La Organización Mundial de la Salud advirtió que “más de dos mil millones de personas en el mundo tienen deficiencia de vitaminas y minerales claves”, lo cual puede tener un impacto directo en el bienestar físico.
Los síntomas de déficit de vitaminas incluyen debilidad, confusión y cambios de ánimo.
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La licenciada en Nutrición, Valentina Martínez (M.N. 9394), explicó que los primeros estudios sobre la necesidad de estas sustancias surgieron cuando se observó que roedores alimentados únicamente con glucosa y proteína libre no sobrevivían o desarrollaban enfermedades. “Así descubrieron que tenemos estos seis componentes que son la vitamina A, D, el complejo B, C, E y K que son indispensables para mantenernos ‘a flote’”, afirmó.
Entre estos compuestos, los especialistas destacan especialmente el papel de las vitaminas del complejo B y la vitamina C por su influencia en la producción de energía y en el funcionamiento del sistema inmune. Estas vitaminas pueden ayudar a evitar sensaciones como fatiga crónica, alteraciones del estado de ánimo y dificultades cognitivas.
Funciones del complejo B y síntomas de su ausencia
Matías Marchetti, nutricionista y autor de publicaciones sobre salud, señaló que “este complejo interviene en la producción de energía a partir de los alimentos. Es importantísimo para la regulación del metabolismo, la síntesis de los glóbulos rojos, el crecimiento y el mantenimiento de tejidos y el sistema nervioso”. Cada componente del grupo (B1, B2, B3, B6, B9 y B12) aporta de manera específica a distintos procesos biológicos, aunque todos se asocian al correcto funcionamiento corporal.
Rinat Ratner, magíster en Nutrición Clínica del INTA, Universidad de Chile, enumeró los síntomas frecuentes de una carencia de estas vitaminas:
- Cansancio y/o debilidad muscular, dificultad para caminar, pérdida de la sensibilidad.
- Falta de apetito o vómitos.
- Pérdida de memoria, deficiencias cognitivas o confusión mental.
- Debilidad del sistema inmunológico.
- Cambios en el estado de ánimo.
- Lentitud de reflejos o disminución de la función del sistema nervioso.
El complejo B ayuda a mantener el sistema nervioso y la producción de glóbulos rojos.
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La Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard indicó que se pueden encontrar estas vitaminas en alimentos como carnes rojas y blancas, mariscos, ostras, almejas, huevos, productos lácteos, legumbres, cereales integrales, vegetales verdes, cítricos, banana, sandía y derivados de soja.
Respecto a la vitamina B12, la licenciada Martínez advirtió que “los vegetarianos o veganos pueden tener dificultad para adquirir suficiente cantidad de vitamina B12 dado que se obtiene únicamente de productos de origen animal. Eso junto a las nuevas formas de criar a las vacas hacen que la B12 sea una de las vitaminas que más deficiencia presenta a nivel poblacional”, por lo cual recomienda considerar suplementos o alimentos enriquecidos.
Vitamina C, otra aliada contra el cansancio
La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos define a la vitamina C como una sustancia soluble en agua que contribuye al crecimiento adecuado. También actúa como antioxidante frente a los radicales libres, compuestos que afectan el funcionamiento celular al dañar lípidos, proteínas y ADN.
A esto se suma lo expresado por la Escuela de Medicina de Harvard, que relaciona un buen consumo de esta vitamina con menor riesgo de ciertos tipos de cáncer, prevención de cataratas, producción de colágeno y formación de neurotransmisores como serotonina y norepinefrina.
Según MedlinePlus, los signos de deficiencia de vitamina C incluyen:
- Encías sangrantes.
- Disminución de la capacidad para combatir infecciones.
- Disminución de la velocidad de cicatrización de las heridas.
- Cabello seco con puntas partidas.
- Tendencia a la formación de hematomas.
- Sangrados nasales.
- Posible aumento de peso debido al metabolismo lento.
- Dolor e inflamación de las articulaciones.
La deficiencia de vitamina C puede afectar las encías, la piel y el sistema inmune.
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Esta entidad también señaló que una carencia severa de vitamina C puede derivar en escorbuto, condición que afecta principalmente a personas mayores o en situación de malnutrición.
En cuanto a las fuentes alimenticias, se recomienda incluir en la dieta frutas cítricas y sus jugos (como naranja o pomelo), tomate, papa, frutillas, espinaca, brócoli, morrones y coles de Bruselas. Martínez concluyó: “Es importante tener en cuenta las cantidades para no excederse en el consumo; por ejemplo, si uno come más de 200 gramos de fruta al día o cerca de dos kiwis, va a cubrir las necesidades básicas que el cuerpo requiere de vitamina C”.
Finalmente, los especialistas remarcan que las necesidades vitamínicas varían entre individuos, por lo que se aconseja consultar a un profesional antes de hacer cambios en la alimentación o tomar suplementos. “Hay recomendaciones generales que se llaman Ingestas Dietéticas de Referencia (IDR) que nos dan una orientación de cuánto necesitamos cada día. Sin embargo, las cantidades pueden variar según cada persona por lo que es necesario consultar con un profesional para estar seguro”, puntualizó Marchetti.
Estos son los alimentos y vitaminas esenciales para mantener un cerebro sano | El Tiempo
VICTORIA VERA ZICCARDI
La Nación (Argentina) / GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación, y contó con la revisión de un periodista y un editor.