Diversos medios de comunicación confirmaron esta semana que el republicano Marco Rubio, actual senador de la Florida, será el nuevo secretario de Estado una vez Donald Trump asuma la presidencia de Estados Unidos el próximo 20 de enero de 2025.
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Por supuesto, aún falta que Trump lo haga oficial y luego que el senado, que controlarán los republicanos, lo confirme. En ese sentido, si se materializa, como se espera, Rubio será el estadounidense de origen hispano que más lejos ha llegado en la diplomacia de este país. O puesto, de otra forma, en la política como tal, pues el secretario de Estado es el cuarto funcionario en el orden de la sucesión presidencial siendo solo antecedido por el vicepresidente, el presidente de la Cámara y el presidente del senado.
La perspectiva 'única' con la que Rubio ve a Colombia
Más allá de eso, Marco Rubio ocupará el cargo con un perspectiva -e interés- sobre Colombia que es casi única.
Rubio es anticastrista y nunca ha escondido su desprecio y oposición frente a los regímenes socialistas de la región, particularmente los de Venezuela, Cuba y Nicaragua
Aunque es de origen cubano (nació en Miami de padres que emigraron a Estados Unidos en 1956) está casado con Jeanette Christina Dousdebes, también nacida en Miami, pero de padres colombianos que se mudaron a este país antes de que ella naciera.
Desde su llegada el senado estadounidense en 2011, Rubio ha tenido a Colombia, y a Latinoamérica, entre ceja y ceja. Especialmente, tras su ascenso en la Comisión de Relaciones Internacionales donde ha sido presidente del subcomité para la Hemisferio Occidental y ocupa uno de los cargos de más alto nivel en las filas republicanas. Eso sumado a que, actualmente, es el republicanos de más alto rango en el Comité de Inteligencia en este órgano del legislativo.
Considerado un halcón en términos ideológicos por su postura de mano dura frente a China, Rusia y otros temas de la política exterior, es claramente anticastrista y nunca ha escondido su desprecio y oposición frente a los regímenes socialistas de la región, particularmente los de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Un aliado acérrimo de Uribe y Duque
En el caso específico de Colombia, Rubio fue un fuerte aliado del expresidente Álvaro Uribe y luego del expresidente Iván Duque. Durante el gobierno de Juan Manuel Santos, con quien coincidió ya estando en la Cámara Alta, la relación fue más compleja.
Si bien el senador siempre dijo que EE. UU. debía preservar la asistencia a Colombia -que considera uno de los aliados más importantes de Washington en el Hemisferio- nunca estuvo de acuerdo con que se le dieran concesiones a las Farc en el marco del proceso de paz que se firmó en 2016.
De hecho, Rubio nunca estuvo de acuerdo con que Estados Unidos sacara a las Farc de la lista de organizaciones terroristas, situación que tuvo lugar bajo la administración de Joe Biden en noviembre del 2021 que alegó que, como grupo, habían dejado de existir.
Sin embargo, entonces, las relaciones se mantuvieron bajo cierto orden.
Pero, con la llegada de Gustavo Petro a la presidencia de Colombia, las relaciones entre Rubio y el mandatario se han vuelto explosivas.
¿Qué ha dicho Marco Rubio sobre Gustavo Petro?
Aún antes de que Petro asumiera las riendas en la Casa de Nariño, Rubio comenzó a advertir que Estados Unidos debía permanecer "vigilante" ante el giro a la izquierda de Colombia y criticó a Biden por favorecer la relación con el nuevo mandatario cuando castigaba a sus antecesores y a otros líderes de la región.
Rubio nunca estuvo de acuerdo con que Estados Unidos sacara a las Farc de la lista de organizaciones terroristas
"A casi apenas un mes de la elección de Gustavo Petro como presidente de Colombia, el presidente Joe Biden envió una delegación de alto nivel para reunirse con la administración entrante. En cambio, la administración Biden tardó dos años en reunirse con el presidente saliente Iván Duque. Claramente, los demócratas están entusiasmados con la perspectiva de otro izquierdista en el poder, incluso si ese líder es mucho menos favorable hacia las políticas de EE. UU. que su predecesor", dijo Rubio en su momento.
El senador tampoco vio con buenos ojos la política de "apaciguamiento" contra grupos criminales bajo la propuesta de Paz Total del Petro y, por el contario, llamó a redoblar la presión contra estos grupos. Desde entonces, las críticas contra Petro han sido una constante.
En abril del año pasado, por ejemplo, poco antes de la reunión en Washington entre el presidente colombiano y Joe Biden, Rubio tildó a Petro de se "un agente de caos" por sus "acercamientos con grupos criminales, narcotraficantes y terroristas, así como por su cercanía con líderes dictatoriales en Cuba y Venezuela".
Igualmente, en octubre del 2023, tras el estallido de la guerra en Gaza, llamó al mandatario colombiano un "portavoz de asesinos y criminales" por no condenar los ataques de Hamás en Israel que dejaron al menos 1.200 personas muertas y decenas de secuestrados.
Petro estaba "tirando por la borda" dos décadas de progreso en Colombia y, de paso, "desestabilizando a países vecinos como Ecuador"
En noviembre de ese mismo año, en entrevista con EL TIEMPO, el senador aseguró que había sido "un error" invitar a Petro a la Casa Blanca para una cita de líderes regionales.
El senador, además, ha sido muy crítico de las políticas energéticas de presidente colombiano que, a su juicio, van a empobrecer al país.
"¿Qué se obtiene cuando un gobierno hunde la industria responsable de aproximadamente una quinta parte de sus ingresos y la mitad de sus exportaciones nacionales? La respuesta, obviamente, es nada bueno. Sin embargo, el presidente marxista de Colombia, Gustavo Petro, parece decidido a descubrirlo de primera mano", dijo también el año pasado.
Y luego, en mayo pasado, arremetió contra el jefe de Estado en una columna escrita para este diario en la que dijo que Petro estaba "tirando por la borda" dos décadas de progreso en Colombia y, de paso, "desestabilizando a países vecinos como Ecuador".
En esa columna, Rubio pidió que cualquier ayuda futura para el país estuviera "condicionada" al desempeño de Petro en estos frentes.
El artífice de la caída de Manes como embajadora ante Colombia
Rubio, además, fue el senador que hundió la nominación de Elizabeth Manes como embajadora de Estados Unidos en Colombia por considerar que no estaba a la altura del cargo.
“Necesitamos un embajador que participe de manera constructiva y que coordine con agencias y grandes equipos interinstitucionales para promover de manera efectiva los intereses de Estados Unidos y que nos defienda de las amenazas en la región, incluyendo el narco-terrorismo, el tráfico ilícito y un narco-régimen autocrático desestabilizador en Venezuela. Aprecio y respeto el servicio y la larga carrera de la Embajadora Manes, pero no puedo apoyar su nominación para este puesto de vital importancia”, dijo en julio del año pasado al anunciar su oposición.
Colombia lleva casi dos años y medio sin embajador y es muy probable que Rubio, si es confirmado en su cargo, termine siendo clave a la hora de la selección de un nuevo candidato.
¿Por qué la postura de Marco Rubio será muy influyente en la nueva política de la administración Trump hacia Colombia?
Ahora bien, volviendo al tiempo presente en el que, lo más probable, es que Rubio asuma la dirección del Departamento de Estado de Estados Unidos, es bien sabido que su rol estará enfocado en los temas más apremiantes de la política exterior de su país y donde Colombia no es una prioridad.
Aunque el Departamento de Estado no aprueba los fondos para las operaciones de Estados Unidos en el exterior, sí le recomienda al Congreso los niveles de gasto para la agenda del presidente
Aun así, dado su historial con el presidente colombiano y su obvio interés en los temas de la región, la postura de Marco Rubio será muy influyente en la nueva política de la administración Trump hacia Colombia.
En primer lugar, porque desde su cargo Rubio le hablará directamente a Trump sobre Latinoamérica y Colombia, dado que, por demás, es una región en la que tiene gran experiencia.
Pero, adicionalmente, será quien nombre o recomiende a las personas que terminarán manejando las relaciones bilaterales y regionales.
Y aunque el Departamento de Estado no aprueba los fondos para las operaciones de Estados Unidos en el exterior, sí le recomienda al Congreso los niveles de gasto para la agenda del presidente. Eso sumado a que lo que sí hace la institución que estaría bajo su mando es ejecutar esos recursos.
El panorama luce aún más desafiante para el presidente Petro cuando se tiene en cuenta que los republicanos tendrán la mayoría en ambas cámaras del legislativo. Desde este partido, vienen recomendado hace un tiempo que se recorten los recursos para el país, por lo que es altamente probable que Rubio esté de acuerdo y recomiende que el desembolso de lo que finalmente aprueben esté fuertemente condicionado.
Es muy probable, además, que, como secretario de Estado, Rubio presione por un retorno de las Farc a la lista de organizaciones terroristas -algo que ya promovió desde el Legislativo- y tenga peso cuando Trump decida -en septiembre del año entrante- si a Colombia se le descertifica por su desempeño en la lucha antinarcóticos.
En definitiva, si bien un Rubio como cabeza del Departamento de Estado garantizará que Colombia no saldrá del radar de Trump, también promete una tormentosa relación mientras Petro sea presidente.
Las implicaciones para Venezuela de la designación de Rubio
A simple vista, pareciera que el periodo de máxima presión en contra de Caracas está a la vuelta de la esquina, pues Rubio ha sido implacable con el chavismo y con Nicolás Maduro.
Lo que se esperaba en principio - al menos en Caracas- era un senado apostando a sanciones más duras en contra de Venezuela, esto impulsado por Rubio y la mayoría republicana. “El senador Marco Rubio podría aprovechar esa mayoría para impulsar políticas más duras y contundentes hacia los gobiernos que enfrentan a EE.UU.” explicó a EL TIEMPO el politólogo Daniel Arias.
Las concesiones de Biden ayudan a que Maduro mantenga su poder autoritario sobre Venezuela
Pero, al frente de la política exterior cambia el espacio desde donde aplicar presión la cual estará marcada también por el tipo de lobby que haga la oposición venezolana, especialmente la que está en Florida, de donde Rubio es representante y cuya comunidad él mismo ha expresado su respaldo.
La semana pasada, Juan Guaidó, quien fue reconocido por Estados Unidos en 2019 como presidente interino de Venezuela, solicitó al Congreso de EE.UU. la designación del “Tren De Aragua” como una organización terrorista “afiliada a la dictadura de Nicolás Maduro”.
Esto como parte de las medidas de presión hacia Venezuela. Pero ahora con Rubio como Secretario de Estado, existen varias posibilidades: que la causa venezolana no quede en el olvido, que continúe la presión hacia Maduro y un apoyo fundamental para María Corina Machado y Edmundo González.
Hace unos días, Machado aseguró que mantuvo conversaciones tanto con el equipo de la demócrata Kamala Harris como con el de Donald Trump, por lo que aseguró sentirse confiada de que el apoyo a Venezuela seguiría en agenda.
Rubio ha sido frontal con Maduro y criticó ampliamente a la administración Biden por su trato con Caracas. “Las concesiones de Biden ayudan a que Maduro mantenga su poder autoritario sobre Venezuela”, dijo el senador en 2023.
Y el 29 de julio, un día después de las elecciones presidenciales en Venezuela, Rubio dijo: “Para sorpresa de nadie, el dictador Nicolás Maduro ha vuelto a robar una elección presidencial. Sin embargo, lo que el narco-régimen nunca robará es el deseo del pueblo venezolano de volver a vivir en democracia y en libertad tras décadas de tiranía. Debemos priorizar la unión del mundo libre para rechazar estos resultados electorales falsos y lograr la liberación de los más de 300 venezolanos que permanecen detenidos arbitrariamente en centros de tortura como presos políticos”.
SERGIO GÓMEZ MASERI y ANA MARÍA RODRÍGUEZ BRAZÓN
Corresponsales de EL TIEMPO
Washington y Caracas