El café es una de las bebidas más consumidas alrededor del mundo. Es muy frecuente que cuando le ofrezcan esta bebida en una casa o la adquiera en un establecimiento comercial, el pocillo esté encima de un plato pequeño.
Casi todas las cafeterías alrededor del mundo tienen esta práctica. En muchas ocasiones, la única función de este es adornar el pocillo; otros piensan que es para poner pequeñas galletas que acompañan las bebidas calientes o para dejar una cuchara.
Taza de café Foto:iStock
Se piensa que el pequeño plato únicamente es una formalidad o un elemento decorativo que hace que la presentación de la taza de café se vea mejor. El medio francés ‘L’Internaute’, reseña que el origen de usar el pequeño platito se remonta a épocas en las que las tazas de café no tenían oreja o de dónde agarrar, por lo que era necesario un soporte para evitar posibles quemaduras o evitar que se derramara el líquido caliente.
Sin embargo, con el paso del tiempo y la llegada de los pocillos con oreja, como se conocen tradicionalmente, la utilidad del pequeño no plato terminó ahí, pues el medio francés explica que al colocar las tazas con bebidas calientes sobre estos platos, se genera una corriente de aire entre los dos objetos que acelera el proceso de enfriamiento.
Lo anterior, permite que el café o cualquier otra bebida caliente alcance una temperatura adecuada para su consumo más rápidamente, sin riesgo de quemaduras y sin necesidad de esperar demasiado tiempo.
Taza de café Foto:iStock
En el siglo XVIII el uso del plato tuvo una pequeña variación, pues se hizo común que muchas personas depositaban las bebidas calientes en el plato, con el fin de hacer que estas se enfriaran de forma rápida, pues en esa época los platos contaban con bordes para evitar derrames.
El uso del pequeño plato se ha mantenido en el tiempo, pues además de evitar quemaduras, también protege las superficies donde se coloca el pocillo, evitando quemaduras en mesas o manteles.
Asimismo, en muchas ocasiones, los restaurantes o cafeterías han adoptado este uso para darle un toque de sofisticación a las bebidas calientes.
ALEJANDRA HERNÁNDEZ TORRES
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO