Algo extraño sucede en el fútbol español. James Rodríguez fue incluido en la lista de los 30 mejores jugadores del 2024, que dio a conocer este lunes IFFHS (Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol, por sus siglas en inglés). Debe ser una pieza clave en cualquier equipo, especialmente en uno de media tabla como el Rayo Vallecano y que no cuenta con otro futbolista en esa selecta lista.
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Sin embargo, la ecuación no cuadra por dos motivos, por las palabras del técnico del Rayo Vallecano y por las lesiones del 10 de Colombia, como la de este martes, que no es muscular, pero si refleja una sobrecarga en los isquiotibiales (parte posterior del muslo) de la pierna izquierda.
Iñigo Pérez, DT del Rayo, dejó claro que su prioridad es elegir a los mejores para ganar, pero James no está entre los escogidos con regularidad. Y lo que es aún más sorprendente: su equipo tampoco está ganando con regularidad (3 triunfos en 10 juegos). El DT no es coherente.
A Pérez no le sirve un jugador que, con su Selección, en este 2024, lleva 14 partidos jugados (12 como titular), con 2 goles y 8 asistencias, 6 de ellas en la Copa América, siendo récord para una sola edición de esa competencia. No le sirve el elegido como el MVP en 4 de los 6 juegos del torneo y tampoco le sirve el que fue escogido como el mejor jugador de toda la Copa. No le sirve James.
¿Qué está viendo el técnico que no percibe la calidad de James? ¿Es James realmente incapaz de rendir en un equipo como el Rayo Vallecano o hay una desconexión entre lo que sucede en la cancha y las decisiones del cuerpo técnico? ¿Es una cuestión de actitud, de táctica, o simplemente de confianza?
Este es el razonamiento básico de una regla de tres: si James está entre los mejores del mundo, debería ser el mejor en su equipo y ser titular. Ahí falla la ecuación, porque no es inicialista, el equipo sigue cojeando y nuestro megacrack parece no tener espacio para brillar.
James Rodríguez sigue teniendo mucho peso en la Selección Colombia
El peso de su actuación con Colombia supera su presente en el club y, menos mal que para la IFHHS, el impacto en el fútbol internacional no se mide solo por los clubes, sino también por lo que el 10 le aporta a la Selección. Y aquí es donde James resalta.
Cuando se pone la camiseta amarilla, brilla, deslumbra y su zurda se vuelve mágica, cada pelota quieta en sus pies es una opción de gol para Colombia. Sus compañeros lo abrazan, lo sienten líder, lo admiran. “Usted solo dibuje genio”, le escribió Richard Ríos. “Juegue crack”, el mensaje de ‘Lucho’ y Mojica dijo: “asistencia fija”.
El DT del Rayo dijo que vio los dos partidos de Colombia, pero no parece… o será que en Vallecas no hay TV que aguante la calidad de James.
Opinión
CAMILA ESPINOSA ARISTIZÁBAL
Para EL TIEMPO