LATINA, Italia — Cuando Satnam Singh, un recolector de frutas migrante de India, se cercenó el brazo en un accidente en junio mientras trabajaba en los campos cerca de Roma, en lugar de llevar a Singh a un hospital, su jefe lo dejó frente a su casa con parte de su brazo en una cesta de frutas. Singh murió poco después.
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Llegó a Italia en el 2021 de la región de Punjab con un permiso de trabajo temporal y luego permaneció trabajando ilegalmente durante más de dos años, esperando en vano a que un patrón lo legalizara, dijo la policía. En lugar de ello, se encontró, como tantos otros, trabajando en un sistema tipo feudal con escasas protecciones para algunos de los trabajadores más necesarios de Italia.
La muerte de Singh, de 31 años, provocó un revuelo en Italia y desencadenó una nueva ronda de examen de conciencia sobre la conflictiva relación del País con los inmigrantes. Italia, con su población en envejecimiento, necesita desesperadamente trabajadores extranjeros, pero el discurso público ha estado dominado por conversaciones sobre cómo mantener alejados a los migrantes.
Ahora, incluso aquellos que habían advertido sobre un “reemplazo étnico” por extranjeros, incluyendo a la Primera Ministra Giorgia Meloni, ven la necesidad de mano de obra inmigrante. Su Gobierno ha prometido mejorar las vías para que los migrantes trabajen legalmente en Italia, un sistema que todos admiten está plagado de abusos, dejando a muchos vulnerables a la explotación y el chantaje.
“Satnam es el símbolo de un sistema”, dijo Marco Omizzolo, un sociólogo que se centra en los trabajadores migrantes en las vastas tierras agrícolas de Agro Pontino en la región central del Lacio, donde murió Singh.
Meloni calificó la muerte de Singh de “repugnante”. Ha tratado de trazar una línea clara entre la migración regular e irregular tomando medidas enérgicas contra las llegadas ilegales por barco y al mismo tiempo aumentando el número de permisos de trabajo para los trabajadores migrantes.
En realidad, la distinción entre migrantes regulares e irregulares sigue siendo borrosa, dijeron los expertos.
Muchos migrantes llegan con contratos estacionales, pero luego permanecen y trabajan ilegalmente en el País. Otros arriban con la promesa de un contrato, pero nunca se les da uno, ya que las cuotas actuales del Gobierno para trabajadores migrantes legales no obligan a los patrones a contratar a los migrantes que traen.
Al estar en el País sin contrato y a veces sin permiso, los trabajadores son presa fácil para patrones sin escrúpulos. La historia de Singh fue emblemática de los abusos que enfrentan muchos trabajadores migrantes, dijeron los expertos.
“Si toda una sociedad acepta que existen esclavos, no podemos quejarnos si un amo es más malvado que los demás”, dijo Gianfranco Schiavone, un destacado experto en la ley de migración de Italia.
En Agro Pontino, la región aproximadamente a una hora al sur de Roma donde murió Singh, un gran número de trabajadores sijs de India pizcan kiwis, sandías y calabacitas.
El dictador italiano Benito Mussolini fundó varias ciudades en la región, y las simpatías de extrema derecha siguen firmemente arraigadas allí. En los cafés ubicados entre edificios geométricos estilo fascista, los trabajadores se refieren habitualmente a sus jefes como “padrone”, que se traduce aproximadamente como “amo”.
Numerosas investigaciones han revelado cómo a los trabajadores generalmente se les paga unos cuantos euros por hora, con contratos que no representan las horas trabajadas o sin ningún tipo de documentación. Se ha sabido de patrones que confiscan los documentos de los trabajadores para mantenerlos en deuda con ellos. Los intermediarios se quedan con una gran parte de los magros salarios de los trabajadores a cambio de duro trabajo en el campo y viviendas inmundas.
En Agro Pontino, muchos trabajadores migrantes dijeron que creían que un sentimiento de superioridad e impunidad impulsaba las actitudes de sus patrones.
Saiful Islam, de 36 años, un inmigrante bangladesí que vive en la zona, resumió su razonamiento de esta manera: “’Eres un inmigrante, deberías estar feliz con lo que sea que obtengas’”.