En 2004, en las calles de Sussex del Este (un pequeño condado de Inglaterra), Tom Chaplin caminaba de afán con la torpeza de alguien que asegura que solo fueron “algunas” cervezas. Era Nochebuena, y todavía no había terminado las compras navideñas. “Sabía que Paul McCartney vivía a las afueras de Sussex”, le dijo Chaplin a The Guardian, “esa noche lo vi comprando comida. Me acerqué y le dije: ‘hey, soy Tom, estoy en una banda local que se llama Keane’. Él fue muy amable y dijo: ‘genial, iré a comprar tu disco en Woolworths’”. Y aunque Chaplin tuvo la modestia de hablar de una banda local, para esa época del invierno, Keane estaba empezando a ser más que eso.
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El 16 de febrero de 2004, Keane (conformada por Tim Rice-Oxley, Richard Hughes, Jesse Quin y Chaplin) estrenó su single promocional luego de conseguir su primer contrato con una disquera, BMG. Se trató de la canción ‘Somewhere Only We Know’.
Inspirada en David Bowie, fue una balada con base de piano y sintetizadores que llegó rápidamente al top 3 de canciones más escuchadas en el Reino Unido. El 10 de mayo de ese año, estrenaron ‘Hopes and Fears’, su primer disco, ese del que Chaplin le habló a McCartney y que contenía la exitosa canción lanzada en febrero.
Con el antecedente de aquel gran single, el disco también fue todo un éxito. Alcanzó el número uno en ventas durante varios meses, aunque al final del año fue superado por Scissor Sisters, que vendió 501 copias más que ellos.
En pocos meses ganaron dos premios Brit en la categoría de mejor álbum del año y mejor banda del año. También recibieron el Premio Ivor Novello por ser los mejores compositores del año. Así que, para Nochebuena, cuando Chaplin habló de estar en una banda local, Keane ya era una revelación nacional.
La era de ‘Hopes and Fears’ duró hasta 2006. En el camino lograron tocar para grandes festivales y conciertos como Glastonbury y Live Aid (Live 8), consiguieron dos nominaciones a los premios Grammy, dieron el salto a tocar en Estados Unidos y se consolidaron como una banda reconocida en Europa.
“McCartney sí compró el disco”, contó Chaplin, “después nos encontramos en Live Aid (Live 8) y resultó que él y Heather Mills se habían enamorado de nuestro trabajo. Estábamos ahí, a un costado del escenario, cantando todos juntos las canciones de Keane. Haber tenido ese impacto en un Beatle fue increíble”.
Han pasado 20 años desde aquel éxito. A lo largo del tiempo han logrado cultivar más logros, pero la marca del inicio es imborrable en sus corazones. “No esperábamos tener tanto éxito. Tal vez la disquera tenía una idea de cómo le iba a ir al disco, pero nosotros definitivamente no (risas). Fue algo grande, loco, salvaje”, le dijo Tim Rice-Oxley a EL TIEMPO.
Actualmente, Keane está en medio de una gira para honrar los 20 años de aquel primer disco. Su siguiente parada es Bogotá, hoy, sábado 23 de noviembre.
¿Cuánto tiempo les tomó componer ‘Hopes and Fears’?
Supongo que fue algo que nos tomó toda la vida. Las canciones las escribimos durante 3 años, pero antes de eso tuvimos años y años de aprender a hacer música. Fuimos una banda por mucho tiempo, crecimos juntos, y todo el tiempo estuvimos aprendiendo a escribir canciones, a tocar los instrumentos por separado y a tocarlos en conjunto. No fue sino hasta 2001 que empezamos a hacer buena música, como ‘She has no time’, ‘Bad Shape’ y ‘This is the last time’. Antes de eso no sabíamos componer, no éramos muy buenos.
¿Por qué eligieron ‘Somewhere only we know’ como primer sencillo?
Esa es una buena pregunta, realmente no lo sé, no lo había pensado. Pero en ese momento y mientras la componíamos sonaba como una buena canción. Era simple, pegajosa. Simplemente, se sintió como una canción fácil de disfrutar. En ese momento todavía éramos muy jóvenes e inexpertos, tomamos esa canción y la presentamos en las disqueras. Algunos nos decían como… ‘meh’. No estaban impresionados. No era como que nosotros supiéramos que sería un gran hit, pero mientras grababamos el álbum y la tocamos, junto a ‘What is changing’ y ‘This is the last time', decíamos: tienen potencial. En el caso de ‘Somewhere only we know’ no sólo tenía el potencial de ser un buen single sino que tenía el alma y aura de Keane.
Tom dijo que la primera vez que se presentaron en vivo para tocar ‘Hopes and Fears’ completo la gente ya se sabía sus canciones. Eso no es común.
Realmente no recuerdo tanto de esa noche, pero fue curioso porque durante mucho tiempo tocamos la canción para gente que no se sabía la letra. Cuando lanzamos el álbum eso cambió, por lo menos en Inglaterra, de repente el público se sabía la letra. Eso fue genial. Pero después fuimos a Estados Unidos y resultó que la gente, no sólo no conocía la letra, sino que ni siquiera sabía quiénes éramos, no sabían qué era Keane.
Luego de eso volvimos a Reino Unido y tocamos en el festival Glastonbury, allá todos cantaron con nosotros y fue como un respiro, nos dio calma. El disco tenía sólo dos semanas de haber salido. Creo que fue el momento en el que nos dimos cuenta de que las cosas estaban yendo bien.
¿Cuándo tomaron la determinación de usar el piano como elemento principal en las melodías? Usualmente la guitarra adopta ese papel.
Sí. No fue intencional. Nosotros iniciamos como una banda de guitarra. Yo tocaba el bajo, y teníamos un muy buen guitarrista que era Dominic Scott. Pero tomó la decisión de dejar la banda en 2001, así que tuvimos que tomar la determinación de encontrar el camino para hacer música sin él. Fue algo curioso porque, de hecho, a mí siempre me gustó más tocar el teclado. Cuando Dominic se fue descubrimos un piano muy cool, era el Yamaha CP-70 que, básicamente, es un piano de cola real, pero que puedes doblar, desarmar y llevarlo en tour. Y ese se convirtió en el centro de nuestra música. Pero nunca fue que tuviéramos una gran idea para ser diferentes a los demás. La verdad es que queríamos ser igual a todos, pero fuimos forzados a ser distintos.
¿Cómo es su relación con el disco después de tantos años? Algunos artistas se sienten lejanos de sus primeras canciones o no les gustan.
No, a mí me gusta el disco y estoy muy orgulloso de él. Creo que todos nos sentimos así. Cuando lo escuchamos nos ponemos muy emocionales porque es el sonido de unos chicos jóvenes tratando de expresar sus sueños, determinaciones y amistad. Puedes oír la fuerza de nuestra amistad ahí, de eso se trata ‘Somewhere only we know’, de todo el apoyo que nos dábamos, del cariño, de la determinación que teníamos de seguir haciendo música y de iniciar nuestro camino en la industria. Suena diferente, somos personas diferentes, pero amo escucharlo. Es el documento que certifica cómo nos sentíamos al inicio de todo.
¿Cuál es el momento que más resalta luego de más de 20 años de carrera?
Wow, honestamente creo que este año ha sido el mejor año de todos. Es decir, el año en el que salió ‘Hopes and Fears’ fue increíble y emocionante, pero no tuvimos tiempo de asimilarlo, todo pasó muy rápido y no nos dimos cuenta de lo afortunados que éramos. Pero este año, aunque hemos estado de gira en Europa, Estados Unidos y Sudamérica, hemos tenido el mejor tour de nuestra carrera. Hemos recibido demasiado amor. Se siente bien.
Ahora, el mayor ‘highlight’ del año fue la presentación que tuvimos en Glastonbury, porque es en nuestro país natal, es un gran festival, salimos en televisión y estuvimos en el escenario principal. No puedo explicarte lo nerviosos que estábamos en el ‘backstage’. Pero fue increíble, tocamos muy bien, el público fue gigante y animado. Mi mamá estaba ahí, mi hija también, fue demasiado especial.
Richard Hughes le dijo a Q Magazine que en los noventa, cuando empezaron a juntarse y cimentar lo que sería Keane, la idea de hacer una banda era extraña. Dijo que cualquier cosa que no tuviera una pelota parecía no tener futuro. ¿Qué tan difícil fue formar la banda?
Bueno, se sintió como algo extraño de hacer. Fue la era de Guns N Roses, y no sé, no se sentía como algo con lo que nos pudiéramos identificar. Creo que ahí radica la importancia de Oasis, Blur y de tantas bandas tan increíbles que surgieron en el Reino Unido. De repente pensabas: bueno, al menos estas bandas son de acá. Hacer música tenía más sentido. Igualmente, seguíamos siendo chicos criados en una ciudad pequeña, en donde la idea de formar una banda era loca y descabellada, y nunca se te pasaba por la cabeza que terminarías presentándote en Bogotá o sonando en la radio.
Luego fui a la universidad con Chris Martin, de Coldplay. Solíamos tocar juntos. Cuando ellos firmaron y empezaron a tener éxito pensamos: bueno, hay gente que conocemos y que lo logró. Eso nos dio coraje y fuerzas para seguir intentándolo, porque además nos dimos cuenta de que debíamos tomarnos el trabajo más en serio.
Son 20 años del lanzamiento de ‘Hopes and Fears’, pero más de 20 años de amistad. ¿Cómo es su relación con los demás integrantes de la banda?
Es muy buena, hemos crecido juntos, aunque también hemos tenido altibajos. Ha habido momentos muy difíciles. Pero si tienes la suficiente suerte de sobrevivir tanto tiempo como banda, puedes mirar hacia atrás y pensar en lo afortunado que has sido, en lo mucho que amas a tus compañeros y en lo mucho que los necesitas. Ese espíritu, que se siente en el primer álbum, sigue ahí. Porque nadie más sabe lo que nosotros pasamos y sentimos. Es una relación invaluable. Es como una familia, tienes que aceptar que ninguno es la persona que era hace 20 años, que todos evolucionamos, que debes tener paciencia.
Su música cruzó el océano, llegó a Latinoamérica y a nosotros también nos gustó. ¿Cómo se siente ver que su música ha cruzado tantos miles de lugares y que personas que no hablan inglés la reciben con cariño y la adoptan en su vida diaria?
Es lo mejor de tener una banda. Te mueve por dentro. Con el paso de los años, cada vez que venimos a Sudamérica los shows son más grandes y la gente es más emocional. Vamos a estar en Bogotá, y ya estuvimos en Brasil, Uruguay, Perú, Argentina, y en todos estos sitios nos paramos en el escenario, miramos al público y pensamos: ¿quiénes son todas estas personas y cómo llegamos hasta acá? Probablemente, suene como un cliché, pero tenemos suerte de que llevemos tanto tiempo haciendo esto y de que las personas nos reciban con tanto cariño.
La última vez que visitaron Colombia fue en 2019. ¿Recuerdan algo de aquella vez?
Llovió mucho. Ustedes tienen un clima muy épico. Recuerdo que fuimos a Monserrate, usamos el funicular… todos los fans fueron muy amables. Sentimos que estaban felices de nuestra visita. Todos cantaron muy fuerte, vimos demasiadas sonrisas en el público y fueron muy ruidosos, nunca dejaron de cantar. Espero que este sábado veamos todo eso de nuevo y que sea aún mejor.
Loren Buitrago para EL TIEMPO
@Soofisaurio