El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (Uscis, por sus siglas en inglés), en colaboración estrecha con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), desarticuló una red criminal dedicada a organizar matrimonios fraudulentos con el objetivo de obtener beneficios migratorios.
Según aclaró la entidad en su página web oficial, la operación, llevada a cabo junto a otras agencias federales, como el Servicio de Seguridad Diplomática del Departamento de Estado y la Oficina del Fiscal del Distrito de Maryland, culminó con la detención de diez personas y la acusación formal contra cuatro principales organizadoras del esquema.
Cómo operaba la red de fraude matrimonial descubierta por ICE y Uscis
Es importante mencionar que la investigación se inició en abril de 2022 por parte del Grupo de Trabajo de Fraude de Documentos y Beneficios de Inmigración, una unidad especializada de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI, por sus siglas en inglés).
Uscis aportó análisis documentales clave y condujo entrevistas a peticionarios y beneficiarios sospechosos de estar implicados en casamientos por conveniencia.
El patrón detectado involucra a ciudadanos estadounidenses que, a cambio de una retribución económica, accedían a contraer matrimonio con personas extranjeras que deseaban acceder a una residencia legal en Estados Unidos.
ICE está deportando a miles de migrantes en los últimos meses Foto:Istock
Las autoridades identificaron a Ella Zuran, Tatiana Sigal y Alexandra Tkach, residentes de la ciudad de Nueva York, como las principales articuladoras de estos matrimonios simulados. Se les pagaban miles de dólares para gestionar los enlaces, presentar formularios migratorios falsificados y hasta producir certificaciones médicas adulteradas.
Cabe destacar que estos documentos eran luego utilizados en solicitudes oficiales ante Uscis para adquirir visados y otros beneficios migratorios.
A su vez, el fraude se extendía más allá de Nueva York. Shawnta Hopper, oriunda de Sicklerville, Nueva Jersey, también fue acusada por un gran jurado federal. Hopper se encargaba de captar mujeres estadounidenses dispuestas a casarse con extranjeros por dinero, especialmente en Baltimore y sus alrededores.
Según la acusación, recibía pagos directos por reclutar personas para estas uniones ficticias. La gravedad del caso reside también en la sistematicidad del delito: involucraba contratos monetarios, documentación falsa y un circuito organizado para evadir los controles federales.
Todos los participantes de esta red fueron puestos bajo investigación penal o administrativa. Aquellos que ya habían accedido a beneficios migratorios mediante estos casamientos fraudulentos verán sus estatus legales revocados de manera inmediata.
Las autoridades advirtieron que continuarán persiguiendo estos delitos con firmeza. Como destacó Matthew Tragesser, vocero de Uscis: “Comprar un cónyuge no le convierte en ciudadano estadounidense”.