado estos días con un aumento en las inspecciones en los puertos, pues si bien antes se hacían de forma aleatoria, hoy todos los contenedores tienen que pasar por el escáner, lo que genera mayores demoras y más permanencia de la carga en puerto, lo eleva los costos logísticos.

"Hay una tensa calma luego de esa crisis y en el ambiente de los empresarios queda la sensación de fragilidad en la relación comercial con ese importante socio y eso genera gran preocupación", advierte la vocera gremial.

Mayor riesgo a ser sancionados

Si algo quedó claro en el sector empresarial colombiano por estos días es que el riesgo a ser sancionados por EE. UU. aumentó y que la probabilidad de que una situación similar o peor a la registrada el domingo anterior puede darse en cualquier momento, en la medida en que las tensiones ente ambos Gobierno apenas inician.

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Filas en la Embajada de EE.UU., de colombianos que acudieron a la cita para obtener su visa. Foto:Milton Díaz / EL TIEMPO

"Terminamos en un escenario en el cual hay la fuerte sensación de que en cualquier momento puede haber una situación en la que las relaciones caigan en un modo más complejo. Esto por supuesto para todo el funcionamiento de la economía es bastante grave", señala Bruce Mac Master, presidente de la Andi.

Algo en lo que coincide María Claudia Lacouture, presidente de AmCham, para quien "las tensiones entre Colombia y Estados Unidos apenas comienzan y el riesgo de una nueva crisis sigue latente", y agrega, que la estabilidad de esa relación seguirá enfrentando desafíos, pues lo ocurrido es solo un precedente de las tensiones que vendrán hacia adelante.

Mientras, se mantendrán las dificultades en trámites, como la expedición de visas y el transito normal de pasajeros, lo cual puede golpear el turismo. Habrá también una inspección más minuciosa y menos fluida, en aduanas, de los productos colombianos y la suspensión transitoria de recursos de cooperación internacional, lo que afectará los proyectos en curso de índole social, de seguridad y económicos de gran impacto, dicen los empresarios.

Diálogo abierto, una salida

Siempre se ha dicho que las crisis no solo dejan lecciones sino también soluciones. La registrada entre Colombia y EE. UU. unos días atrás no es la excepción. Uno de esos aprendizajes, según los empresarios, es que "las relaciones diplomáticas comerciales deben ser materia de gran responsabilidad, seriedad, sensatez y corduras", en la medida que afectan a millones de trabajadores, emprendedores y familias involucradas en la actividad productiva de un país.

Por eso desde la Andi, hacen un llamado a la cordura y la responsabilidad, a que las decisiones y relaciones internacionales sean meticulosas y consensuadas, a través de todos los canales disponibles. 

Entre los empresarios hay consenso en que se debe mantener las puertas abiertas al diálogo, como un primer paso en la búsqueda de soluciones cuando surjan tensiones y por esta vía agotar todas las opciones y evitar acciones que afecten a las partes.

"Solo con estrategia, una ruta clara y una coordinación efectiva podremos garantizar que esta alianza siga siendo beneficiosa para ambos países. Desde AmCham Colombia, seguimos impulsando este diálogo con pragmatismo y visión de largo plazo", dice su presidenta María Claudia Lacouture, para quien es crucial prepararnos para los próximos desafíos, como la evaluación de la política antidrogas y la revisión de temas sensibles en la agenda bilateral que, de no manejarse con prudencia y estrategia, podrían generar nuevas fricciones. 

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