Con pintas de distintos colores, se alza la estatua Jaguar de Agua en el Bulevar del Oriente, distrito de Aguablanca, en Cali. La obra se instaló sobre lo que en la actualidad es un amplio corredor de zonas verdes, canchas de fútbol y edificaciones multipropósito. “Esto antes era un basurero”, dijeron Esperanza Jojoa y Francisco Chasoy, esposos y residentes del barrio, que asistieron con expectativa a la entrega de la estatua donada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) durante la COP16.
Conforme a los criterios de
El sitio era conocido hasta hace unos años como el llamado canal Cauquita, por donde circulaban aguas contaminadas. “Era una cosa horrible, había mucha basura, perros muertos, personas metiendo vicio… de todo”, recordó Jojoa, cuya casa está a pocos metros del lugar. “Olía a miles de olores fétidos”, añadió su esposo en charla con EL TIEMPO.
“Como era un caño, no había luz, se prestaba para robos, peleas de pandillas. A mi hija le tocó crecer escuchando las balas”, describió Pilar Torres, quien ha vivido 40 años en el distrito de Aguablanca. El canal desapareció cuando en 2023 se inauguró el Bulevar para abrir paso a una zona de esparcimiento. “Hay espacio para que se presenten artistas. He quedado aterrado porque viene mucha gente, vienen turistas, ya hemos visto extranjeros”, comentó Ferney Rengifo.
Estatuas de jaguar por París y Cali
Justo en una plaza del Bulevar, el PNUD le donó a la ciudad de Cali la estatua del Jaguar de Agua para continuar embelleciéndolo. La entrega, realizada este 30 de octubre, hace parte de la iniciativa Jaguar Parade, con la cual Naciones Unidas ubica esculturas de estos animales en lugares emblemáticos de todo el mundo.
“Hemos estado en Nueva York, París y ahora en Cali”, señaló Sara Ferrer Olivella, representante residente del PNUD en Colombia, para EL TIEMPO. “El jaguar es vida. Qué mejor ocasión que la COP16 en Cali, donde los caleños han abierto su corazón, para entregárselo a la comunidad de Aguablanca”.
Para Ferrer Olivella, la estatua en particular que se instaló en la capital del Valle del Cauca simboliza la paz de los pueblos y la biodiversidad, a propósito de la COP16, la Cumbre que se ha tomado el país: “Cali es una ciudad abierta al mundo y ha puesto la conciencia de todos los colombianos en la protección de la naturaleza, la posibilidad de un futuro para todos y todas”.
El Jaguar de Agua arribó al Bulevar días después de que, casualmente, se avistara un felino de carne y hueso en el Parque Nacional Natural Farallones de Cali, a 2.500 metros sobre el nivel del mar, algo que no ocurría hace 50 años.
La inspiración del Jaguar de Agua
El jaguar es conocido por ser un depredador. Sin embargo, es una especie catalogada como ‘casi amenazada’ por la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), debido a que su población está en decrecimiento. La deforestación y destrucción de su hábitat han incidido en ello. “Han perdido alrededor del 49 % de su distribución geográfica histórica”, sostiene la UICN al revisar estudios e investigaciones al respecto. Tanto así que la entidad indica que los jaguares se han extinguido en El Salvador, Uruguay y Estados Unidos.
Según reseña el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), el jaguar es imprescindible porque ayuda a mantener el equilibrio en la cadena alimentaria donde vive al controlar las poblaciones de otras especies y promover ecosistemas saludables.
Eso quiso plasmar la artista caleña Lina María Herrera, originaria de Aguablanca, quien elaboró la figura que se ubicó en Cali. Con la técnica de fibra de vidrio, acrílico y spray, retrató al felino en una versión colorida.
“El jaguar es un emblema de la protección del ecosistema”, afirmó. “Estoy muy feliz de que esté en el Bulevar del Oriente, abriendo sus puertas. Acá había un caño con agua estancada. Ustedes están honrando ahora con árboles, palmas y jaguar. Sean ustedes invitados a ser guardianes y protectores de este monumento para que pueda prevalecer”, les dijo a los residentes del barrio que se reunieron para recibirlo.
Al acto de entrega, asistió el alcalde de Cali, Alejandro Éder, para exaltar que la ciudad se une a París y otras urbes con la iniciativa del PNUD: “En Cali no solo está la estatua del jaguar; están los jaguares de verdad también, así que tenemos una responsabilidad especial”.
La comunidad de Aguablanca, como Esperanza Jojoa, Francisco Chasoy, Ferney Rengifo y Pilar Torres, espera que con el Jaguar de Agua se potencie el turismo en el Bulevar de Oriente. “Ahora que tenemos el jaguar queremos que sea una imagen de unión, de transformación social, y que seamos guardianes de la naturaleza”, concluyó la líder July Lucumí, en charla con este diario, mientras observaba lo que antes era un caño y basurero.
SEBASTIÁN GARCÍA C.
Enviado especial de EL TIEMPO a la COP16