Una caída mientras paseaba en scooter llevó a Jenna, de 25 años, a descubrir que tenía cáncer de ovario.
Tras golpearse el abdomen en el accidente, decidió realizarse estudios médicos para descartar lesiones, pero los exámenes revelaron algo inesperado: un tumor maligno en sus ovarios.
Un diagnóstico inesperado
Antes del accidente, Jenna había sentido calambres y una hinchazón en el abdomen, pero no les prestó atención. Tras la caída, los médicos encontraron un tumor del tamaño de una naranja y una masa en su abdomen que había estallado.
Los resultados del ultrasonido tardaron dos meses en confirmar el diagnóstico: el cáncer ya se había extendido a otras partes del cuerpo. “Lloré mucho, no podía creer que me estuviera pasando a mí”, contó en entrevista con Daily Mail.
Jenna presentó hinchazón persistente, pero no consultó a un médico hasta que sufrió un accidente.
Foto:iStock
¿Qué es el cáncer de ovario?
La Sociedad Americana del Cáncer explica que este tipo de cáncer puede originarse en los ovarios o en las trompas de Falopio. A nivel mundial, se encuentra entre los siete cánceres más frecuentes en mujeres.
En la mayoría de los casos, se detecta en etapas avanzadas porque sus síntomas pueden pasar desapercibidos. Entre las señales de advertencia se encuentran:
- Dolor en la zona pélvica o abdominal.
- Inflamación persistente o aumento del tamaño del abdomen sin causa aparente.
- Necesidad frecuente de orinar.
- Pérdida de peso sin explicación.
- Sensación constante de fatiga.
El diagnóstico temprano mejora la expectativa de vida, con una tasa de supervivencia de hasta 90 por ciento si se detecta en la primera fase.
Tratamiento y evolución del caso
Tras el diagnóstico, Jenna comenzó un tratamiento con medicamentos y una cirugía para remover el tumor. Sin embargo, sufrió una reacción alérgica a uno de los fármacos, lo que obligó a los médicos a modificar el tratamiento.
Entre los efectos secundarios que experimentó, la pérdida de cabello y la fatiga fueron los más notorios. Aunque consideró que fue una etapa muy difícil, logró completar su tratamiento a finales de 2024. Sin embargo, los médicos encontraron otro tumor en sus pulmones, que fue retirado mediante cirugía y sigue bajo observación.
Jenna recuerda que nunca se sintió enferma y que el diagnóstico fue una sorpresa para ella y su familia. “Me arrepiento de no haber ido antes al médico cuando sentía mi estómago inflamado, pero tuve suerte de esa caída, de otra forma no habrían encontrado el tumor o habría sido muy tarde”, afirmó.
Este es el cuarto tipo de cáncer más común entre las mujeres. Foto:iStock
Prevención y factores de riesgo
El Instituto Nacional de Cancerología recomienda que las mujeres mayores de 40 años se realicen revisiones ginecológicas anuales para detectar este tipo de cáncer de manera temprana.
Algunos factores que pueden aumentar el riesgo incluyen antecedentes familiares, menarquía temprana, obesidad y no haber tenido hijos.
En contraste, el embarazo, la lactancia y el uso de anticonceptivos hormonales pueden reducir las probabilidades de padecerlo. Mantener una alimentación balanceada, evitar el tabaco y realizar actividad física también son medidas preventivas recomendadas.
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SUSANA CARRASCO
El Universal (México) / GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El Universal, y contó con la revisión de un periodista y un editor.