El gobierno del presidente Gustavo Petro puso sobre la mesa la posibilidad tramitar la nueva reforma de la salud con mensaje de urgencia. Era algo que se venía comentando hace unos días en el Congreso de la República, pero el propio ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, confirmó la noticia.
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"En los próximos días tendremos que tomar la decisión sobre si se tramita en la Comisión VII de Cámara o se envía el mensaje de urgencia para tramitarlo conjuntamente. Todavía no hay una decisión de enviar el mensaje, pero tampoco hemos descartado esa posibilidad”, dijo esta semana el jefe de la cartera política en el Capitolio.
Pero esto, advierten desde el mismo Congreso, podría generar consecuencias negativas para la reforma laboral, aprobada la semana anterior por la plenaria de la Cámara de Representantes en su segundo de cuatro debates. ¿La razón? Si se envía mensaje de urgencia a la reforma de la salud, la Comisión VII del Senado tendría que meterse de lleno en esa discusión y dejar a un lado, por lo menos durante las siguientes semanas, la discusión del proyecto liderado por la ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez.
Por un lado, ya la Comisión VII de la Cámara, donde fue radicado el proyecto el 13 de septiembre por el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, y el superintendente Luis Carlos Leal, realizó audiencias públicas y avanza en la construcción de la ponencia y la siguiente semana podría quedar lista. Es decir, la semana del 4 de noviembre podría comenzar la discusión.
Termina siendo contraproducente en su agenda legislativa porque frenaría cualquier avance que pudiera tener la reforma laboral en la VII de Senado porque se le tendría que dar prioridad a la salud.
Si se envía el mensaje de urgencia, la Comisión VII de Senado comenzaría desde cero el proceso que ya tardó en Cámara un mes y medio. Esa célula legislativa tendría que adelantar primero audiencias públicas y, posteriormente, los ponentes se tardarían unas semanas en elaborar el texto.
Pero ese no sería el único inconveniente. Los ponentes de las dos corporaciones deberían concertar un texto para debatirlo de manera conjunta. No obstante, si la prioridad del Gobierno es la reforma de la salud, que ya se hundió en abril en la VII de Senado, sería una buena jugada siempre y cuando el Ejecutivo logre generar consensos pues hoy los votos no los tiene en esa célula legislativa.
"Eso es del resorte del Gobierno Nacional, que tiene la potestad para acoger de esa manera. El presidente Petro había hablado de un 'fast track' para las reformas, que no era inventarse un nuevo mecanismo, sino acelerar el proceso como lo dice la ley Quinta que plantea el principio de celeridad. Está en el marco de la Constitución y de la ley. Este corresponde a la posibilidad de que avancen acuerdos importantes, tanto en Cámara y en Senado. Debo reconocer que el trabajo que hicimos coordinadores y ponentes de la reforma, recogiendo lo que se ha planteado en otros proyectos y en las mesas técnicas, nos permite decir que tenemos un consenso suficiente para que pueda avanzar. Si el Gobierno toma la decisión, seguramente han avanzado de manera significativa con el Senado", opinó Alfredo Mondragón, representante del Pacto Histórico ponente del proyecto.
Sin embargo, varios miembros de la Comisión VII de Senado le confirmaron a este diario que no están los votos para apoyar la reforma de la salud y que ni si quiera conocen el texto.
¿Golpe a la reforma laboral?
Ese movimiento, no obstante a las fuerzas, generaría traumatismo en el trámite de la reforma laboral. La VII de Senado se metería de lleno en la discusión de la salud y, teniendo en cuenta que el receso legislativo se iniciará el 16 de diciembre, es poco probable que alcance a evacuar laboral.
Por ejemplo, si la siguiente semana se radica el mensaje de urgencia, la VII de Senado podría estar lista para la discusión a finales de noviembre, por lo que la laboral quedaría para febrero, cuando se reanuda la legislatura. Sin embargo, sería un movimiento bastante arriesgado, pues no es claro cómo estén las fuerzas políticas en un año preelectoral.
"Si el Gobierno decide darle mensaje de urgencia a la reforma de la salud, no solamente deja claro que su narrativa de un gran acuerdo nacional es solamente retórica porque pretende pupitrear un proyecto tan importante. Además, desconoce el trabajo de los ponentes y el ejercicio de las mesas técnicas adelantadas en la Cámara. Adicionalmente, termina siendo contraproducente en su agenda legislativa porque frenaría cualquier avance que pudiera tener la reforma laboral en la VII de Senado porque se le tendría que dar prioridad a la salud. Esperemos que el Gobierno no cometa ese error y deje que haya debate amplio y deliberación suficiente sobre un proyecto tan importante", opinó el representante del Centro Democrático Andrés Forero.
Más allá del calendario y de estos movimientos, hoy no es claro si el Gobierno tiene los votos para sacar adelante ni laboral ni salud en la VII de Senado, que lidera la conservadora Nadia Blel. Mientras tanto, el ministro del Interior se viene moviendo y sus ojos están puestos en los votos cristianos.
MATEO GARCÍA
Subeditor de Política