Hoy se conmemora el Día Internacional de la Tolerancia Cero con la Mutilación Genital, también conocida como ablación, y EL TIEMPO habló con Francia Elena Giraldo líder del resguardo unificado Río San Juan, en Risaralda, quien contó cuáles han sido los retos que ha tenido para erradicar la práctica de la mutilación y los factores que han influido para que siga persistiendo.
¿Cuál es su labor en el resguardo?
Siempre he tenido una labor social aquí en mi resguardo y con mis mujeres, porque son muy complejos nuestros derechos como mujeres indígenas. Siempre he querido que nuestros derechos sean reconocidos, que la balanza esté 50-50, tanto nosotras como para los hombres, que seamos reconocidas que como mujeres Emberá. No estamos solo para dar a luz a nuestros hijos, para planchar, lavar, sino que somos mujeres capaces de hacer nuestras carreras, de ser mujeres empoderadas, de aportar al hogar. Debido a este proceso que yo llevo, quise conformar un grupo de mujeres, ya tenemos una asociación que se llama Verara Dulce Chicúa que significa Mujeres Panela Dulce donde comenzamos con un proyecto productivo de mujeres paneleras y poco a poco con la ayuda de muchas entidades tenemos un trapiche panelero.
¿Cuántas mujeres conforman esa asociación?
Somos 33 mujeres. Estoy luchando por erradicar la mutilación genital femenina a la niña Emberá que lastimosamente no son nuestras costumbres, nuestra cultura, sino que es algo impuesto por ciertas personas y que es algo que no se puede seguir permitiendo. Entonces también en esta lucha por defender el derecho de la niña en Emberá y de la mujer en Emberá porque pues como lo sabemos esto es atentar contra el derecho de las niñas, contra el derecho de nosotras mismas como mujeres Emberá.
Las mujeres indígenas que hacen parte de la asociación, Foto:Suministrada
¿Es cultura?
No cabe en mi cabeza esta práctica, y diciendo que es cultura cuando esto no es nuestra cultura, la cultura de nosotros es muy bonita. Que está en nuestro vestido, maquillaje, danzas, nuestra comida típica. De pronto esta práctica empañe nuestra cultura Emberá porque para mí es eso, empañar nuestra cultura, que de pronto mucha gente sin ponerse en los zapatos de nosotros, de nuestras parteras, nuestras abuelas, dicen que son mujeres asesinas que atentan contra la vida de nuestras mismas niñas, de nosotros como mujeres, vulnerándonos el derecho a tener o a sentir el placer como lo sienten los compañeros. Son costumbres lastimosamente milenarias y que por falta de educación se llevan a cabo.
Si hubiera educación no existiría esta práctica, porque pues yo he hablado con varias compañeras que son parteras y dicen donde tuviéramos a alguien que nos hablara como usted, que esto es atentar contra un derecho. Ya la mayoría no la hacen, pero se sigue practicando, eso no es de negarlo. Si yo como mujer líder digo que la práctica ya no existe, sería una mentira porque la práctica sigue.
¿Cuál es la situación actual de la mutilación genital femenina en las comunidades indígenas de Colombia?
En este momento yo a nivel nacional no podría dar cierta información o ser precisa. Puedo hablar sobre mi resguardo que en el momento es lo que estoy como más enfocada cuando radicamos el proyecto ante la Cámara de Representantes fuimos parte de esto, de una investigación que hicieron las personas que nos están ayudando. En el momento todavía es bastante complejo porque se sigue practicando, pero hay veces uno no es tan preciso en las cosas porque usted como líder mujer indígena es muy difícil usted enfrentarse a su propia comunidad. Y como acá estamos divididos por sectores, yo por ejemplo soy gobernadora de una vereda, yo no puedo ir a adentrarme a otra vereda y decirles que usted tiene que hacer esto porque nosotros tenemos nuestra propia autonomía.
¿Cómo ustedes saben que se sigue realizando esta práctica?
Se sigue practicando por la estadística de los hospitales cuando llega una niña que murió, en el momento de la práctica no, pero de la práctica le dio una infección urinaria o porque botó mucha sangre o por pérdida de sangre quedó con desnutrición, esto hizo que de pronto llevara a que la niña falleciera.
Francia Elena Giraldo líder indígena. Foto:Suministrada
¿Qué piensan las mujeres de la comunidad?
Uno puede dar fe de que la gente, de que las mujeres Emberá son muy conscientes y dicen que esto no se puede seguir haciendo no lo vamos a seguir haciendo. Que como mamá protejan la vida de su propia hija o de sus propias hijas así como lo hizo mi mamá con nosotras. Por darles esa educación ellas dicen, bueno, esto no se hace, esto ya no se vuelve a practicar, pero pues eso sucede en los sectores donde usted es bienvenido y donde usted puede entrar, pero donde usted no ahí sí, lastimosamente, ya no. Toca pedir ayuda por medio de médicos, especialistas, psicosociales.
¿En qué rango de edad suele ocurrir esta práctica?
Lo que yo tengo identificado en mi resguardo es al momento del nacimiento o a los tres días de dar a luz a la bebé.
¿Dentro de las comunidades qué personas son las encargadas de realizar la mutilación?
Yo en este momento no podría decir que son las parteras, porque prácticamente uno como mamá es la que toma la decisión o de pronto la que sabe qué persona es la recomendada para esto. Ya ahora ha ido desapareciendo porque esto fue un boom a nivel internacional y la autoridad mayor del resguardo cuando hay una asamblea siempre recomienda mucho, y es un tema que es lo primordial de que esto no puede seguir pasando. Ya muchas compañeras se abstienen a hacerlo, pero en otras comunidades de pronto donde no pueden estar o asistir sigue pasando.
¿Qué factores culturales han influido en la persistencia de esta práctica en algunas comunidades?
Siempre lo han identificado y han dicho los compañeros que es que de pronto la cultura de nosotros dice que el único que tiene derecho a sentir placer es el hombre y la mujer no. Si de pronto a una niña no se le hace esta práctica, esa niña entraría a tener dos, tres maridos y sería mujer de muchos hombres, o que el clítoris de pronto crezca, según el decir de ellos, a tamaño pene, pero como yo les he hecho entender a muchas compañeras que esto no es verdad, lo que a nosotros nos impusieron y que no es verdad que nosotras como mujeres no tengamos derecho a sentir el mismo placer que sienten los hombres no es verdad que de pronto el clítoris va a ser otro pene no.
Yo les he dicho ni mamá, ni partera, ni esposo, ni nadie tiene derecho a tomar decisiones sobre el cuerpo de uno. Uno es el único dueño de nuestro cuerpo y usted tiene derecho a decir qué hacen con mi cuerpo, cuándo sí y cuándo no.
Las mujeres Emberá cultivando. Foto:Suministrada
¿Cree que esta tradición o esta cultura fue impuesta directamente por los hombres o cómo nació?
En las investigaciones que yo he hecho no. De pronto dicen que, por algún grupo religioso, pero en nuestro caso la mayoría de los compañeros cuando nosotros hemos tenido talleres hay algunos que ni sabían de esa práctica, era un secreto más que todo entre mujeres, algo que era como sagrado. Nadie se podía dar cuenta. De pronto en algunas culturas si he escuchado decir que sí tenían que ver algunos compañeros porque los de ahora no, antes educan para que esta práctica no siga pasando.
¿Hay variaciones en las diferentes regiones o grupos indígenas del país?
Sí, sí varían. Yo tengo una compañera que es mestiza, que no es Emberá, que ha trabajado con compañeras del Chocó y no es lo mismo. Yo hablaba con una compañera del Chocó cuando tuvimos la oportunidad de reunirnos en Bogotá para lo del proyecto y decía que no tenían necesidad ni de cortar, ni de quemar, sino que con una planta hacían que el clítoris no creciera por mayor proporción.
Las cifras más recientes señalan que Risaralda es el departamento en donde registran más casos con 41, ¿por qué? ¿qué sucede en ese departamento?
Eso sí es verdad, acá en el momento somos dos resguardos el Emberá Chamí, del que yo hago parte, y está el Emberá Katío. Prácticamente las niñas que identifican son del Emberá Katío esa comunidad hace más esta práctica, de pronto puede ser más que nosotros los Emberá Chamí. Había una compañera que estaba en el proceso junto conmigo y ya no volvió porque el decir de ellos es que esto es cultura y de pronto ella no ha recibido el apoyo que yo he tenido por parte de sus autoridades o de los compañeros. Por sacar este tema al aire vienen amenazas, como de que te van a castigar o dicen por qué tienes que estar divulgando esto.
Pero como digo yo, yo no estoy haciendo nada malo. Lo único que yo estoy haciendo es prevenir y hacer que esta práctica se acabe y decir no sirve. No puede seguir porque sí está atentando contra el derecho de las niñas Emberá y de nosotros las mujeres.
¿Se está haciendo alguna campaña educativa para que los Emberá Katio avancen en la erradicación de esta práctica?
En mi resguardo sí se hace porque está muy dedicado a este tema, a las charlas, a las reuniones, a las asambleas. Esto es el tema inicial de una asamblea general donde participan 500 o 300 personas, pero es complicado porque usted no puede entrar del resguardo unificado Emberá Chami al Emberá Katio, es algo que atentaría contra ellos como indígenas.
Mujer Emberá Foto:AFP
¿Cómo afecta esta práctica a las mujeres y niñas dentro de las comunidades, tanto a nivel físico como emocional?
La afectación es mucha porque, por ejemplo, yo que he venido trabajando en el tema, uno las identifica. Yo tengo varias nietas donde físicamente después de esta práctica ya no son la misma niña que nació con todo completo. Se ven algunas decaídas, se les ve como en su carita o en el cuerpecito, parches, pálidas, como un rostro de tristeza. Y como lo manifiesta mi mamá, porque mi mamá pues ha dado varias declaraciones que ella dice que esto no se lo desea ni al peor enemigo, porque al hacer esta práctica, usted prácticamente deja de ser mujer, porque ya usted no siente ni ganas de tener las relaciones con su esposo, al tener el bebé siente dolor prácticamente todo el tiempo en la relación. Ella me decía que tendían a sufrir de anemia por la sangre que genera esta práctica, porque botan mucha sangre. Algunas cuando las queman, cierra parte de su vagina ellas quedan sufriendo eso. Ninguna mujer Emberá va a ir a decir, es que yo necesito una cirugía por esta práctica, porque todos no tienen la capacidad o como ese ‘perrenque’ de enfrentarse como me les he enfrentado yo.
¿Qué les dice a las mujeres?
Les decía, vean muchachas pongamos un ejemplo, en el 2024 nacieron 10 niñas. Se les hizo la ablación a las 10 niñas. De esas 10 niñas murieron 5 a la edad de 10 años. Entonces el decir es que nos está exterminando el gobierno eso es una gran mentira, pero es difícil porque la mayoría de las personas, hasta de algunas mujeres, no quiere que se hable de este tema, porque me dicen que esto es sagrado, esto es algo que hace parte de la vida y que con esto tenemos que vivir y tenemos que morir. Y yo digo, no, es una gran mentira, es una gran mentira porque yo lo que estoy defendiendo es el derecho.
¿Qué tipo de educación se está ofreciendo actualmente a las comunidades sobre los riesgos y las consecuencias?
Yo me he sentado con parteras y me han dicho donde tuviéramos varias personas que se unan a la causa, que entren psicólogos, psicosociales, enfermeros, médicos, personas que entiendan de esto, pero no una cada tres meses, sino que entren cada 15 días a cada vereda. Yo siempre lo he dicho hay un proyecto de ley que ya está radicado donde dice que 15 a 20 años de cárcel para una partera. A mí eso no me parece justo, porque la partera que hace esto es porque ella no tiene ese conocimiento. Ella cree que como la levantaron a ella y le dijeron que es cultura ella cree que es verdad. Pero al entrar uno a educarla, ella ya dice, ah, bueno, yo esto no lo vuelvo a practicar.
¿Qué piensa del primer proyecto de ley radicado en el Congreso?
Proyecto de ley mutilación genital. Foto:Archivo particular
No me parece justo con el proyecto de ley que radicó este señor diciendo que 20 o 15 años de cárcel para una partera que está entre los 50, 60, 70 años sin ninguna educación. Esto no es un problema solo de mujeres, hay que involucrar a los hombres para que ellos se den cuenta qué están pasando, qué está pasando en el lugar con su niña, qué está pasando con su mujer. el clítoris puede crecer y es algo normal, porque Dios nos hizo imagen y semejanza, y ellos captan, porque nosotros con el Ministerio del Interior ya hemos hecho talleres en mi vereda y los he invitado a ellos.
¿Ha recibido apoyo?
Nadie se ha puesto en los zapatos de uno y de pronto muy poquitos han dicho, bueno yo la voy a apoyar voy a apoyar a esta mujer indígena y por medio de ella vamos a hacer algo para que esto no siga pasando. Es como una bomba que explota y todo el mundo habla de eso, pero nadie se pone en los zapatos de nosotros o por lo menos en mis zapatos a decir yo quiero ayudar, yo quiero que esto se acabe. Lo que yo quiero es eso, que varias personas se unan a esta causa y de que me puedan ayudar, que yo sea como ese puente, ese enlace.
¿Usted cree que el proyecto de ley que usted acompañó sí puede ayudar a erradicar la mutilación?
Yo sé que sí, porque el proyecto todavía no está aprobado y ellas están poniendo las botas pantaneras y están viniendo. Yo en mi vereda, mientras que yo sea gobernadora, pueden entrar las veces que quieran a dar los talleres, y ellas lo han hecho. Entonces yo digo, si todavía no está aprobado y ellas quieren trabajar y se han puesto las botas pantaneras y han venido al resguardo entonces imagínense aprobado que ya ellos tengan ese permiso.
¿Cómo considera que el gobierno colombiano puede apoyar de manera efectiva la erradicación de la mutilación genital femenina en las comunidades indígenas sin imponer soluciones ajenas a la cultura local?
Como siempre no es de negarlo, poniendo su granito de arena en presupuestos, en dinero, porque se necesita dinero. Se necesita para el transporte, para contratar de pronto algunas personas. Yo sé que hay personas que de corazón lo van a hacer, van a venir sin importarles si hay un incentivo monetario, pero se necesita porque debemos hacer ollas comunitarias, porque hay veredas a ocho horas de camino. Los materiales para poder hacer carteleras, para que la gente capte con estas cosas, que esto no se puede seguir haciendo. La petición que yo hago es que sea manejado por mujeres, pero que tenga una veeduría y que tenga un seguimiento de si llegó o no el presupuesto.
MARÍA ALEJANDRA GONZÁLEZ DUARTE
Redacción Política