Nathalie Fillion es una autora, directora, actriz y pedagoga francesa enfocada en el teatro contemporáneo. Su obra ‘Rostros’, de la compañía francesa Théâtre du Baldaquin, es una apuesta por recuperar el tiempo perdido y el contacto real entre las personas. El performance que se presentará el próximo 7 y 8 de octubre en el Teatro Estudio La Quinta Porra contará solamente con artistas colombianos.
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Fillion ha construido una propuesta que cuestiona los tiempos modernos y se abraza a los principios clásicos del teatro sin dejar de establecer nuevas relaciones con los lenguajes escénicos. En ‘Rostros’ se pregunta por lo profundo del alma y los encuentros. Esta obra, escrita con minuciosidad y ritmo, pretende ser la fotografía de un rostro que nunca se va a ver completamente, exigiéndole al público un compromiso con su imaginación.
Concebida como una creación efímera, poética y viva, ‘Rostros’ es una excusa para entender los encuentros, una búsqueda del balance entre lo individual y colectivo que se plantea desde las artes y que, en el caso de Fillion, transporta a la estructura más elemental del teatro occidental: lo que se muestra y lo que se oculta en el escenario.
EL TIEMPO habló con Nathalie Fillion mientras preparaba la presentación de ‘Rostros’ en el Festival Internacional de Artes Vivas de Bogotá (FIAV) con un nuevo elenco, completamente local, como lo hace en cada lugar en el que se presenta.
¿Cómo es transmitir la idea del performance a nuevos intérpretes?
Es apasionante. El proceso es el mismo cada vez. Es un proceso incorruptible porque empezar con el encuentro de una persona a la que no conoces y mirarla a la cara durante una hora es algo muy fuerte y no puedes acostumbrarte a eso. Es un proceso muy humano. También es cierto que cambia el equipo, son variaciones del mismo proceso, así como el lugar y el socio que escoge el espacio. Siempre es un poco orientado. La misma cosa pero diferente cada vez.
¿Cuánto tiempo tiene para concretar el montaje de la obra?
Para hacer todo lo mínimo es 5 días. Aquí ha sido un poco más porque yo no escribo en español y voy a ser traducida por una colombiana. Entonces voy a necesitar más tiempo. Aquí solo es una pequeña semana pero se monta en 4 o 5 días.
¿Cuál es la pregunta que envuelve a ‘Rostros’?
Es una pregunta sobre la mirada y el tiempo, que han desaparecido. También es sobre la escritura y la literatura, que parecen haber abandonado su función descriptiva desde que existe la fotografía. Ahora parece que todos sacamos fotos pero no miramos. Mirar necesita tiempo y de eso se trata la obra. Hay algo muy secreto también en esta composición. El teatro occidental nació en Grecia y siempre esta la idea de lo que se muestra y lo que se esconde. Este proyecto está construido bajo esa idea porque no vamos a ver nunca la verdadera cara de la persona, sino que vamos a escuchar e imaginar la cara con las palabras de la descripción y vamos a ver la espalda. También es una confianza en el público, en la llamada a que construyan con su propia imaginación a partir de lo secreto y de lo que se revela.
¿‘Rostros’ intenta retomar el origen del teatro?
Es la búsqueda de algo colectivo que puede quedarse en lo individual. Para mi hay un equilibrio perfecto entre el encuentro individual, intimo y privado, junto con la escritura, que cada uno lo hace como quiere. Con las reglas de la escritura cada uno puede sentirse libre. Pero, del otro lado, necesitamos a los otros para construir. Estoy pensando en un equilibrio entre lo individual y lo colectivo. Este proyecto es así. La suma de varios que crean una obra fugitiva, inscrita en el presente. Ahora está aquí, en Bogotá. Bueno… estará aquí el lunes. Todavía no existe y es muy importante para mí, que escribo arte contemporáneo, que el teatro siga escribiéndose. Aunque hagamos un repertorio muy grande esto no se acabó y va a estar después de nosotros así como estuvo antes.
¿Cómo se entienden los símbolos que están la obra en las diferentes culturas donde se presenta?
Pienso que no tengo la respuesta ahora. Tengo la pregunta pero no la respuesta. Quizás en unos años pueda responderte. Lo que pasa es que mi proposición es tan simple, tan fácil de compartir, que por todas las partes del mundo entienden lo que quiere decir. Porque es sentarse y mirarse. Un encuentro suele ser la misma cosa en todas partes.
Usted habla de lo que se muestra y se esconde dentro del teatro, ¿qué tanta atención le pide esta obra al espectador para que la entienda?
Ayudamos con el ritmo. Son textos cortos. También hay música y para mi la música es el arte que incluye todo. La pintura es música, está el ritmo. Yo siempre pienso en eso para el público. Porque es verdad que estamos acostumbrados a ser espectadores pasivos, pero es una hora y cuarto. No es largo. 6 textos, es decir, hay ritmo. Mucho ritmo para que no se duerma la gente.
¿Cómo piensa el ritmo que quiere que tengan sus proyectos?
Pienso que es algo que está dentro de mí. Yo vengo de la música. Antes de escribir estaba en la música y es algo que se ve en mi trabajo y en mi escritura. Yo lo hago así, como una partitura. Mi dirección es muy musical.
¿Participa en la composición de la música presente en la obra?
Eso depende. Yo mezclo muchas cosas. Para mí la libertad, también como mujer, viene cargada de todas las herencias que tengo. Yo me llamo a mi misma como una barroca contemporánea. Me gustan muchos estilos y este proyecto también es así. La unidad viene de cosas muy diversas. La sorpresa es la libertad de poder cambiar las decisiones y eso es posible.
Cuando participa de un festival como el FIAV, ¿alcanza a conocer las obras de los otros artistas mientras que trabaja?
No tengo mucho tiempo para ver a los demás. Necesito escribir aquí en el hotel, mirando la vista de Bogotá. Pero es muy difícil estar disponible mientras uno está trabajando y eso hace que sea complicado pensar en algo diferente que ‘Rostros’.
¿Considera que la obra seguirá construyéndose cuando termine el festival y la lleve a otro lugar?
Con el tiempo me doy cuenta de que ‘Rostros’ me lleva a lo más sencillo del teatro: el secreto, la colectividad, lo humano, lo que se muestra y se oculta… cada vez pasa algo, es cierto. Pero tendríamos que encontrarnos en diez años y mirar. Lo que quisiera es hacer una colección con todas las fotos, los textos, la música, los idiomas y hacer una geografía muy interesante del mundo. Muy sencilla y colectiva. Me recuerda que la simplicidad es la búsqueda de una vida.
Detalles de la obra
Rostros
- Duración, idioma y clasificación: 75 minutos, en francés con subtítulos en español, general.
- Fechas: 7 y 8 de octubre
- Lugar: Teatro Estudio La Quinta Porra (Cl. 11 No. 2-78)
- Boletas: Desde 55.000 a 109.000, disponibles en www.fiavbogota.com
JUAN JOSÉ RÍOS ARBELÁEZ
Escuela de Periodismo Multimedia EL TIEMPO