Si se encuentra conduciendo por California, especialmente por la Bahía de San Francisco, no pierda la oportunidad de dirigirse a una de las gasolineras más baratas de todo el país, misma que tiene el impresionante récord de haber vendido más de 1'000,000 de galones de gasolina en un solo mes. Conozca los detalles y la ubicación precisa.
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El medio local, SFGATE, entrevistó a Mike Shamsian, el administrador de una gasolinería de Arco ubicada en Mill Valley quien suele encargarse de la caja registradora en la que es considerada la gasolinera más barata de la Bahía de San Francisco.
Debido a sus precios se ha convertido en uno de los lugares para cargar combustible más populares del estado. De hecho, asegura Shamsian, muchos conductores ya se han acostumbrado a desviarse de la autopista 101 para ir hasta su local.
No es raro ver una larga fila de autos esperando cargar combustible. Sin embargo, puede que el tiempo valga la pena pues el precio por galón llega a ser hasta US$1 menor en comparación con la competencia cercana.
Los precios bajos no son una casualidad. Shamsian compartió que ya había tenido otros negocios y que cuando decidió hacerse cargo de esta gasolinera en 1995, optó por aplicar uno de los principios básicos empresariales: un alto volumen de ventas genera grandes ganancias, a pesar de que los márgenes son más reducidos.
Así, explicó el administrador, el volumen mensual promedio que reportan es mucho mayor en comparación con otras estaciones de servicio. "La competencia vende 100.000 galones con una ganancia de un dólar. Aquí no hacemos eso, nosotros vendemos de 200.000 a 300.000 galones con un margen menor".
Durante un año perdió dinero, hoy tiene una gasolinera muy popular
Mike Shamsian compartió con el medio que nació y creció en Irán pero, en 1976 llegó a Estados Unidos y obtuvo una maestría por parte de la Universidad del Sur de California.
A pesar de que tuvo algunos negocios exitosos en San Francisco, se sintió decepcionado cuando los propietarios de los locales que rentaba no renovaban sus contratos de alquiler y así fue como se enteró que las gasolineras ofrecen mayores garantías.
A partir de 1995 comenzó a hacerse cargo de la estación en Mill Valley y convenció al propietario de arriesgarse sacrificando los precios para ganar más clientes.
De hecho, Shamsian asegura que tuvo que utilizar sus ahorros personales para mantener la estación a flote y que, luego de haber reducido el precio del galón de gasolina, durante alrededor de un año enfrentó pérdidas hasta que finalmente la gente comenzó a darse cuenta de que sus precios eran bastante atractivos y ganó mucha popularidad, tanta que incluso se han llegado a quedar sin combustible.
Hoy, asegura, cuentan con un sistema automático de gestión de combustible que rastrea el volumen de los dos tanques subterráneos y notifica al proveedor cuando la gasolina se está terminando. Gracias a ello, cuatro camiones van diariamente a la estación a reabastecer los tanques, por lo que el hito de haber vendido un millón de galones al mes, está más que superado.