América Latina recibió decenas de miles de inmigrantes italianos entre la segunda parte del siglo XIX y la primera del siglo XX. En Colombia, según registros históricos, la llegada de estos europeos se dio a través de los puertos marítimos de Cartagena, Riohacha, Sabanilla y Santa Marta. De ahí que, gran parte de la diáspora se concentró en el Caribe colombiano.
En Colombia se registran 22.107 italianos, según cifras de 2023. Foto:Istock
Para entonces, algunos de los apellidos italianos más reconocidos en el país eran Pacini, Puccini, Cerruti, Faillace, Sesso, Frieri, Paggetti, Mioletti, Briosch, Cardone, Botta, Cambesi, Volpe, Odorizzi y Magnelli.
Casi un siglo después, en Colombia se registran 22.107 italianos, según cifras de 2023 de la Fondazione Migrantes cuando, incluso, el actual presidente de Colombia, Gustavo Petro, de origen caribeño, es descendiente de un italiano.
Así las cosas, y según la reglamentación italiana vigente desde 1992 y conocida como 'iure sanguinis', bastaba con demostrar el “vínculo genealógico con un ancestro nacido en Italia (después del 17 de marzo de 1861, cuando se creó el Reino de Italia), sin importar cuántas generaciones lo separen” para solicitar la ciudadanía del país europeo.
Ser ciudadano italiano es un asunto serio, la concesión de la ciudadanía es un asunto serio
Antonio TajaniCanciller y vicepremier italiano
De acuerdo con cifras del Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia, se estima que entre 60 y 80 millones de personas podían acceder a la ciudadanía bajo esta norma y así fue como, durante la última década, el número de italianos residentes en el extranjero pasó de 4,6 millones a 6,4 millones (es decir, un aumento del 40 %) provenientes principalmente de Argentina y Brasil.
Apellidos como Abate, Achilla, Bianchini, Bianchi, Chiletti, Di Giovanni, Espósito, Fiorelli, Flores, Giannetti, Larossa, Marino, Rizzi, Soracco, Vanno, entre muchos más, tenían grandes posibilidades de adquirir la ciudadanía, pues podían comprobar fácilmente la conexión con sus ancestros solo con saber quiénes eran sus padres, abuelos, bisabuelos o tatarabuelos.
De igual manera, quienes desconocían a su familiar italiano podían hacer un estudio genealógico y, simplemente, solicitar su partida de nacimiento con las autoridades locales en Italia para avanzar en el proceso.
Se debe comprobar con documentos oficiales que los padres o abuelos del solicitante italianos. Foto:@CraigMurrayOrg / X
Sin embargo, desde el pasado 27 de marzo todo cambió. Ahora, únicamente los hijos y nietos de italianos podrán solicitar la ciudadanía por descendencia.
“Ser ciudadano italiano es un asunto serio, la concesión de la ciudadanía es un asunto serio”, declaró en marzo el canciller y vicepremier italiano, Antonio Tajani. “Desafortunadamente, a lo largo de los años se han producido abusos y solicitudes de ciudadanía que han ido un poco más allá del verdadero interés de nuestro país”, agregó.
El abogado Luis Enrique Guzmán Prieto explica que la intención del gobierno de la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, es “ponerle fin a la ciudadanía sin límites”.
"El espíritu de esa ley es que haya un vínculo con Italia o, en otras palabras, recuperar esa ‘italianidad’, esa cultura italiana que se ha perdido”, agrega el especialista en inmigración a Italia.
Así pues, las normas se han vuelto más estrictas y ya no es suficiente con tener una conexión sanguínea con un ancestro nacido en Italia.
¿Qué necesita para solicitar la ciudadanía italiana a partir de 2025?
De acuerdo con el decreto, que rige después del 27 de marzo de 2025, si piensa solicitar la ciudadanía italiana por descendencia tenga en cuenta lo siguiente:
- Ya no se otorgará la ciudadanía italiana de forma automática a los descendientes de italianos nacidos fuera del territorio nacional que cuenten con otra ciudadanía.
- Para solicitar la ciudadanía por descendencia, el ciudadano de primer o segundo grado debía tener, o haber tenido al momento de fallecer, únicamente ciudadanía italiana.
- Las personas nacidas o residentes en el extranjero deberán demostrar un vínculo continuo con Italia, ejerciendo por lo menos una vez cada 25 años los derechos y deberes de un ciudadano italiano. Es decir, pagar impuestos, votar o renovar sus pasaportes y documentos de identidad.
- Los ciudadanos italianos que no nacieron en Italia solo podrán transmitir la ciudadanía a sus hijos nacidos fuera de Italia si han residido en Italia durante dos años consecutivos.
- El solicitante deberá demostrar dominio del idioma italiano, requisito que anteriormente solo se exigía para la naturalización por residencia o matrimonio. El examen de competencia es un examen estatal de cinco partes que se realiza varias veces al año, o un examen de equivalencia de nivel superior para quienes no residen en Italia.
Ya no es suficiente con tener una conexión sanguínea con algún ancestro en Italia. Foto:@republiqueBRA / X
Cabe aclarar que la nueva regulación no afecta a ninguna de las 60.000 solicitudes que se radicaron en los consulados italianos de todo el mundo hasta el 27 de marzo del presente año, pero sí se hará efectiva para quienes la soliciten en el futuro.
El espíritu de esa ley es que haya un vínculo con Italia o, en otras palabras, recuperar esa ‘italianidad’, esa cultura italiana que se ha perdido
Luis Enrique Guzmán PrietoAbogado experto en inmigración a Italia
La principal recomendación de Guzmán es asesorarse con un especialista al momento de aplicar, pues “cada caso es particular y la norma se interpreta de acuerdo con este caso”.
Por ejemplo, su solicitud entra en conflicto si su padre o abuelo tenía otra ciudadanía además de la italiana, pero “se pueden estudiar los tiempos y ver cómo se interpreta la ley a su solicitud”.
Lo clave, en un principio, es demostrar con documentos oficiales que en efecto los padres o abuelos del solicitante son ciudadanos italianos.
Solicitar la ciudadanía italiana desde la embajada o consulado de su país puede tomar de seis meses a un año. Todo depend
Cambios en la ciudadanía italiana por matrimonio desde 2025
Para los interesados en solicitar la ciudadanía italiana por matrimonio también hay cambios. Estos son:
- Quienes se casan con un italiano deben vivir en Italia al menos dos años para obtener la ciudadanía.
- El costo de la solicitud pasa de 300 euros a 600 euros (unos 324 dólares a 648 dólares).
El Caribe colombiano y su conexión con Italia
De acuerdo con el historiador Vittorio Cappelli, Barranquilla se convirtió en la ciudad favorita de los migrantes de inicios del siglo XX.
En “La puerta de oro de Colombia” se juntaron hebreos sefarditas de origen holandés, alemanes de Bremen, sirio-libaneses-palestinos, españoles e italianos, “trabajando sobre todo en el comercio y en los transportes transformando la cultura local y poniendo las bases del desarrollo manufacturero”, cuenta Cappelli en su famoso ensayo ‘Entre Macondo y Barranquilla. Los italianos en la Colombia caribeña’.
Un informe consular de 1908 señala que para entonces los italianos en Barranquilla eran alrededor de 400 y para el año 1928 ya sumaban 748 personas.
Barranquilla se convirtió en la ciudad favorita de los migrantes de inicios del siglo XX. Foto:Instagram: @alcaldiabarranquilla
Con el pasar de los años, se dirigieron al interior de las provincias – estados soberanos de Bolívar y Magdalena –, de acuerdo con la investigación titulada ‘Los otros, sin patria: italianos en el litoral Caribe de Colombia a comienzos del siglo XX’.
Los que se asentaron en Magangué aprovecharon las ferias comerciales de las sabanas para vender todo tipo de mercancías a bajo costo. En Carmen de Bolívar se vincularon a la exportación de frutos y cueros. Mientras, en Sincelejo se insertaron en un creciente mercado ganadero y en Montería gozaron de prestigio entre una modesta élite enriquecida por la ganadería en la subregión del Alto Sinú.
En Santa Marta los italianos se dedicaron a crear pequeños restaurantes, joyerías, tiendas de mercancías al por mayor y talleres de artesanías. Los que se mudaron a Cartagena negociaron con ganado, vendieron relojes y perfumes, abrieron hoteles, y se especializaron en el trabajo del mármol.
De ahí que, los apellidos italianos abunden por todo el Caribe. Muchos de estos se naturalizaron tanto entre las familias colombianas que hoy en día desconocen de esa herencia italiana.
Un ejemplo de ello son los Marrugo, Marugno, Bossa, Calvo, Blanco, Manotas, De Zubiria, Turizo o Castellón. También, varios apellidos que terminan en "i" provienen realmente de una "y", como los Parody, Borelly, Morelly, Bornacelly.
Recomendaciones de un experto. Foto:el tiempo