Kapo: el artista que viralizó un dialecto que inventó inspirado en las emociones

hace 4 horas 9

Con un acento que es una amalgama de sus influencias culturales y con ritmo parsimonioso al hablar, Juan David Loaiza, más conocido como Kapo, divaga entre sus ideas y recuerdos, para explicar el sentido de su música y del dialecto Owahúca, que inventó, y que funciona como marco de referencia para atribuirle emociones, sentimientos y título a sus canciones, eso sí, sin pensarlo mucho, porque la esencia de su lenguaje, tal como su música, es que sean los sentires los que se expresen genuinamente.

Nacido en Medellín, criado en el Valle del Cauca y madurado en Bogotá, Kapo forjó su sonido a partir de las influencias de las escenas urbanas más potentes del país. Sin embargo, y aunque en efecto incursionó en el reguetón como producto ya ligado a la cultura colombiana, Kapo encontró el éxito en un género cuyas raíces surgieron al otro lado del océano.

El afrobeat, un género sumamente versátil y surgido en África, que en la voz de Kapo ha tomado forma de referente en Latinoamérica, para una escena urbana que se enfrenta a la necesidad de innovar y sorprender. Precisamente, un papel que, tal vez sin querer, Kapo ha reclamado. Una ‘responsabilidad’ de la que no huye, y a la que de hecho le plantó cara autodenominándose como una propuesta.

Ohnana, Uwaie, Passoa, Imagínate, El Sticker, y Alma son un compendio completo de los últimos seis meses de Kapo, a los que el pasado 9 de enero se sumó Aloh Aloh, que, en Owahúca significa ‘soy más de lo que ves’ y en la que le canta al amor en los pequeños detalles.

Vestido como un vaquero moderno, extravagante como su sonido, nos recibió en la oficina principal de La Industria Inc, su sello discográfico cuya sede está en su natal Medellín, en la que ahora está viviendo y se siente increíble, para aterrizar por unos minutos de ese viaje musical que emprendió el 6 de junio de 2024 y que desde entonces no ha parado.

Hablemos del dialecto que inventó el owahúca; ha mencionado antes que es una cuestión de sensaciones más que de consciencia, sin embargo, imagino que hay referentes para darle forma a ese dialecto, ¿cómo lo hace?

De cada creación que hacemos, de cada canción. Siento que somos emociones, energía y feeling. Los nombres vienen de lo que nos haga sentir el tema, no todas las veces nos hace sentir algo chévere, pero tratamos de que todo lo que no nos haga sentir chévere nos demuestre que después de eso nos podemos sentir bien.

Los nombres no son rebuscados realmente, tienen mucho sentido con la canción, con cada ritmo. Cada tema tiene su sensación y eso lo que me da para bautizarla y darle significado.

Usted es el fenómeno innegable del afrobeat en este momento...

Yo me disfruto mucho lo que hago. No sé si era porque estaba desenfocado o era otro tiempo. Es un tiempo que yo trabajé, hay mucho afrobeat pegado sacando la mano, pero también hay mucho reguetón, la cosa es irlo globalizando. Hay muchos exponentes, no diría que yo soy quien mostró el afrobeat, pero de una u otra manera estoy trabajando para mostrarle a Kapo al mundo, no solamente un género y una canción, sino lo que hay detrás, una historia, las bases, todo lo que uno puede tener para motivar a la gente, esa es la búsqueda diaria. Siento que es buen momento para el afrobeat, pero también es buen momento para cada artista que está trabajando bien.

Ha logrado convertirse en referente desde que se pegó Ohnana; y al poco tiempo Jhay Cortez lo estaba llamando para Passoa. ¿Cómo seguir siendo este referente en un género que está en auge?

La mejor manera es trabajándole y siguiéndole los pasos a lo que hago y lo que venía haciendo, no cambiar lo que nos hizo llegar ahí, es esa perseverancia. Hay mucho afrobeat. A veces como que me satura, porque se convierte en una oleada de mucho afrobeat, pero me da moral y me hace sentir bien, porque de una u otra manera somos una referencia, y no nos estamos dando ese título nosotros, sino que con el trabajo la gente está viendo que estamos llevando un género a otro nivel en compañía de otros colegas, y pues dimos un granito de arena para que eso pase.

Está de estreno. Desde la producción a veces el afrobeat puede sentirse repetitivo, pero Aloh Aloh empieza a cambiar en la producción, no sé si es específicamente en los bpm (beats per minute) o qué es lo diferente…

Es amapiano, y es un ritmo que va ligado a todo que es afro; el amapiano, la kizomba, la champeta africana, que también tiene un sabor parecido, un montón de ritmos, es un género con muchas raíces y ramas, y a pesar de que de repente tenga un patrón, tratamos de tener un sonido, porque la gente empieza a sentir que se parece, y pues, ¿cómo no?, si soy yo mismo.

Si yo cambio las notas y me monto en una canción ‘contenta’ van a sentir lo mismo que con las otras porque es el color que uno lleva, ¿ya? Cuando te pones a analizar bien, lo que tratamos de hacer cada vez es subirle a la producción, si escuchas Uwaie, Ohnana y Aloh Aloh, vas viendo que empieza a convertirse en un sonido que no es de una vez, sino que son diferentes ritmos, así conseguimos una autenticidad que hace una marca.

A pesar de que hay una línea clara, se sienten muchas diferencias, es una gran virtud, sobre todo en lo temático, porque en un ritmo alegre a grandes rasgos puede hablar de despecho, desamor y felicidad sin generar discordancia entre ritmo y letra...

Por eso siento que me pega bien, porque es algo que por más que te estén cantando algo que te haga sentir triste, lo cantas con todo el ánimo, te sientes mal con todo el ánimo. Es una conexión que yo tengo con mi música, con las letras y lo que quiero decir. Si de repente estoy pasando un momento maluco, le saco su provecho y escribo dos que tres cosas que después se convierten en lo que son estos temas. Es dejarse llevar, y vivir y sentir. Es muy bueno sentir. Sentir…

Imagino que debe sentir la expectativa, el público espera un álbum.

Viene álbum, claro. Este año tenemos mucho trabajo, viene disco, vienen giras, no sé en qué momento pasó todo esto, pero vamos con toda la moral. Han sido seis meses ―ni siquiera el año hemos cumplido― de mucho trabajo y dedicación. Siento que las canciones que han sido grandes seguirán siendo grandes; ‘Ohnana’ lleva 11 semanas en Billboard de número uno y fue la primera. ‘Imagínate’ con Danny Ocean está en las 50 más importantes del mundo. Viene álbum y colaboraciones chéveres.

Juan David Loaiza Sepúlveda, conocido artísticamente como Kapo, es un cantante y compositor colombiano de los géneros Afrobeat y reguetón.

Kapo es un cantante y compositor colombiano, famoso por sus canciones de afrobeat y reguetón. Foto:Jáiver Nieto / CEET

Hablemos del concepto del álbum ¿continúa en la línea en la que va o vienen experimentos?

Sí, claro, se vuelve un espécimen raro uno de la noche a la mañana, ja, ja, ja. Ahí es donde les vamos a mostrar que hay más por hacer, mucha música por hacer.

Bueno, tenemos el concepto musical, pero su concepto estético también es muy particular, ¿Eso se verá en el álbum?

Sí, la gente ya sabe que yo ando con mis locuras, me pongo un gorro, un sombrero, unos zapatos gigantes, que mejor dicho… por ahí lo empiezan a referenciar a uno, es como luce la música también, así lo quiero ver y así lo voy a plasmar. Trataré de que la gente tenga esa conexión, no para que se vistan, o que lo vean como yo, sino para que se sientan como yo y desarrollen lo que quieran.

Lo musical es por vocación, pero, de alguna manera, usted también es estratega. Las redes lo han impulsado profundamente con su sonido particular. ¿Ya está en el momento de la creación pensando en cómo lograr que los sonidos se repliquen en las redes o todavía no lo hace adrede?

No, lo que pasa es que cuando se piensa así se cae en lo que ya está. Lo que yo he hecho es más orgánico, de pronto en redes sociales se ha visto que mantengo muy activo en TikTok, pero hacer las cosas como para que ese público me escuche, lógicamente sí, pero no con ese fin, ni dejándome llevar de lo que pasa en el momento, porque soy una propuesta y siempre tengo que serlo. Todo el tiempo hay que estar en una creación, por eso es que hay que hacer la música para mostrarla, ya uno más o menos le va cogiendo el agua y empieza a navegarla.

Es muy complejo eso de ser una propuesta, ¿Cómo mantenerse proponiendo en un momento en el que cada semana salen 30 canciones?

30 es el pico ja, ja, ja.

Eso hace que la gente empiece a buscar las diferencias, y lo diferente genera escozor y aceptación por igual, ¿Cómo ser una propuesta con tanta exigencia?

Digamos que el público a veces lo quiere a uno por lo que uno muestra y les suena bien, y otras personas se adaptan a lo que uno muestra. Yo trato de jugar en esas dos, en que lo acepten y que exploren en esa misma creatividad que nos da a diario. Yo no puedo coger y mostrarles algo muy extraño que la gente no va a entender, en cambio, cuando los llevo en una ola puedo hacerlo porque ya lo entienden, y el que llega nuevo y ve que las otras personas entienden, quiere entenderlo. Es un juego mental que tengo yo de que a la gente le va a gustar la música porque es buena música y punto. Lo bueno le gusta a todo el mundo… Y al que no, es porque no le gusta eso, más no porque sea malo.

Incluso ese es un efecto que ha tenido su música. Al principio había gente que chocaba con ella por lo viral que se volvió, pero así como usted dice, es la corriente de las olas, con el tiempo la gente se fue yendo y supo que era su música.

Ese soy yo, Uwaie tuvo 1.5 millones de videos (en TikTok) antes de salir, no todas las canciones van a tener lo mismo, pero por ejemplo Aloh Aloh tuvo 103.000 videos en siete días, es gente que conectó, les gustó y se van por un tubo. Eso nos hace ser artistas y seguidores de gente.

Me llama mucho la atención la conexión con los seguidores. ¿A quién sigue?

Yo sigo un poco de gente, me gusta seguir a los artistas que son raros.

¿Por ejemplo?

Me gusta ver lo que hacen artistas de la USA que no son tan comerciales aquí, Teddy Swiss, Post Malone que es gigante; en el afrobeat, lo que hacen Burnaboy y Omah lay. Pero yo ya hago eso, yo soy un referente de mi afrobeat y mi música, no escucho la misma música que yo hago, sino que me gusta escuchar otro tipo de música, música vieja, como Luis Alberto Posada aquí en Colombia, tengo gustos raros, me gusta el Lofi, sigo productores de ese estilo También, me gusta lo que de repente hace Latin Mafia, son muy buenos y experimentales, no van a sonar en una discoteca, pero mirá todo el público que tienen, ¿ves?

Son sonidos gigantes, ¿entiendes? Uno está en esa búsqueda de mostrar lo que uno tiene, es difícil de explicar porque eso es lo que te hace artista. ¿Cómo se hace una buena entrevista?, ¿Hay parámetros, no? Pero hay cosas que uno tiene que por más de que sean errores pueden ser el éxito, mi voz es un error, por ejemplo, porque es muy aireada, pero es mi éxito.

¿Se escucha a usted mismo o rehúye de su música?

A mí me encanta escucharme, soy mi artista favorito. Soy una superestrella. Soy el mejor, para mí, en mi mundo, y así se debe sentir cada persona que haga algo, porque es de la única manera que se convierte en lo que quiere ser, cuando usted ya tiene claro eso, tiene claro que los demás son los mejores en sus mundos, por eso usted no irrespeta, no se siente mal, no envidia, todo el mundo está bien. Y ya, siéntase una chimba y camelle, y no dude de su creatividad, que es lo que a uno lo hace grande, no compare esto con lo otro, usted es una cosa, y esto es otra cosa y eso es otra cosa.

Usted es muy seguro, en ese sentido ¿Cuál es la colaboración que va a hacer?

Justin Bieber. Yo voy a grabar con Justin Bieber, claro. Sí, obvio. Ya está.

NICOLAS TAMAYO ESCALANTE

EL TIEMPO MEDELLÍN

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