Dorothy Lawrence, una joven británica de 19 años, desafió las normas de su tiempo al disfrazarse de hombre para luchar en la Primera Guerra Mundial.
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Bajo el nombre falso de "Denis Smith", se infiltró en las líneas del frente, logrando lo impensable para una mujer en una época marcada por fuertes barreras de género. Su historia, llena de valentía, es un reflejo del ímpetu que la impulsaba a cumplir su sueño de ser corresponsal de guerra.
El sueño frustrado de ser corresponsal de guerra
Desde pequeña, Lawrence soñaba con convertirse en periodista, aunque nunca imaginó hasta dónde la llevaría su ambición. Nacida en Inglaterra, fue criada por un clérigo, sin conocer nunca a sus padres, lo que no impidió que persiguiera sus objetivos con determinación.
Sin la oportunidad de asistir a la universidad, logró que algunos de sus escritos fueran publicados por el prestigioso periódico The Times. Sin embargo, al estallar la Primera Guerra Mundial en 1914, y ante la negativa de los medios de comunicación de permitirle ser corresponsal de guerra debido a su género, Dorothy tomó una decisión drástica: colaborar con la organización VAD (Voluntary AID Detachment), que proporcionaba apoyo sanitario a las tropas, aunque siempre desde la retaguardia.
No satisfecha con esta opción, Dorothy optó por un camino aún más radical en 1915. A sus 19 años, decidió viajar sola a Francia, donde fue detenida en Senils por la policía francesa y "invitada" a regresar a Inglaterra. Pero su persistencia era inquebrantable. Lawrence ignoró las advertencias y llegó a París, donde se reunió con un grupo de soldados británicos a quienes contó sus intenciones de infiltrarse en el frente.
Una transformación para el frente de batalla
No dispuesta a rendirse, Lawrence viajó a París, donde contactó con un grupo de soldados británicos que la ayudaron a conseguir una indumentaria masculina. “Dorothy utilizó un corsé para disimular sus pechos, algodón para hacer más amplios sus hombros, desinfectante para oscurecer el tono de su rostro y se cortó el pelo al estilo masculino”, relata National Geographic. Así, bajo la identidad de Denis Smith, se unió al Primer Batallón del Regimiento de Leicestershire.
En su nueva identidad, llegó a la ciudad de Albert, en la región del Somme, donde un zapador llamado Tommy Dunn la ayudó a encontrar un trabajo en la 51ª División de la Compañía Tuneladora de Ingenieros Reales. Aunque le advirtió que estaba en un grave peligro, Dorothy aceptó la misión. “No sabes en qué peligro te encuentras”, le dijo Dunn, refiriéndose no solo a los peligros del campo de batalla, sino a la posibilidad de que los hombres descubrieran que era una mujer.
El final de su misión
Tras 10 días en el frente, el agotador trabajo empezó a afectar su salud. Sin embargo, temiendo que su identidad fuera descubierta si acudía a un hospital, decidió entregarse a las autoridades militares. El asombro entre los mandos fue enorme, ya que no podían entender cómo una mujer había logrado colarse en las filas del ejército.
Las autoridades, sospechando que podría ser una espía, la enviaron al cuartel general del Tercer Ejército. Fue interrogada por tres generales y luego recluida en un convento hasta que fue trasladada de vuelta a Inglaterra. Según National Geographic, el objetivo principal de las autoridades era evitar que su caso alentara a otras mujeres a hacer lo mismo.
Un trágico final
De regreso a Inglaterra, coincidió con Emmeline Pankhurst, líder del movimiento sufragista, quien la animó a contar su historia públicamente. Sin embargo, Dorothy declinó la oferta, temiendo ser arrestada.
En 1919, decidió escribir sus memorias, tituladas Sapper Dorothy Lawrence: The Only English Woman Soldier. Lamentablemente, el libro fue censurado por el Ministerio de la Guerra y no tuvo éxito comercial.
Olvidada por la sociedad y sin posibilidades de trabajo como periodista, Lawrence fue recluida en un sanatorio en 1925, tras denunciar al clérigo que la había criado por abuso sexual. Según National Geographic, permaneció en instituciones psiquiátricas hasta su muerte en 1968.
El Imperial War Museum en Londres sigue investigando la historia de Dorothy Lawrence, intentando recuperar su legado y el de muchas mujeres que lucharon en el anonimato durante la Primera Guerra Mundial.
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Prensa Gráfica, y contó con la revisión de un periodista y un editor.