La jugada de la oposición con la que busca hundir la reforma laboral del gobierno del presidente Petro

La reforma laboral, que llevaba prácticamente tres meses ‘dormida’ en la Comisión VII del Senado, ha comenzado a despertar durante los últimos días y la oposición ya se está moviendo para que la iniciativa corra la misma suerte de la primera reforma de la salud cuando pasó por esa célula legislativa: el archivo.

La comisión, que hoy dirige la conservadora Nadia Blel, ha estado adelantando las audiencias públicas de cara al tercer debate, tras superar las dos primeras discusiones en la Cámara de Representantes.

Ya en diciembre, el oficialismo presentó, aunque no se habían hecho las audiencias públicas, su ponencia positiva. La oposición sigue preparando los últimos detalles del texto que pide archivar la reforma, que ya en Cámara se hundió una vez por falta de trámite y tuvo que ser presentada nuevamente.

Así se mueven las fuerzas en la Comisión VII del Senado

En un primer momento, las fuerzas opositoras vieron como estrategia dilatar el debate. Romper el quórum, presentar recusaciones, acudir a la sesión de la oposición, entre otros.

Con esto, llevarían la reforma al límite de tiempo para que, si es definitivamente aprobada en Comisión VII, en plenaria no tuvieran mayor margen de maniobra.

Por tratarse de la segunda legislatura en la que se tramita esta iniciativa, debe estar aprobada y conciliada para el 20 de junio de este año porque, de lo contrario, se hunde por falta de trámite. En este caso, no aplican las sesiones extraordinarias.

Pero la llegada de Armando Benedetti al Ministerio del Interior cambió el panorama. En el Senado conocen bien al designado jefe de la cartera política. Fue allí donde se convirtió en un operador político eficiente y capaz de conseguir votos.

Ahora, la estrategia, le dijeron miembros de la oposición a este diario, es no dilatar el debate en la Comisión VII e intentar hundir el proyecto en su tercer debate. La idea es ejecutar esa operación en las próximas dos semanas.

¿Quiénes votarían a favor y quiénes en contra de la reforma laboral?

El Gobierno solo tiene hoy cuatro votos a favor: Wilson Arias (Pacto), Martha Peralta (Pacto), Ferney Silva (Pacto) y Omar Restrepo (Comunes). Fueron ellos los que firmaron la ponencia positiva.

En contra, también son cuatro votos: Honorio Henríquez (Centro Democrático), Alirio Barrera (Centro Democrático), Esperanza Andrade (Partido Conservador) y Nadia Blel (Partido Conservador).

Así las cosas, son seis los votos en disputa: Lorena Ríos (Colombia Justa Libres), Miguel Ángel Pinto (Partido Liberal), Berenice Bedoya (ASI), Norma Hurtado (‘la U’), Ana Paola Agudelo (Mira) y Fabián Díaz (Alianza Verde).

El exministro del Interior, Juan Fernando Cristo, se venía moviendo para buscar los votos cristianos (Ríos y Agudelo), lo que prácticamente le habría dado la victoria. Pero finalmente esos apoyos no se concretaron y sin Cristo, habría que empezar de cero.

En cuanto a Pinto, en el Partido Liberal esperan que siga las instrucciones del expresidente César Gaviria, director de la colectividad, quien ha expresado su rechazo frente a las llamadas reformas sociales. Pinto fue fundamental en el momento de hundir la reforma de la salud, en abril del 2024.

En el mismo sentido podría estar el voto de Berenice Bedoya, quien al parecer tampoco acompañaría. Sin embargo, en sus intervenciones ha dejado clara la necesidad de dar una discusión abierta, clara y no ha sentado postura como tal. 

Norma Hurtado, por su parte, no ha manifestado su rechazo total a la iniciativa, pero tampoco ha abierto la puerta para su apoyo. Sin embargo, acá podría jugar un papel fundamental el nombramiento del nuevo ministro de las TIC, Julián Molina, quien habría tenido el visto bueno de Dilian Francisca Toro, gobernadora del Valle y jefa del grupo político al que pertenece la senadora.

Uno de los propósitos de la restructuración del gabinete es consolidar la representación partidista para que avancen las reformas sociales este semestre, ya que el próximo semestre la agenda legislativa, en su mayoría, pasará a un lado y todos los sectores priorizarán la campaña.

Si esas posiciones se consolidan, la reforma se hundiría en la Comisión VII. Pero si el Gobierno logra quedarse con el voto de Díaz -partido que hoy tiene dos asientos en el consejo de ministros-, de Hurtado y le quita otro a los que hoy dirían que no, la iniciativa tendría vida y todo estaría dado para superar su tercer debate.

Ahí, en ese caso, volvería la estrategia de dilatar, que ese tercer debate sea lento y buscar que las fuerzas opositoras en plenaria hagan lo propio.

Por lo pronto, sigue la construcción de la ponencia de archivo y la siguiente semana podría estar comenzando esa discusión.

MATEO GARCÍA 

Subeditor de Política