Contrario a la tradición cristiana, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, volvió a adelantar la Navidad este año y le dio inició el pasado 1° de octubre. Sin embargo, el problema no es el decreto presidencial, sino la obligatoriedad del mismo.
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Escuelas, comercios, instituciones públicas, recintos hospitalarios y calles forradas de luces y adornos navideños contrastan con una Venezuela con problemas de electricidad en la que hay comunidades que pasan hasta más de ocho horas sin servicio eléctrico.
Sin embargo, para Maduro y sus acompañantes, quejarse por el adelanto y obligar a los niños en las escuelas a lucir gorros navideños y cantar villancicos en octubre, es sinónimo de ser “imbécil”.
“Hay periodistas que desde Miami, España, Colombia, especulan por qué Maduro adelantó las navidades. No es la primera vez, imbéciles, ya lo hemos hecho antes”, manifestó el presidente en su programa semanal de TV; y siguió: “¡Imbéciles mercenarios! Escriben artículos diciendo que la adelantamos por esto y por lo otro. Sí, las adelantamos y estamos felices. Les duele nuestra felicidad. ¡Gafos!”.
Pero aunque las calles ya tengan adornos y las estaciones de radio incluyan las famosas gaitas -música típica venezolana- en su programación, la verdad es que poco se siente el espíritu de celebración, aunque Maduro insistió en que el adelanto era para celebrar su victoria el pasado 28 de julio en las elecciones presidenciales, triunfo que ha sido cuestionado ante la negativa del Consejo Nacional Electoral de mostrar los resultados.
El decreto presidencial, que ya ha hecho en otros años -en 2023 la Navidad comenzó el 1° de noviembre- incluye multas y sanciones a los comerciantes que se nieguen tan siquiera a colgar una guirnalda en la entrada de su negocio.
“Yo lo tuve que poner a própósito. Un árbol con luces y unos adornos, porque los del Seniat hicieron una inspección y amenazaron con multas si no nos sumamos a la Navidad”, dijo a EL TIEMPO un pequeño comerciante que prefirió no identificarse.
“Yo lo tuve que poner a própósito. Un árbol con luces y unos adornos, porque los del Seniat hicieron una inspecíón y amenazaron con multas si no nos sumamos a la Navidad”.
El Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat) regularmente visita tiendas y negocios para verificar que paguen los impuestos -que además son altos- a la municipalidad y al Estado, pero ahora la visita incluye que la cuota de adornos y música navideña.
La Iglesia Católica reaccionó y rechazó que una de las máximas celebraciones del cristianismo sea “utilizada con fines propagandísticos”.
“La Navidad es una celebración de carácter universal. El modo y el tiempo de su celebración compete a la autoridad eclesiástica”, dejó claro en un comunicado la Conferencia Episcopal Venezolana.
Celebración empañada
En este inicio decembrino, se sumó la Fuerza Armada, que perdió a uno de sus integrantes mientras lanzaban fuegos artificiales en el complejo militar de Fuerte Tiuna en Caracas y que según recogió el diario El Nacional.
La víctima fue identificada como el sargento José Gilber Vizcaya Laya, perteneciente a la Dirección de Químicos, Explosivos y Energía Atómica de la Dirección de Armas y Explosivos.
Ningún alto mando habló sobre lo ocurrido.
También, mientras sonaban los fuegos artificiales, 70 menores de edad apresados desde el 29 de julio, un día después de las elecciones, se quejaban en sus celdas pidiendo ser liberados, pero sus custodios solo les repiten que serán juzgados por terrorismo.
Las madres de estos jóvenes, que además no pudieron empezar el nuevo año escolar,el cual inició con retraso la semana pasada, piden tener a sus hijos de vuelta precisamente para el 25 de diciembre cuando se celebre la Navidad.
“No me imaginaba que este año iba a ser tan duro, quiero a mi hijo en casa por favor”, narró a este diario una de las madres desesperadas.
Mientras eso ocurre, las tiendas facturan luces, bambalinas, árboles y demás adornos, “pero no en la cantidad que quisiéramos”, dice la cajera de un almacén en el centro de Caracas. “La gente no tiene dinero para eso, primero están resolviendo sus necesidades y obviamente no es diciembre”, insiste la joven.
El precio de un árbol de Navidad supera los 100 dólares, mientras que la canasta básica está por encima de los 550 dólares según estimaciones del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros.
ANA MARÍA RODRÍGUEZ BRAZÓN - CORRESPONSAL EL TIEMPO - CARACAS