En Okinawa, una de las reconocidas zonas azules del mundo, los habitantes destacan por su notable longevidad y bienestar general. Este fenómeno, ampliamente admirado, tiene como base su dieta tradicional conocida como washoku.
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Este estilo culinario japonés se centra en consumir pescado fresco y productos de temporada en porciones pequeñas. Más allá de ser deliciosa, esta alimentación ha sido alabada por su capacidad para mejorar la salud y reducir la inflamación, tal como señala el chef japonés Masaharu Morimoto, quien describe este arte culinario como una mezcla de tradición, equilibrio y modernidad.
¿Qué es el washoku y por qué marca la diferencia?
El término washoku se traduce como “armonía en la comida” y engloba no solo los alimentos clásicos de Japón, como arroz, sopa miso y diversas guarniciones, sino también los métodos de preparación, presentación y consumo. Este enfoque va más allá del plato en sí, incluyendo prácticas gastronómicas que valoran la disposición visual de los ingredientes y su frescura de acuerdo con la temporada.
Entre sus características principales está el equilibrio nutricional, una razón clave para sus efectos positivos en la salud. Los ingredientes comunes incluyen fuentes magras de proteínas como pescado, tofu y mariscos, acompañados por vegetales preparados al vapor o asados. Todo se sirve en pequeñas raciones, lo que ayuda a evitar el exceso calórico.
Beneficios para el cerebro, el corazón y la vista
Numerosas investigaciones han resaltado los efectos beneficiosos del washoku en diferentes aspectos de la salud. Estudios realizados por la Universidad de Tohoku demuestran que esta dieta aporta vitaminas A, C y E, además de minerales como calcio e hierro. Asimismo, su contenido de ácidos grasos omega-3, provenientes principalmente de pescados y algas, es esencial para proteger la salud cerebral, ocular y cardiovascular.
Otro análisis, llevado a cabo por el Centro Nacional para la Medicina y la Salud Global en Toyama, reveló que quienes adoptan esta dieta presentan un menor riesgo de padecer enfermedades del corazón o accidentes cerebrovasculares. Estos beneficios se atribuyen a la capacidad de los omega-3 para reducir la inflamación y optimizar la función de los vasos sanguíneos.
Control del peso y mejora de la saciedad
El washoku también favorece el mantenimiento de un peso equilibrado. Su bajo contenido en grasas saturadas y azúcares añadidos, combinado con una alta cantidad de fibra, genera mayor sensación de saciedad. Esto permite regular el apetito y disminuye las probabilidades de experimentar el conocido "efecto rebote".
Un principio clave en esta alimentación es el hara hachi bu, que consiste en dejar de comer cuando se alcanza un 80 por ciento de saciedad. Este hábito no solo evita el consumo excesivo de calorías, sino que también mejora la digestión y optimiza el metabolismo, apoyando una vida más saludable.
LAURA GUEVARA
El Universal (México) / GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El Universal, y contó con la revisión de un periodista y un editor.