La presión del repentista que tiene vivo un legado de 76 años en el Carnaval de Barranquilla

hace 1 día 12

Sin verseador no hay salida. Los danzantes con coloridos turbantes del Congo Grande están ansiosos por salir al escenario. Mueven las piernas, marcan el ritmo ensayado en la baldosa donde se mantienen parados, pero están ‘huérfanos’ de tambor.

El presentador ya los anunció y el público amante de la tradición, que se agolpó en la imponente Plaza de la Paz de Barranquilla, anhela ver su ritual en la tarima de la Fiesta de Danzas.

El primer golpe que da el tamborero los alerta. Hasta que, de pronto, ‘Joche’ Pérez se ubica al frente del micrófono, golpea su garganta con la mano derecha y entona el primer verso con el poder de su voz y con el don del repentismo.

“Ay, buenas tardes, mi gente, buenas tardes, ¿cómo están? Buenas tardes, mi gente”, canta Joche para que una fila de 14 parejas, entre hombres y mujeres, adultos y jóvenes, salgan al ruedo y se roben de entrada el aplauso de los espectadores.

El barranquillero, de 37 años, luce vestido con un pantalón anaranjado, una camiseta con estampados que simulan la piel de un leopardo, ambientada en la selva africana y que lleva en su cuello el tono que juega con la prenda de sus extremidades inferiores.

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'Joche Pérez' es el verseador de la 'Danza Congo Grande de Barranquilla'. Foto:Vanexa Romero / EL TIEMPO

Tiene dos círculos con color rojo pintados cada uno en sus mejillas. La tempera le salió buena: ni la transpiración, producto de los 35 °C bajo sombra y de la adrenalina de la tarima, le corre el maquillaje. Además, unas gafas oscuras para protegerse del sol.

En medio de su interpretación, él mismo se presenta con la espontaneidad que lo caracteriza y dejando claro el legado de 79 años que defiende, un valioso tesoro que no quiere dejar perder.

Mucho gusto me presento, me dicen el ‘Joche’ Pérez, mucho gusto me presento / Soy el hijo del ‘Mono Mingo’, un hombre que todos quieren, soy el hijo del ‘Mono Mingo”, aclama.

El ritmo de ‘Mingo’ en la Danza del Torito

Domingo ‘Mingo’ Pérez Fonseca fue un icónico verseador de la música tradicional de Congo. Marcó desde 1949 la marcha de la Danza del Torito Ribeño hasta diciembre de 2020, cuando falleció.

De acuerdo con los historiadores y hacedores, a ‘Mingo’ lo consideraban una autoridad en materia de la tradición oral, principalmente entre los intérpretes de los ritmos tradicionales de las danzas de Congo.

Antes de su partida, a sus 82 años, Pérez Fonseca se encargó de dejar una herencia: que sus ocurrencias convertidas en versos no partieran con su muerte, sino que quedaran, al menos, como una figura de inspiración en ‘Joche’.

La presentación del Congo Grande de Barranquilla, que este año llega a 150 años de fundación, en la Fiesta de Danzas fue todo un éxito. El público se deleitó con la coreografía tradicional de los danzantes y la sapiencia del repentista.

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Presentación del Congo Grande de Barranquilla en la Fiesta de Danzas. Foto:Prensa Carnaval de Barranquilla

Una preparación animada por la pasión

Siguiéndole el paso a ese verseador que estaba tras bambalinas del escenario de la Plaza de la Paz, se dejó ver nuevamente dos días después, en los ensayos de grandes y pequeños en la cancha de El Carmen, suroccidente de la ciudad.

Su nombre de pila es José David Pérez Hernández, quien llegó a pie desde el barrio Montes hasta esta zona de la ‘Arenosa’ para ultimar detalles de la presentación en el Carnaval de los Niños, La Guacherna, Coronación de los Reyes del Carnaval, Batalla de Flores, entre otros eventos.

Pese a lo largo del trayecto y a tener dos tornillos incrustados en su pierna derecha tras sufrir un accidente de tránsito, cumplió con estar ahí. Más allá del compromiso con el grupo, lo motiva a diario el amor por salvaguardar el Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad, según declaró la Unesco a las ‘carnestolendas’ en 2003.

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Joche Pérez es el verseador de la 'Danza Congo Grande de Barranquilla'. Foto:Vanexa Romero / EL TIEMPO

Se siente una energía y una corazonada enorme, porque veo que el legado de mi papá no se ha muerto, cada vez es valorado mucho más

'JOche' PérezCantante y verseador.

“Heredé de mi padre ‘Mingo’ el repentismo. Canto por llevar este legado a lo más alto y hacerlo más visible. Soy ese joven que le aporta cultura a la ciudad y todo este talento que heredé de mi padre. Se siente una energía y una corazonada enorme, porque veo que el legado de mi papá no se ha muerto, cada vez es valorado mucho más”, manifiesta el hombre.

En los años 60’s, los integrantes de la Danza del Torito y de la Danza del Congo Grande no se podían ver ‘ni en pintura’. Dicen que se tomaron en serio ese término de ‘Guerreros’ y se agredían con garrotes y machetes de madera que hacen parte del vestuario.

¡Quién lo creyera! Seis décadas y media después, los clásicos rivales, hoy amigos de parrandas, intercambian fichas. Tal como su papá, ‘Joche’ creció en la Danza del Torito hasta el año pasado. Hoy en día pertenece a la danza que dirige Adolfo Maury.

“Los versos son algo innato, su esencia es la rima, entonces la clave principal es la espontaneidad y eso es lo que me caracteriza. Tratamos siempre de improvisar y sacar a flote esa virtud y ese talento, que es el repentismo”, destaca el barranquillero.

Los elementos que sirven de inspiración

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Joche Pérez es el verseador de la 'Danza Congo Grande de Barranquilla'. Foto:Vanexa Romero / EL TIEMPO

Una mirada, unas palmas con ritmo, el golpe del tambor, la guacharaca, un lápiz, un papel y las vivencias del día a día son elementos suficientes para que el joven Pérez componga versos por una variedad de temáticas en el marco de la fiesta.

“Eso es algo espontáneo, miro para un lado y eso llega a la mente. Ahora estaba hablando con un amigo sobre la importancia del repentismo y lo que enriquece el repentismo es la lectura y escribir. Es lo que hacía mi papá, iba a hacer un mandado al Centro y anotaba: ‘Fui al Centro, compré esto...’. Tenía una libreta y con eso ejercitaba el cerebro. Entonces yo pienso que por eso se me facilita y, como ya he descubierto esa faceta, juego con eso”, asegura.

Por lo anterior, para ‘Joche’, cada momento es una oportunidad. Ya sea en el ensayo, en el desfile o partiendo, incluso, de las directrices del director. Se le canta a cualquier detalle que pase por su vista.

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Joche Pérez es el verseador de la 'Danza Congo Grande de Barranquilla'. Foto:Vanexa Romero / EL TIEMPO

“Por ejemplo, veo pasar un señor con un sombrero y sale: ‘Cuando venga mi sombrero, le voy a pegar un regaño (bis) / Porque yo le tengo dicho que el sereno le hace daño (bis)’. Se le canta a la política, a la farándula, al perro que pasó, al gato. Uno juega con la mente y eso es importante. Es ahí donde uno pone a prueba el repentismo”, destaca ‘Joche’.

Las danzas tradicionales de África

Su canto va acorde con las danzas tradicionales de África. Es así como las danzas del Torito, la del Congo Grande y la del Congo Reformado cargan una guacharaca hecha con la mata de corozo y se toca con un hueso, dándole un sonido peculiar.

“Lo autóctono de esto es que las palmas lo complementan, además del coro de los muchachos que me acompañan. Viene de las tribus africanas y sus rituales, por eso los movimientos en fila como serpientes. Son culturas ancestrales de África, que entró por Cartagena con la época de los cabildos. El toque con el tambor se hacía cuando ya se sentían la amenaza de otras tribus que se acercaban. Se encontraban y competían. Inclusive, aquí las danzas, cuando se encontraba, peleaban y se daban con los palos. Ya eso cambió, ya no se pelea, ya no se dan garrote”, recuerda Pérez entre risas.

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Joche Pérez' es el verseador de la 'Danza Congo Grande de Barranquilla. Foto:Vanexa Romero / EL TIEMPO

Dentro de la misma preparación, les dedican un buen tiempo a los arreglos musicales. Hay que tener en cuenta que existen toques de caza, toques de recogida y toques de calle.

“Todo el año vivimos 24/7 trabajando lo que son las presentaciones, los versos y la participación cultural. Trabajamos en casas culturales para que los niños se motivaran a seguir este legado”, cuenta ‘Joche’.

‘Joche’ pone su ilusión en su hijo de 7 años

Mientras el artista barranquillero explica su labor, se le escucha fónico, con las cuerdas vocales desgastadas producto del día a día, donde canta en la mayoría de las ocasiones a capela, como manda la tradición.

“Todo esto es para bien del folclor. Es algo que solamente el amor y la pasión por lo que uno hace le da esa fuerza a uno para seguir aportando, aportando para nuevas generaciones. Es una gran presión llevar este legado, porque la gente siempre está a la expectativa de mi papá. Gracias a Dios se me facilita, pero siento el compromiso de que mi papá llegó a grabar canciones. Mi papá fue mucho más grande que yo, no compito con él, simplemente me dejo llevar por el legado que me dejó”, afirma el joven.

“¿Y después de ‘Joche’ quién viene?”, le pregunta uno de los danzantes que ensaya. A lo que él responde: “Ojalá, mi hijo, de 7 años, siga con el legado y salga adelante con toda esta herencia cultural que mi papá me dejó”, anhela el repentista.

“Que lo sepa todo el mundo el Congo Grande ya llegó, que lo sepa todo el mundo (bis)”, canta otra vez ‘Joche’ Pérez para darle salida a las parejas de bailadores en el Carnaval de los Niños, siguiendo así un legado que a ‘Mingo’ Pérez ha inmortalizado.

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Deivis López Ortega

Corresponsal de EL TIEMPO - Barranquilla

En X: @DeJhoLopez

Escríbeme a deilop@eltiempo.com

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