Indignación por niño que perdió parte de un dedo en un CDI del Bienestar Familiar al sur de Barranquilla

Una grave denuncia tiene conmocionada a la comunidad del barrio El Bosque, en el sur de Barranquilla, luego de que un menor de tres años fuera entregado por un Centro de Desarrollo Infantil (CDI) con una grave lesión en su mano izquierda. Según sus familiares, el niño perdió parte del dedo meñique mientras estaba bajo el cuidado del personal del establecimiento.

El caso, que ya está en conocimiento de la Fiscalía General de la Nación y del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), ha generado cuestionamientos sobre los protocolos de seguridad en estos centros de atención a la primera infancia.

“Le entregaron el resto del dedo en agua helada”

De acuerdo con la versión entregada por Marlene Cabarcas, abuela del niño, fue el padre del menor quien recibió una llamada del CDI informando que su hijo había sido trasladado a un centro asistencial debido a una supuesta fractura. Sin embargo, al llegar al hospital, la familia descubrió con horror que el pequeño presentaba una amputación parcial del dedo meñique.

Según la mujer, el banco supuestamente se encontraba sobre una mesa cuando la niña lo empujó sin intención, cayendo sobre la mano del niño. No obstante, la familia no encuentra lógica en que un simple golpe haya provocado una amputación. “Dijeron que solo fue un golpe, pero él perdió la uña, el hueso y el resto del dedo me lo entregaron en un vasito con agua helada”, narró visiblemente afectada.

Dudas sobre el accidente y falta de atención institucional

La familia ha manifestado su inconformidad con las explicaciones entregadas por el personal del CDI y asegura que, hasta el momento, no han recibido una respuesta clara sobre cómo se produjo la lesión ni quién estaba a cargo del niño en ese momento.

Incluso, el padre del menor intentó recrear el accidente en el mismo lugar, dejándose caer el banco de madera sobre su propia mano sin que este le causara un daño similar. “No entendemos cómo ese banco pudo volarle el dedo al niño. Hay algo que no nos han contado”, manifestó uno de los tíos del menor.

Desde el miércoles pasado, el niño permanece en un centro de salud a la espera de una intervención quirúrgica por parte de un cirujano plástico. La familia está angustiada por el futuro del pequeño y por las secuelas físicas y emocionales que pueda dejar este accidente. 

“Nos dicen que puede quedar con un moñito, pero yo quiero que tenga su dedito. Él está pequeño, apenas tiene tres años, y no se merece esto”, expresó la abuela con la voz entrecortada.

Exigen investigación y revisión de protocolos

La denuncia ha generado reacciones a nivel local. La concejala de Barranquilla, Heidy González, calificó el hecho como "inadmisible" y exigió respuestas por parte del Distrito. “Cuando una familia deja a su hijo en un CDI, lo hace con la confianza de que va a estar protegido. Esa confianza hoy está completamente rota”, manifestó.

González pidió a las autoridades competentes que se adelante una investigación rigurosa para determinar si hubo negligencia por parte del personal del centro. Además, exigió que se revisen los protocolos de seguridad y emergencia en todos los CDI del Distrito.

También solicitó revisar los perfiles de quienes trabajan con niños en estos espacios, así como reforzar las medidas de seguridad para prevenir nuevos casos como este.

Investigación en curso

Hasta el momento, el Distrito no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre el caso. Sin embargo, la Fiscalía ya recibió la denuncia interpuesta por la familia, que busca esclarecer los hechos y que se establezcan responsabilidades individuales y administrativas.

El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), por su parte, confirmó que tiene conocimiento del caso y anunció que enviará un equipo para verificar las condiciones del CDI y acompañar a la familia del menor.

Este lamentable hecho ha encendido las alarmas sobre la necesidad urgente de reforzar los controles y la supervisión en los centros de atención a la infancia, para garantizar la seguridad y el bienestar de los niños que, a diario, son confiados al cuidado de terceros.

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