La Guardia Revolucionaria de Irán, conocida oficialmente como Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (Cgri), se formó en 1979, poco después de la Revolución Islámica que derrocó al sha Mohamed Reza Pahleví.
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Este cuerpo fue concebido inicialmente para proteger el nuevo sistema islámico y sus líderes. Sin embargo, con el paso de los años, se ha transformado en una entidad de suma relevancia en el panorama militar, político y económico de Irán.
El Cgri cuenta con más de 150.000 miembros activos y tiene bajo su control sus propias fuerzas de tierra, marina y aérea. Además, supervisa las armas estratégicas del país, incluyendo los misiles balísticos.
A esto se suma el control sobre los Basij, una fuerza paramilitar que ha jugado un papel crucial en la represión de disidencias internas. También ejerce influencia en la economía iraní a través de bonyads que son grandes fundaciones benéficas que manejan vastos recursos.
El brazo exterior de la Guardia Revolucionaria de Irán
Según publicó la BBC en un articulo, uno de los brazos más poderosos del Cgri es la Fuerza Quds, un grupo de élite encargado de manejar las relaciones con aliados y grupos armados en el extranjero.
Este brazo ha sido pieza clave para expandir la influencia iraní en la región.
Proporcionan asesoramiento, entrenamiento, dinero y armas a actores en países como Irak, Líbano y Siria. A la Fuerza Quds se le atribuyen varias operaciones encubiertas y ataques, incluyendo el atentado de 1983 contra los cuarteles en Beirut, que dejó más de 300 muertos entre estadounidenses, franceses y civiles libaneses.
El general Mohamed Reza Zahedi, asesinado en Damasco en un ataque atribuido a Israel, fue uno de los líderes más destacados de esta fuerza.
Su muerte, junto a la de su segundo al mando, Mohamed Hadi Haji-Rahimi, ha sido un golpe significativo para Irán, especialmente en su vinculación con Hezbolá y su participación en operaciones en Siria.
Este hecho ha intensificado las tensiones entre Irán e Israel, que acusa a la Fuerza Quds de promover y financiar el terrorismo en la región. La administración de Donald Trump llegó a calificarla como una Organización Terrorista Extranjera en 2019.
Operaciones recientes y tensiones con Israel
El 1 de octubre de 2024, Israel fue atacado por Irán con alrededor de 180 misiles balísticos, en una ofensiva que elevó las tensiones militares en la región. Aunque el sistema de defensa israelí logró interceptar varios misiles, el ataque dejó consecuencias visibles en las ciudades de Tel Aviv y Jerusalén.
En respuesta, el jefe del Estado Mayor de Israel, Herzi Halevi, prometió que Irán pagará el precio en el momento oportuno.
Los gobiernos de Siria, Líbano y grupos armados como Hezbolá son algunos de los beneficiarios de la estrategia iraní
El ataque ha sido atribuido como una represalia por las recientes muertes de Ismail Haniyeh y Hasán Nasrala, dos figuras vinculadas al conflicto entre Irán e Israel.
Pese a los esfuerzos de la Guardia Revolucionaria por asegurar que sus objetivos eran exclusivamente militares, al menos un civil palestino falleció en Jericó, lo que subraya el complejo entramado de violencia que envuelve a ambos países.
Desde su creación, el Cgri no solo ha protegido el régimen islámico dentro de las fronteras iraníes, sino que también ha exportado su influencia a otros territorios en Medio Oriente. Con la Fuerza Quds a la cabeza, este grupo ha sido clave en el apoyo a gobiernos aliados y movimientos insurgentes.
Los gobiernos de Siria, Líbano y grupos armados como Hezbolá son algunos de los beneficiarios de la estrategia iraní. Su intervención en la guerra civil siria a favor de Bashar al Assad ha sido uno de los factores decisivos en la prolongación del conflicto.
La Guardia Revolucionaria, liderada por el ayatolá Alí Jamenei, sigue siendo uno de los pilares de poder en Irán.
Su capacidad de maniobra política, económica y militar no solo le permite tener un rol preponderante dentro del país, sino que también es vista como uno de los actores más influyentes en los conflictos de la región.
Con información de EFE