Las claves del protocolo con el que Cancillería busca mejorar atención y prevención de violencias de género

En el Sistema Único de Consulta Pública (SUCOP), los ciudadanos pueden revisar el borrador de un protocolo con el que la Cancillería de Colombia pretende mejorar sus medidas de prevención y respuesta ante las violencias por razones de género que involucran a connacionales en el exterior.

En entrevista con EL TIEMPO, la asesora para Asuntos de Género de la Cancillería, Diana Parra, reveló hace unos días que, en el marco la política exterior feminista que adoptará Colombia, está listo un nuevo protocolo para fortalecer la respuesta institucional en casos de violencia de género.

Y es que el Ministerio de Relaciones Exteriores ha estado este año en el ojo del huracán por escándalos que han involucrado a funcionarios de su planta externa, empezando por el embajador ante la FAO, Armando Benedetti, quien habría violentado contra su esposa en España. También fue mediático el caso del suspendido cónsul en México, Andrés Hernández, quien supuestamente humilló a varias funcionarias del Consulado.

“Las entidades deben tener protocolos de atención de violencias, acoso, maltrato o discriminación y la Cancillería los tiene hoy por hoy. Pero conscientes del alcance de estos empezamos a hacer un proceso participativo con consulados, embajadas, diplomáticos y con los sindicatos de la Cancillería para actualizarlos y poder tener unos protocolos mucho más robustos que se centren en las víctimas”, señaló Parra.

En este sentido el protocolo propuesto cuenta con cuatro partes: la primera establece el marco de acción en el que se incluye el alcance, objetivos, contextos de intervención, así como los principios y enfoques bajo los cuales se estructura; la segunda parte, desarrolla aspectos conceptuales sobre las violencias por razones de género; la tercera parte, contiene los pasos para implementar medidas de prevención temprana y urgente en los diferentes contextos abordados en el protocolo; y una cuarta parte que desarrolla las en la atención a las víctimas a partir de un enfoque centrado en las personas.

Implementación de acciones de prevención temprana

A través de procesos andragógicos y de sensibilización, se sugiere trabajar con funcionarios y funcionarias, en la identificación de diferentes situaciones que representan creencias, imaginarios, que cuestionan la lucha por la igualdad y normalizan y validan la violencia por motivo de género Una vez identificado, se plantea intervenir estos comportamientos a partir de mesas de diálogo o grupos focales.

A partir de las acciones lúdicas y de acción participativa, se sugiere promover y generar espacios para llevar a cabo acciones concretas, en la que las personas involucradas en el proceso puedan manifestar e implementar medidas.

“Se puede invitar a que funcionarios y contratistas elaboren artículos, desarrollen cine foros, piezas comunicativas, póster, carteles, entre otras iniciativas, que puedan ser socializadas en el espacio laboral”, se lee.

El seguimiento y monitoreo a las acciones de prevención implementadas, deberá efectuarse de manera conjunta entre la Dirección de Talento Humano y el Grupo Interno de Trabajo Política Exterior Feminista y Asuntos de Género o quién haga sus veces, teniendo en cuenta la planeación estratégica, planes operativos, funciones y competencias.

Implementación de acciones de prevención urgente

Por otro lado, se habla de estrategias de intervención inmediatas para casos “inminentes” a partir de la actuación de la Dirección de Talento Humano, y de los superiores jerárquicos de quienes generan la situación de riesgo de violencia.

“En todo caso el Comité de Convivencia Laboral, deberá también remitir a la Oficina de Control Disciplinario Interno los casos identificados que constituyan faltas disciplinarias de acuerdo con la Ley 1952 de 2019”, indica.

En marco del debido proceso, se deberá contactar a la persona que causó el riesgo de violencia, e informarle sobre las diferentes medidas que se adoptarán para evitar que los actos se sigan presentando e informarle sobre las consecuencias legales del orden penal y disciplinario si la violencia se materializa.

“Algunas de las medidas que se pueden adoptar son: cambiar a la persona que genera el riesgo de su puesto de trabajo, abstenerse de establecer contacto personal, virtual o por cualquier medio de información y comunicación, optar por horarios diferentes de trabajo, asistir a cursos de formación en prevención de violencias de género, apoyo psicosocial para generar procesos de desaprendizaje del machismo, entre otras medidas conducentes a eliminar o reducir el riesgo de violencia”.

Con el objetivo de generar confianza y brindar apoyo a la persona en riesgo, se deberá informar de manera oportuna, clara y detallada sobre las medidas adoptadas tras el reporte del caso.

En caso de que el riesgo sea generado por contratistas, la Oficina de Control Disciplinario Interno deberá remitir la información a la Procuraduría. También avisar a la Fiscalía General de la Nación en caso de presunta comisión de conductas punibles.

Riesgos en interacción con connacionales

Asimismo, se recomienda adoptar medidas que permitan mitigar los riesgos de violencia en este proceso de interacción con connacionales, como establecer y difundir algunas reglas para garantizar un trato respetuoso, desarrollar procesos informativos relacionados con el respeto por los derechos de las mujeres

Articulación con autoridades de otros países

A partir de los acuerdos realizados y con el acompañamiento del Ministerio de Relaciones Exteriores del otro país o Estado, se propone establecer contactos y efectuar alianzas o acuerdos con las autoridades locales competentes para llevar a cabo acciones de prevención temprana o prevención urgente según sea la necesidad.

Atención a las víctimas

En este apartado se incluyen los pasos a adelantar cuando las víctimas son funcionarios o funcionarias de la planta interna y externa, así como connacionales en el exterior.

Sobre los primeros casos, se habla de acompañamiento, orientación en derechos, servicios de salud física y mental, un plan de seguridad en coordinación con las autoridades competentes de acuerdo con el tipo de violencia ocasionada. Y por supuesto, activar los procedimientos disciplinarios al interior de la entidad. En cuanto a los connacionales en el exterior, los pasos son parecidos, y se añade la posibilidad de medidas de retorno al país si la víctima así lo considera.

JUAN PABLO PENAGOS RAMÍREZ

Redacción Política