La televisión, la de siempre, la de gente charlando con estilo y desparpajo está en todas partes y en todo lo digital.
La televisión hoy es la no tele: el desparpajo, la estética desprolija, el arrebato del habla cotidiana, la presencia de sujetos con cabeza propia. Y esa tele ya ha llegado a los canales. Menos al Uno que sigue en modo radio (jajajaja) o Caracol/RCN/Señal que siguen adorando su yo-importancia-arrogancia-solemnidad-prepotencia-aburrimiento.
Juanpis. El mejor ejemplo de la tele no tele. Parece tv pero nop, dice cosas fuera del molde, es incorrecto, llega a enervar y molestar. Provoca. Y los que lo ven y siguen son tan tontos que lo asumen en serio y sacan en sus comentarios a relucir sus odios, sus precariedades de sentido, bajeza emocional y mental. La gente en sus modos patéticos de existir. Y todo porque Juanpis los provoca, los goza, los usa y los burla.
Bogotario (Canal Capital). Salirse del estudio, irse a la calle, buscar las historias que están en los lugares y los vecinos. La idea es muy buena: contar a Bogotá desde esos icónicos cotidianos. Pero… dicen que es un videocast, o sea un podcast con video y al final es solo vieja tele, más o menos higiénica, sin Bogotá. Una estética que da lo mismo si graba en barrio rico o pobre. Raro eso que no seamos capaces de “traducir” la realidad a estéticas, que “esa idea” del audiovisual bien hecho (higiénico) se imponga.
El prom (canal Trece). Ficción de suspenso sobre el bullying y la salud mental. Todo bien. La historia: todo comienza con lo que parece ser un simple reencuentro entre excompañeros de colegio, y lo que inicia como una noche de nostalgia se convierte en una pesadilla inimaginable. La realización y el estilo está en la norma. Todo muy bien, pero como todo lo de la tele pública y Mintics: solo 3 capítulos. Esto es increíble en Colombia que hagamos series de 3 capítulos. Eso es pobreza narrativa, precariedad de política pública. Si queremos triunfar debemos financiar series de verdad: de al menos 8 capítulos.
Distrito Eureka (Canal Eureka). Este canal es el infantil de Bogotá. Y en este programa nos cuentan muchos parches de la ciudad, nos llevan a descubrir la diversidad que habitamos. Se supone es aventura (que no lo es), se supone que es comedia (que tampoco lo es). Y no es ni aventura ni comedia porque los protagonistas parecen robots sobreactuados que han perdido su adolescencia. ¿No pueden ser normales? Lo bueno es que son 20 capítulos.
El latido con Margarita Ortega (Canal Capital). Ella sabe. Ella registra muy bien. Ella tiene experiencia. Ella tiene desparpajo. Peroooo en este programa la ponen a hacer la vieja tele. Le falta la irreverencia del streamer, la autenticidad de la conversa, el romper esa estética del estudio y la solemnidad. Aún hay gente que cree que la televisión es eso de hablar solemne, vestir elegante, tomarse muy en serio y creerse importante.
ÓMAR RINCÓN
Crítico de televisión
orincon61@hotmail.com