Rompiendo con la tradición de los mandatarios estadounidenses, en las que sus primeros destinos internacionales corresponden a sus vecinos México y Canadá, Donald Trump arrancó este martes -y durante cuatro días- su primera gira internacional, en la que visitará Arabia Saudí, Catar y Emiratos Árabes Unidos, los tres países más ricos de la región y entre los más acaudalados del mundo.
Con la intención de promover una visión en la que "el comercio y los intercambios culturales derrotan al extremismo", Trump firmó este mismo martes con Arabia Saudita el mayor acuerdo de venta de defensa de la historia, de casi 142.000 millones de dólares, que proporcionará al país árabe “equipamiento bélico de última generación”. Además, prevé hacer lo propio con Catar y Emiratos Árabes Unidos.
Netanyahu anunció que en los próximos días el Ejército entrará en Gaza con todas sus fuerzas. Foto:EFE
Y si bien su gira tiene un claro interés económico, por lo que no es casualidad que los países que escogió obedezcan a los tres territorios más ricos del Golfo con grandes reservas de petróleo e importantes activos en los sectores turísticos, de hostelería e inmobiliaria, la visita del republicano también está puesta en los conflictos en Oriente Medio por lo que, particularmente, llamó la atención que no incluyera a Israel - el aliado más cercano de Washington en la región- dentro de su gira.
De ahí que la gran pregunta con relación al curso que tome la guerra en la Franja de Gaza es qué presión será más fuerte: la de Trump para que Israel proclame su fin a cambio de la recuperación de los 58 secuestrados que aún mantiene Hamás, o la de los ministros del ala nacionalista de la coalición del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que ya han aclarado que, si se pone fin a la guerra antes de destruir a Hamás, se termina la coalición.
Donald Trump, junto al príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman. Foto:AFP
La tensión en Israel sobre el cuestionado respaldo de EE. UU. en sus planes bélicos se escaló este lunes tras la liberación por parte de Hamás de Edan Alexander, el soldado israelí con ciudadanía estadounidense que permaneció 584 días en manos de la organización terrorista y que fue torturado, recluido en una jaula atado de pies y manos y cuya alimentación solo mejoró las últimas semanas antes de su salida de Gaza.
Justamente, se dice que su liberación obedeció a la interlocución directa de Washington con Hamás cuando se estima que Edan es el último rehén estadounidense vivo. Los civiles Judith Weinstein y su esposo Gadi Haggai y los soldados Omer Neutra e Itay Chen fueron dados por muertos.
Por eso, el hecho de que su liberación obedeció a su ciudadanía estadounidense y a que el mismo presidente Donald Trump intervino en su salida luego de llegar a un acuerdo directo con Hamás -aunque Israel no lo ha reconocido oficialmente- la percepción dentro el país hebreo es que ese acuerdo da cierta legitimidad a Hamás en el plano internacional.
Israel bloqueó toda la ayuda que entraba en el territorio el 2 de marzo Foto:AFP
Esto, sumado a las conversaciones directas de Washington con Irán sobre su programa nuclear y a la reciente decisión de Trump de poner fin a sus ataques a los hutíes en Yemen para evitar que ataquen a los navíos estadounidenses, aunque éstos continúan lanzando misiles hacia Israel, causan gran preocupación en Jerusalén.
De ahí que el efecto acumulativo de las decisiones tomadas por la administración republicana puede ser interpretado por el mundo árabe, incluyendo los enemigos de Israel, como una señal de que la alianza con el país norteamericano ya no es impenetrable y que no necesariamente Israel podrá contar siempre con Estados Unidos.
Dennis Ross, un ex alto funcionario del Departamento de Estado que sirvió como enviado a Oriente Medio bajo presidentes demócratas y republicanos, le comentó al diario The Washington Post que las voces en la administración Trump que abogan por menos enredos militares de Estados Unidos en Oriente Medio están en ascenso, mientras que “es probable que Trump dé la máxima prioridad a traer miles de millones de dólares de inversiones de ricas monarquías del Golfo Pérsico a Estados Unidos durante su viaje”.
Estados Unidos dialogó con Hamás para lograr la liberación de Edan Alexander. Foto:@HenMazzig / X
“Lo que se está viendo es que el presidente Trump tiene una idea de lo que nos interesa, y eso es lo primero. Él define la naturaleza de sus intereses en el exterior no a través de un contexto geopolítico o de seguridad, sino de un marco económico, financiero y comercial. Creo que el presidente Trump podría tener la opinión de que ‘les damos 4.000 millones de dólares al año en ayuda militar. Hago mucho para apoyar a los israelíes’”, explicó Ross al citado medio.
Y si bien el enviado especial de EE. UU. para la región, Steve Witkoff, recalcó que Trump continúa comprometido con el país hebreo, en Israel el tema se ve con cierto recelo.
En especial, porque no se descarta que además del logro político que significó para Hamás interlocutar directamente con Washington, la motivación central haya sido lograr que Israel cancele el planeado operativo de gran envergadura en Gaza y para el que fueron reclutados 60.000 reservistas israelíes.
Pese a que el gobierno de Netanyahu anunció que enviará una delegación a Doha, capital de Catar, este martes para continuar las negociaciones destinadas a lograr la liberación de los rehenes, anunció que el ejército israelí entrará "con toda su fuerza" en la Franja en los próximos días y que no contempla ningún escenario en el que su país detenga la guerra.
La ofensiva israelí en Gaza ha dejado miles de muertos, muchos de ellos civiles. Foto:EFE
También afirmó que su Gobierno está trabajando para encontrar países dispuestos a aceptar a palestinos que podrían salir, en gran número según él, de la Franja.
El declarado objetivo del operativo es presionar a Hamás de tal forma que acepte liberar a los secuestrados, pero también destruir definitivamente a grupo terrorista, algo que es muy discutido dentro de Israel debido a que pocos consideran que sea posible lograr ambas metas al tiempo.
De hecho, el propio comandante en jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel, el teniente General Eyal Zamir, reconoció días atrás que el operativo puede poner en peligro a los secuestrados.
Además, Witkoff ha insistido en que EE. UU. buscará a toda costa “una solución diplomática”, que es la vía por la que más cautivos han sido liberados y la que "prefiere todo el mundo”.
A pesar de la reunión entre Trump y Netanyahu, EE. UU. se ha alejado de Israel. Foto:EFE
Postura que respaldan las familias de los cautivos y una amplia parte de la población israelí. Según recientes encuestas, el 70 por ciento de Israel quiere dar prioridad a los secuestrados, a los que, saben, les queda poco tiempo cuando de los más de 190 que volvieron a Israel, 41 eran cuerpos sin vida. Y de los 58 que restan en cautiverio, de solo 20 se tiene la certeza que están vivos, mientras que 35 fueron dados como muertos y otros tres están en duda.
A esto se suma la sensación dentro de las familias de los secuestrados de que Edan Alexander solo se salvó por tener ciudadanía extranjera, por lo que la presión sobre Netanyahu está al límite.
Jana Beris – Corresponsal de EL TIEMPO - Jerusalén