La puja por dos reformas políticas que se dará en el Congreso: una es del Gobierno y otra es a la medida del Pacto Histórico

Las Comisiones Primera de Cámara y Senado tendrán que definir en los próximos días cuál reforma política quieren acoger: la del gobierno de Gustavo Petro o la que presentaron más de 40 congresistas. Los objetivos son distintos, pero tienen puntos que hacen que los textos choquen entre sí.

La propuesta del ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, apunta a cambios en tres ejes: financiación, listas cerradas y la estructura del Consejo Nacional Electoral (CNE). También modifica el tema de las personerías jurídicas para introducir un modelo progresivo de adquisición de derechos, dándole un reconocimiento por afiliación a los movimientos políticos.

En cambio, la propuesta de origen congresional tiene como principal objetivo habilitar el transfuguismo para que los congresistas puedan saltar de un partido a otro una vez por periodo sin incurrir en doble militancia o renunciar a la curul que ostenta. Asimismo, sube el umbral a cinco por ciento y obliga a que los partidos que vayan en coalición se convierten en una sola colectividad en caso de alcanzar curules.

Las propuestas son diferentes y en algunos casos se podrían catalogar como antagónicas, sobre todo en temas como el umbral o en la concepción de los partidos.

Por un lado, desde el Ejecutivo buscan dejar el umbral de tres por ciento igual y entregar reconocimiento político a movimientos políticos a través de afiliaciones. En cambio, la propuesta de los legisladores busca subir el umbral al cinco por ciento, lo que se lee como un intento de reducir la cantidad de partidos.

Asimismo, la iniciativa de los congresistas tiene como enfoque principal el transfuguismo y está a la medida del Pacto Histórico, pues busca solucionar aquellos temas que tiene a la coalición de izquierdas con pujas en su interior ante la renuencia de algunos sectores a unir sus personerías para convertirse en una sola colectividad. En contraposición, la propuesta del Ejecutivo busca fortalecer el sistema de partidos incentivando temas como afiliados y las listas cerradas

Una competencia en el trámite

Desde ya se observa que será una competencia entre ambos actos legislativos. Por un lado, comienzan en las corporaciones contrarias. La reforma política del ministro Cristo iniciará su trámite en la Cámara, mientras que el proyecto de los congresistas será en Senado.

El Gobierno se garantiza un comienzo más o menos fácil, pues dicha corporación le ha sido afín a sus proyectos. En el caso de los congresistas, se evitan una acumulación de proyectos ante su enfoque parecido y un inicio que puede ser apalancado en la Comisión Primera por el senador Carlos Chacón, uno de los autores de la iniciativa, junto con la representante Marelen Castillo.

Aunque el ministro Cristo ha hecho énfasis en la necesidad de su proyecto para contrarrestar la corrupción que ha permeado la esfera política en distintos niveles, no hay tanta claridad de si va a tener éxito o no. Varios senadores de la Comisión Primera ya han mostrado su distancia con el texto.

Otra seña del panorama adverso fue el fallido trámite del acto legislativo para reformar el CNE, de la autoría de los senadores Humberto de la Calle y Ariel Ávila. Dicha propuesta fue asumida a su totalidad por el proyecto del Ministerio del Interior. Aun así, estaba en trámite en la Comisión Primera de Senado. Tuvo un comienzo exitoso, pero se estancó en un punto bastante llamativo: no se ha logrado votar el título y la pregunta de la propuesta, algo que pocas veces ocurre pues es de mero trámite.

Aunque se agendó en varias ocasiones la propuesta, no se pudo sobrepasar esta etapa. Para evitar un bloqueo en la agenda, el presidente de la célula, Ariel Ávila, dejó de insistir en la propuesta y esperará a que llegue el proyecto del Ejecutivo que incluye sus tesis. Sin embargo, lo ocurrido en la Comisión Primera de Senado es una muestra de la renuencia a reformar el CNE por algunos sectores.

En cambio, en el papel, la ‘reforma política’ de los congresistas cuenta con más apoyos, incluyendo una gran parte del Pacto Histórico. La propuesta es del gusto de varios congresistas que quieren cambiar de partido y es vista con buenos ojos por la coalición de izquierda debido a que es la forma más fácil para que algunos de sus congresistas más destacados, María José Pizarro y David Racero, puedan hacer parte del partido único ante la resistencia del Mais a ceder su personería.

De esta forma, se espera que en las próximas semanas el Congreso sea un escenario de un nuevo choque entre dos proyectos que buscan reformar elementos centrales del sistema político, pero con objetivos muy distintos entre sí.