Las lecturas que deja la nueva derrota del gobierno Petro en el Senado: ¿qué viene para las reformas sociales?

hace 1 semana 76

A pesar de la presión de ‘la calle’ convocada por el presidente Gustavo Petro, que ayer en la plaza de Bolívar volvió a arremeter en su contra y los llamó “traidores del pueblo”, ocho senadores de la Comisión VII del Senado hundieron definitivamente la reforma laboral, en lo que representa la mayor derrota del Gobierno en esta legislatura.

Los mismos senadores que radicaron la ponencia de archivo la semana anterior se mantuvieron firmes y este martes 18 de marzo, a las 3:20 p. m., votaron a favor del hundimiento de la iniciativa tras más de cinco horas de discusión.

Antonio Sanguino, ministro del Trabajo, y León Fredy Muñoz

Se hundió la reforma laboral.  Foto:

Nadia Blel y Esperanza Andrade (Partido Conservador), Alirio Barrera y Honorio Enríquez (Centro Democrático), Miguel Ángel Pinto (Partido Liberal), Ana Paola Agudelo (Mira), Lorena Ríos (Colombia Justa Libres) y Berenice Bedoya (ASI) impusieron mayoría en contra de la polémica iniciativa, que el Ejecutivo y sus fuerzas defendían como una reivindicación de los derechos de los trabajadores pero que según expertos y el propio Banco de la República no solo no generaba empleo sino que afectaba miles ya establecidos por el aumento en los costos laborales. En esa misma comisión, en abril del 2024, se hundió la primera reforma de la salud.

Wilson Arias, Martha Peralta y Ferney Silva (Pacto Histórico), Ómar Restrepo (Comunes), Fabián Díaz (Alianza Verde) y Norma Hurtado (‘la U’) votaron para que la reforma no fuera archivada. El voto de la senadora Hurtado fue llamativo, pues a pesar de que ella no había acompañado la ponencia de archivo (sí estuvo entre los nueve que hundieron hace un año la reforma a la salud), en todo el debate de ayer fustigó duramente la propuesta del Gobierno y el aval fiscal entregado por el Ministerio de Hacienda. Sin embargo, en el momento definitivo terminó alineada con la bancada del oficialismo.

Comisión VII del Senado discute la reforma laboral del Gobierno.

Comisión VII del Senado discute la reforma laboral del Gobierno. Foto:Milton Díaz. EL TIEMPO

Presidente Petro arremete contra el Congreso nuevamente

Mientras la Comisión VII debatía la reforma laboral, el presidente Gustavo Petro se dirigía a miles de personas que llegaron a la Plaza de Bolívar. Fue una convocatoria que reunió más personas que las últimas realizadas por el jefe de Estado, pero que no desbordó un espacio que estuvo reducido en todo su costado occidental, donde se instaló la tarima.

Su discurso duró 33 minutos y en él abundaron los ataques contra el Congreso y “la oligarquía”. “Los parlamentarios que se han ido contra el pueblo, que han traicionado al pueblo (...) tendrían que priorizar sus tiempos, sus querencias. Han traicionado al pueblo de Colombia. Lo han hecho por la codicia, por dinero, se han arrodillado al rico Epulón, a un dios falso, que es el dios dinero”, aseguró. 

Así fue la jornada de marchas convocadas por Petro en Bogotá.

Así fue la jornada de marchas convocadas por Petro en Bogotá. Foto:Sergio Acero Yate / El Tiempo.

Y advirtió: “Arranca la consulta popular, la movilización es permanente y creciente. Tendrá su máximo no el día de hoy con los votos de los que ya vendieron su corazón a la codicia, sino en la plenaria del Senado, donde cada senador debe recordar que no es más que un simple representante del pueblo y debe obedecerlo”. Acto seguido pronunció una frase, en la que no ahondó, pero que algunos interpretaron como una velada amenaza al Senado, que legítimamente puede avalar o no el llamado a una consulta popular: “Si le da miedo el pueblo que representa, entonces el pueblo los sacará del Congreso, como tiene que ser”, afirmó.

Frente a esta declaración, el presidente del Congreso, Efraín Cepeda, advirtió que "eso sería un golpe de Estado". 

Presidente Gustavo Petro en la plaza de Bolívar de Bogotá

Presidente Gustavo Petro en la plaza de Bolívar de Bogotá Foto:Sergio Acero. EL TIEMPO

El discurso, además, tuvo un tono de lucha de clases, y tonos populistas. Petro aseguró que el Congreso supuestamente le estaba dando la espalda a madres cabezas de familia “que se levantan en la madrugada para ir al norte de Bogotá a servirles el tinto a los ricos, a los hijos de papi y mami”.

Para el consultor en comunicación política Carlos Arias, este tipo de discursos, y en particular el pronunciado este martes, podrían desbordar lo que se considera un discurso democrático y, más que a los argumentos, recurre a “exacerbar emociones”. “Al final es una excusa para construir una narrativa electoral que le permita al progresismo mantenerse en las elecciones de Senado y Cámara, y con eso tener una moneda de cambio más fuerte, más poderosa con la cual puedan negociar con la centroizquierda un candidato en coalición o incluso deslizarse por debajo de la cuerda para apoyar a un candidato que les mantenga el poder político”, añadió el analista.

Por su lado, el profesor Germán Valencia, del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia, destaca que no se debe subestimar ni la movilización social ni el discurso del presidente Petro, pues, dice, “transmite una preocupación real por no poder cumplir las promesas que hizo”.

Si le da miedo el pueblo que representa, entonces el pueblo los sacará del Congreso, como tiene que ser

Gustavo PetroPresidente de Colombia

“La presión en este momento para el Congreso es muy fuerte, pero también hay que ponerle atención a ese sector de la población que evidentemente votó por unas reformas que no están llegando”, señala. En su concepto, tanto la movilización impulsada por el Gobierno como el discurso del Presidente “marcan el comienzo de su campaña para las elecciones de 2026”.

Lo que viene para las reformas del gobierno de Gustavo Petro

La plenaria de Senado será el próximo escenario de la puja política. Por un lado, porque por una apelación tendrá que resolver si reabre el debate que ya archivó la Comisión VII sino porque allá debe llegar la solicitud formal del Gobierno por la consulta, así como las preguntas que serían consultadas al pueblo colombiano.

Allí, el ministro del Interior, que es uno de los grandes derrotados con el archivo de la laboral, buscará revalidar los títulos de componedor político que llevaron al presidente Petro a ponerlo en la cartera del Interior, a costa de la continuidad de varios de sus más cercanos alfiles en el Gabinete.

Armando Benedetti, ministro del Interior

Armando Benedetti, ministro del Interior Foto:Presidencia

“No nos importa si se hunde o no la reforma laboral, la consulta va sí o sí”, afirmó el ministro desde las afueras de La Giralda, pues no pisó el Edificio Nuevo del Congreso este martes.

Hasta hace un mes y medio, cuando Juan Fernando Cristo estaba en el Ministerio del Interior, la iniciativa tenía esperanzas de vida, ya que se habían adelantado unos acercamientos con Ríos y Agudelo –los votos cristianos–, pero con su salida del Gobierno tras el polémico consejo de ministros televisado del 4 de febrero el panorama cambió. La oposición aprovechó el cambio en la cartera política antes de que el polémico exsenador lograra moverse para consolidar apoyos.

El hecho es que ya el Pacto Histórico y el Gobierno están enfilados hacia la consulta popular. Primero deberán conseguir los votos en el Senado y luego, si la plenaria da el sí para acudir a las urnas, buscarán los votos en las calles.

El ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, advirtió en entrevista con EL TIEMPO que comenzó la campaña por la consulta: “A estos ocho senadores les decimos en las urnas nos vemos, porque nadie puede arrebatarle al pueblo lo que le pertenece en materia de derechos y de garantías consagradas en la Constitución”.

Antonio Sanguino, ministro del Trabajo

Antonio Sanguino, ministro del Trabajo Foto:Milton Díaz. EL TIEMPO

El país se enfrenta a un nuevo escenario de campaña y tal y como lo dijo el exministro Cristo, las elecciones del 2026 serán a cinco vueltas, de concretarse la consulta. Por lo pronto, se está a la espera de que la oposición destape sus cartas: o impulsar el no o jugarle a la abstención.

MATEO GARCÍA 

Subeditor de Política 

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