La familia que probó suerte en varios países y encontró la oportunidad de su vida en Europa: viven en una casa de cuatro pisos que les costó $ 9 millones de pesos

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Después de intentar construir una vida en diferentes países, Mariano Rossi y su familia finalmente encontraron la oportunidad que transformó su destino en Europa.

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La búsqueda de estabilidad los llevó primero a Italia, luego de que Rossi, licenciado en Administración de Empresas, decidiera abandonar Argentina en medio de una situación económica y política inestable. 

Recuerda a 'La Nación' los momentos críticos que marcaron su vida en Argentina, como la falta de empleo estable y los efectos de la crisis económica del país: "Aquellos tiempos trajeron el nacimiento de una hija y nos costó dos propiedades para luego volver a salir corriendo".

Con el título de licenciado en mano, pero sin la red de contactos que muchos de sus compañeros tenían, Mariano se apoyó en dos grandes ventajas: su ciudadanía europea y una situación económica aceptable.

"Aquello me daba la esperanza de poder empezar de cero en otro lado, con mucho conocimiento teórico, aunque nada de experiencia", comenta sobre sus expectativas de aquellos años.

La oportunidad que tanto anhelaba llegó cuando, casi sin buscarlo, obtuvo una beca que le permitió viajar a Italia junto a otros once nietos de inmigrantes italianos de todo el mundo. 

"De repente me encontraba en Vicenza con dos sudafricanas, tres brasileños, dos uruguayos, un venezolano y dos argentinas, y yo, con cero italiano", relata Mariano sobre su llegada a la región de Véneto, donde la economía florecía. "La zona de Véneto tenía en el 2000 un PBI superior a Argentina, con una tasa de desocupación del 4 por ciento, es decir pleno empleo", añade.

Tras dejar Argentina por segunda vez, el nuevo destino de la familia Rossi fue Venezuela y Brasil

Después de múltiples intentos de establecerse en diferentes países, la familia de Mariano Rossi continuó su travesía en busca de una vida mejor. Tras dejar Argentina por segunda vez, el nuevo destino fue Venezuela, donde Mariano aceptó un puesto en una compañía italiana. “Merece un capítulo aparte, fue una experiencia de ciencia ficción”, recuerda sobre su tiempo en Caracas. La situación en el país no era ideal, pero el trabajo en la empresa le brindaba estabilidad a su familia.

Desde Caracas, los Rossi se trasladaron a Milán, un destino que les atraía no solo por el regreso al suelo europeo, sino por la posibilidad de trabajar en Ravensburger, una empresa alemana de puzzles.  

Fue contratado como responsable para Italia y España, pero la situación en Italia en 2011 ya era preocupante. “Italia ya se perfilaba como el gigante dormido, con desocupación en ascenso y sueldos en baja”, comenta. La experiencia laboral no resultó como esperaba, y su relación con la empresa culminó en una mediación sindical, una indemnización y un adiós.

A pesar de los desafíos, la familia no se detuvo. Después de dejar Milán, el siguiente destino fue Valinhos, en el interior de Brasil. “Sí, en el interior de Brasil”, dice Mariano, recordando su sorpresa al aceptar el trabajo en una empresa italiana que necesitaba profesionales con dominio del portugués y “muchas ganas de sufrir el calor, así como hacer de puente cultural entre dos civilizaciones”. Aunque no hablaba el idioma al principio, Mariano se enfrentó al reto y continuó avanzando en su carrera profesional.

Poco tiempo después, surgió una nueva oportunidad en San Pablo, donde Mariano pudo disfrutar de un entorno laboral que valoraba el balance entre el trabajo y la vida personal. Sin embargo, la estabilidad duró solo un año y medio, hasta que la crisis italiana de 2016 impactó a las compañías internacionales. “¿Qué hacer con una familia, un perro y sin trabajo en un país ajeno al propio?”, reflexiona Mariano,

Encuentra una casa de cuatro pisos  con una oferta extraordinaria en Alemania 

La vida de la familia Rossi dio un giro inesperado cuando decidieron dejar Italia y probar suerte en Alemania. La iniciativa de cambiar de país vino de Carolina, la esposa de Mariano, quien un día expresó su frustración con la situación económica en Italia: “Monetariamente nos están matando”, le dijo a su marido. 

Fue entonces cuando mencionó una peculiar oportunidad en Alemania: “En Alemania rifan casas de cuatro pisos por dos mil euros (al día de hoy, unos $ 9'247.400,00 pesos colombianos)”

Ante esa oportunidad y, con el cansancio de tantas mudanzas, Mariano se animó a dar el paso, convencido de que ya había aprendido a dejar atrás su zona de confort .“Me dieron la llave ¡y listo! el resto de los papeleos llegaron por correo”, dijo el hombre. 

Vivienda Europa

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Foto:Foto suministradas

Carolina lo empujó a tomar la decisión, y Mariano viajó solo hasta Bautzen, en la ex Alemania Oriental, para asistir a una subasta pública, un procedimiento común en ese país. 

“Así que, cuando le tocó a la casa de cuatro pisos en Löbau, levanté la mano y, como no entendía nada, levanté la mano de nuevo y el martillero me dijo: ¡eh! sea paciente, que nadie hace una contraoferta todavía”, recuerda Mariano entre risas.

Finalmente, la casa fue adjudicada a él por una suma irrisoria. “Con el pago de la comisión en efectivo (más o menos lo que cuesta un vuelo de cabotaje en Argentina), me dieron la llave ¡y listo! El resto de los papeleos llegaron por correo”, añade Mariano sobre su sorpresiva nueva adquisición.

El día de su llegada quedó marcado en la memoria de Mariano, cuando salió de su casa y encontró una nota en el parabrisas de su auto que decía: “Bienvenido nuevo vecino, estoy para lo que necesite”. “Aún la conservo”, afirma con una sonrisa. No fueron los únicos gestos de bienvenida: “Otra familia nos dejó en la puerta una planta y nos invitó a comer. Nadie habla siquiera inglés. Todos hablan ruso. Ese era el idioma extranjero en la escuela hasta hace poco”.

Además, agrega: “En nuestra región, por otro lado, llaman la atención los jardines. Con el tiempo descubrimos que el deporte nacional alemán es la jardinería. El gobierno les da en alquiler pedazos de terrenos para que los cultiven con flores y demás”.

Tras comprarla, los Rossi descubrieron que su nueva casa estaba ubicada en la "zona oscura" de Oberlausitz, en Sajonia, una región histórica que también abarca partes de Brandeburgo y Polonia, donde no llegaba la señal de televisión, lo que los aislaba.

La construcción, de 1850, había presenciado dos guerras mundiales y tenía una fuerte herencia comunista. Mariano destacó la peculiar estructura del techo y el uso de paja y escombros como aislantes en las paredes. "La calefacción es a carbón y te digo que por acá hace mucho frío, pero con ese aislante tipo 'criollo', el calor se conserva muy bien", comenta, aunque señala que aún queda mucho por restaurar, incluidos los cuatro pisos y un sótano.

“Hay algo en este rincón del planeta que es cierto: se siente lejos. En definitiva, estamos en la triple frontera polaca, alemana y checa. Es un lugar en el mundo que no sabía que existía y ahora amo”, concluyó. 

Carina Durn

La Nación (Argentina) /GDA. 

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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación (GDA), y contó con la revisión de un periodista y un editor.

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