Hace 20 años Los De Adentro ganaron su único Disco de Oro por el álbum ‘Volver a amar’. Canciones como ‘Nubes negras’, ‘No más’ y ‘Tu y yo’ los llevaron a lo más alto de las listas radiales del país y entonces ese éxito, tan fluido como la música de los barranquilleros, se diluyó.
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Después de que José Matera, conocido entonces como Joe Carvajal, abandonara el grupo para empezar su carrera como solista lanzaron ‘Se apaga el silencio’ en 2008 con Bryan Visbal como vocalista. Tuvieron un éxito menor y no volvieron a producir más música hasta 2019, con el regreso de Matera para celebrar los 20 años de la agrupación con el álbum ‘Entropía’.
Este año se juntaron por primera vez los cuatro: José Matera (voz), Bryan Visbal (voz), Johann Daccarett (teclados) y Eliuth Martínez (Guitarra) para grabar un álbum de reversiones ‘Los de siempre’ en el que interpretan música de otros artistas. Hasta ahora han lanzado dos sencillos ('Abrázame muy fuerte' y 'Lo dudo') del trabajo que estará completamente disponible el próximo año.
Visbal y Martínez están radicados en Estados Unidos, mientras que José Matera y Johann Daccarett siguen en Barranquilla. Los dos llegaron a Bogotá en el vuelo de las seis de la mañana, con frío, para la gira de medios en la que anunciaban su nuevo álbum y el adelanto de una gira por los teatros de Colombia en 2025.
EL TIEMPO habló con Matera y Daccarett sobre las novedades de su nuevo trabajo discográfico.
Ustedes empezaron llamándose Kaoz, ¿cómo pasaron a ser Los De Adentro y cuánto ha cambiado desde ese momento?
José Matera (J.M): Nos cambiamos el nombre a Los De Adentro porque Sony, la disquera que nos firmó, ya tenía una banda registrada con el nombre de Kaoz y nos pidieron que buscáramos uno nuevo. Al principio éramos cinco en la banda. Después, dos se casaron en Estados Unidos y abandonaron el grupo. Yo tuve mi episodio donde me abrí para hacer mi proyecto de solista. Este hombre (Daccarett) también armó un proyecto que se llamó Sultán. Tuvimos otro cantante o tuvieron otro cantante... Yo tuve a mi hijo. Y aquí estamos otra vez.
Empezaron a componer sus canciones cuando estaban en el colegio, ¿cómo vivían la música en ese momento en comparación a lo que viven ahora?
J.M: Al principio no había ningún tipo de presión. Las canciones que hicimos para el primer álbum las llevábamos tocando un par de años y de repente, cuando pega 'Una canción', uno empieza a sentir la presión: ¿qué vamos a hacer para el segundo álbum? No fue tan duro, pero uno sí siente que hay un ‘deadline’ y tiene que tener canciones para una fecha... Recuerdo hacer 'Hey men' en el hotel mientras estábamos grabando 'Como un niño' y teníamos tiempo encima.
Johann Daccarett (J.D): Antes vivíamos juntos y el proceso era distinto. Nosotros nos radicamos en Bogotá cuando grabamos el primer disco. Alquilamos una casa y cuando nos levantábamos ya estábamos desocupados, no teníamos que hacer nada diferente a la música. Después cada uno hace su vida aparte, entonces ya es reunirse a componer. Cada uno tiene una idea que nace desde su casa y la trae para desarrollarla con la banda o llega con la idea completa. También hay un poco de presión porque estás trabajando con unos socios que son, en este caso, la disquera y que también están opinando o están involucrados en lo que estás haciendo. Obviamente teníamos la batalla eterna entre la banda y la disquera, para que una cosa no se pase de la raya. Hay que mantener cierta división para que se mantenga la esencia del grupo.
En cuanto al sonido, ¿cómo concibieron la identidad del grupo?
J.M: Yo diría que desde ese primer disco y, todavía hasta hoy, es un proceso que pasa por la imitación. Hablando por mí, todavía estoy encontrando mi voz y en cada disco me gusta un artista diferente. Entonces mi voz, de alguna manera, se parece al artista que estoy escuchando en ese momento. Cada uno también está influenciado por los sonidos que le gustan.
J.D: El primer álbum es atípico en nuestro caso porque es como una especie grandes éxitos de los 15 a los 18 años. Era la música que componíamos en el colegio y uno se forma como músico en esos años. Es cuando más música escucha, cuando los amigos le están mostrando cosas y uno no está definido ni tiene una identidad, sino que está descubriendo. Por eso el disco (Los De Adentro de 1998) tiene canciones tan pop como 'Una canción', que fue lo primero que hicimos como banda. Teníamos 15 años y nos gustaba más el rock de los 80 y escuchábamos cosas mucho más comerciales. También hay canciones como 'Velocidad' que es de otro estilo y la hicimos después porque veníamos de escuchar otras cosas. Entonces el disco es como la mezcolanza de todo lo que escuchamos desde los 15 a los 18 años. De hecho, cuando nos llaman a grabar ese álbum la banda se había acabado y no teníamos más músicos. Hoy es diferente, ahora uno tiene un poco más de identidad.
Sin embargo, en los álbumes 'Como un niño' (2001) y 'Volver a amar' (2004) hay una conversación más clara entre las canciones. Ahora que el modelo no va tan enfocado al álbum, sino a sacar sencillos, ¿cómo sienten que es esa nueva modalidad de la música?
J.M: A mí me gusta. Pienso que le doy al público lo que quiero que consuman y no se pierden en el vacío las otras canciones del disco. Se obliga al oyente a que escuche canción por canción. No te puedes saltar ninguna, te toca escuchar esta porque es la única que hay y eso me parece interesante. Sobre todo ahora que está el placer inmediato y se perdió el ritual de escuchar el disco entero. Ya estás en Spotify y escuchas media canción nada más. No sabes la cantidad de gente que conozco que a la mitad de la canción la quita. Eso me enerva, o sea, loco, escúchate la canción. El ritual de escuchar el álbum entero se perdió, entonces obligar al público a escuchar canción por canción me parece genial.
J.D: Prefiero la manera como se manejaba la música antes, pero también hay cosas chéveres y positivas en la actualidad. Si me pones a escoger prefiero sacar un álbum que tiene temas conectados entre sí y tener el arte en la mano. Todo eso se ha perdido y lo extraño.
Hablaban sobre la presión que supuso hacer un segundo álbum después del éxito de ‘Una canción’, cuando compusieron 'Como un niño', ¿cuál era como el sentimiento que tenían?
J.D: Cuando terminó la etapa del primer álbum la atención se enfocó en 'Una canción'. El sencillo superó las expectativas y no tuvimos chance de promocionar un segundo tema. Aparte esa fue la primera canción que hicimos, cuando teníamos 15 años, y ya no nos interesaba seguir esa línea, pero era lo que conocían y pedían de nosotros. Entonces una manera de sacarnos el clavo en el segundo disco era simplemente distanciarnos de eso. Tampoco se trataba de hacer la antítesis, porque tampoco tendría razón, pero era lo que estábamos sintiendo en ese momento y precisamente el disco estaba a años luz de lo que era 'Una canción'. No tuvimos ningún tipo de precaución o de miedo ante la disquera ni nos sentimos obligados a repetir esa fórmula.
¿En algún momento la disquera intervino en su producción creativa?
J.M: La verdad es que siempre tuvimos mucha libertad. Nunca se metieron mucho en nuestras ideas. Quizá recortaron una canción que iba más larga, creo que era ‘Una canción’. Y también recuerdo que en ‘Nubes negras’ cambiamos algo de la letra. Yo empezaba diciendo “mataría por ti” y al final quedó: "Moriría por ti…"
En un concierto en Cali José explicó que la letra de ‘Sumergido’ había salido de un libro de Andrés Caicedo, ¿cómo lo inspira la literatura para componer?
J.M: En el caso de 'Sumergido' la frase "el silencio es un destino fatal", sale de darle un homenaje a Andrés Caicedo, de un libro de él que se llama ‘Destinitos fatales’ o ‘Destino fatales’. ‘La vida es un sueño’ es otra canción en la que me inspiré en un cuento de Calderón de la Barca. Para escribir hay que leer y yo me inspiro mucho en los libros y en autores.
¿Hay alguna presión con este nuevo álbum y la gira que viene?
J.D: Es la primera vez que vamos a sacar un álbum de reversiones. Aquí la música no es de nosotros, entonces es diferente porque no tienes la presión de componer, ya las canciones estaban hechas. Lo que hicimos fue arreglarlas a la manera que nosotros quisimos, entonces es un proceso totalmente distinto a lo que habíamos hecho. Con respecto a la gira tampoco hay presión porque eso es lo que a nosotros nos gusta. Yo pienso que la esencia de una banda es tocar, inclusive más que grabar. Sea en un bar o en un estadio, no importa la cantidad de gente, lo de una banda es tocar ante alguien.
¿Cómo fue la selección de las canciones que hacen parte del nuevo álbum ‘Los de siempre?
J.D: Realmente el proyecto no era de Los De Adentro al principio. Bryan Visbal, que fue cantante en una época del grupo, y Eliuth Martínez, nuestro guitarrista, estaban haciendo unas canciones reversionadas y ya habían grabado cuatro canciones. Luego empezamos a hablar todos y decidimos integrar a Los De Adentro y hacer un proyecto donde los dos cantantes estén, algo que no habíamos hecho nunca. Entonces decidimos terminar esas cuatro canciones y hacer cuatro más, en las que canta José. Las primeras cuatro ya estaban seleccionadas por ellos. Para las otras cuatro había varias opciones sobre la mesa. Yo me sentía como espectador porque era música ajena a la que había tocado y escuchado, pero ahora que las vamos a tocar y tuve la oportunidad de hacer arreglos me volví un poco fan de cosas muy lejanas como José José.
J.M: Fue un mutuo acuerdo con Víctor Ariza, el gestor del proyecto, que nos unió a todos y nos convenció. Él me dice: ¿qué tal si cantas ‘Lo dudo’ de José José?, yo no conocía la canción, la verdad. Conocía al artista pero no la canción. Apenas la escuché quedé tramado y fue fácil para mí poder apropiarme y cantarla como si fuera mía. Con las otras tres propuse cantar ‘Por qué te vas’ de Janet, ‘Un beso y una flor’ de Nino Bravo y ‘La quiero a morir’ de Francis Cabrel. Son canciones que llevo muy cerca de mi corazón y siento que puedo cantarlas como si fueran mías, estoy cómodo y estoy contento con la escogencia de esas canciones. Espero que a la gente también le guste y sienta lo mismo que yo siento.
¿Cómo va a ser llevar esta música a los escenarios desde su estilo?
J.D: Yo siento que parece como si las canciones las hubiéramos hecho nosotros, por la manera de interpretarlas. No creo que suene a algo muy distinto a nosotros. Tuvimos la libertad de tocar de la manera en que nos sentimos más cómodos y las estamos metiendo poco a poco en los conciertos. Obviamente la vamos prioridad a las canciones de los otros álbumes, que son las que la gente conoce. Pero poco a poco vamos incorporando estas al repertorio.
¿Cuándo van a empezar la gira por Colombia?
Vamos a presentarnos el próximo año en teatros. Todavía no están claras las fechas pero va ser el próximo año. Por ahora vamos a hacer un recorrido por Estados Unidos a finales de este año.
Volver a los escenarios supone retomar ciertas rutinas, ¿cómo ha sido la relación entre ustedes con las canciones más populares y que generan más emociones en el público?
J.D: Esas canciones las disfruto a través de la gente. El disfrute está en ver a la gente cantarla más que uno tocarla. Tocarla o ensayarla después de tanto tiempo no nos gusta, pero cuando llega el momento de tocarla y ver la cara de las personas cantando lo hace divertido. Yo nunca me he aburrido cuando esas cosas pasan.
J.M: En algún momento fue una relación de amor y odio con la con las canciones que pegaron porque uno se cansa de tocar lo mismo. Pero pasa el tiempo y uno les escoge cariño porque son las canciones que tocan las fibras de la gente y, ¿cómo no amar eso?, ¿cómo no amar que canten a pulmón herido?, esa es la mejor sensación. Eso es bello, entonces ¿cómo odiar 'Una canción' o 'Nubes negras' o 'No más' o 'Tal vez'?, si la gente goza y llora y pasa unos momentos increíbles... Estamos aquí para eso. Para hacer que la gente se olvide un poquito el momento amargo de la realidad. Ya nos gusta. Antes no nos gustaba, ahora sí nos gusta.
JUAN JOSÉ RÍOS ARBELÁEZ - ESCUELA DE PERIODISMO MULTIMEDIA EL TIEMPO