Huertas caseras comienzan a florecer en los patios de Barranquilla : 250 familias se suman a la agricultura urbana

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El sol del mediodía cae implacable sobre los barrios del suroriente y suroccidente de Barranquilla. Bajo la sombra de una vieja ceiba en el barrio La Paz, un grupo de vecinos se reúne con entusiasmo. 

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Hoy no es un día cualquiera: el Distrito, junto a Fundaport, entrega 150 kits para la construcción de huertas urbanas, una nueva apuesta por la seguridad alimentaria que busca transformar los patios de las casas en pequeños oasis verdes.

Desde hace varias semanas, las familias beneficiarias han recibido talleres sobre cómo sembrar y cuidar sus propias huertas. Entre los participantes, el entusiasmo es palpable. En el patio de Ana Torres, residente del barrio 7 de Agosto, se respira un aire de esperanza. 

Nunca había pensado que mi patio podría ser un lugar para sembrar alimentos

"Nunca había pensado que mi patio podría ser un lugar para sembrar alimentos", comenta con una sonrisa mientras observa el kit recién entregado. En su interior hay semillas de tomate, pepino, pimentón, cilantro, rúgula, entre otras,  junto con herramientas, sustratos orgánicos y una bandeja germinadora.

 "No sabía que podía cultivar tanto en tan poco espacio", añade, mientras despliega el manual teórico-práctico que viene en el kit.

Un plan  para atacar el hambre en los barrios 

El proyecto ‘Mi Barrio Siembra’, impulsado por la Alcaldía de Barranquilla, apunta no solo a fortalecer la seguridad alimentaria en la ciudad, sino a generar un cambio de mentalidad en las comunidades. 

Las familias de La Paz, 7 de Agosto, Ciudad Modesto, Santa María, San Luis, 20 de Julio, Rebolo y el corregimiento de Juan Mina han sido seleccionadas para formar parte de esta primera fase. Cada una de ellas ha recibido formación específica sobre la importancia de la agricultura urbana y las técnicas para maximizar los rendimientos en espacios reducidos.

huertas Barranquilla

Las huertas urbanas son construidas en los patios de las casas de los beneficiarios.

Foto:Leonardo Herrera Delgans

A las nueve de la mañana, en el corazón del barrio Rebolo, un grupo de vecinos se arremolina en torno a los kits. Fundaport ha contribuido con 25 de estos, destinados exclusivamente a este barrio. 

Las semillas, cuidadosamente seleccionadas, prometen cosechas de lechuga crespa, berenjenas y col de tallos en cuestión de semanas. La promesa de alimentos frescos y saludables cultivados en el hogar se está haciendo realidad, y la comunidad lo sabe.

Para muchos, la agricultura urbana no es solo una respuesta a la seguridad alimentaria, sino una vía para recuperar la autosuficiencia perdida. 

En el corregimiento de Juan Mina, Margarita Ríos, una de las beneficiarias, comparte cómo esta iniciativa significa mucho más que una simple siembra. "Cuando todo está tan caro, poder producir nuestros propios alimentos es un alivio. Además, es algo que puedo enseñar a mis hijos. Ellos ahora entienden de dónde vienen las verduras y lo importante que es cuidar la tierra", comenta con orgullo.

Queremos brindar a los barranquilleros, especialmente en los barrios de las localidades Suroriente, Suroccidente y Metropolitana, la oportunidad de cultivar y sembrar en sus hogares. De esta manera, podrán producir sus propios alimentos y fortalecer su autosuficiencia, mejorando así su calidad de vida

El programa, que en su primer año alcanzará a beneficiar a 1.000 familias, es una apuesta por la autosostenibilidad. La iniciativa fomenta la participación ciudadana en el cuidado del medio ambiente, utilizando la agricultura urbana como una estrategia de resiliencia ante el cambio climático. Las huertas, además de ofrecer alimentos, funcionan como pequeños pulmones verdes en medio de la urbe, contribuyendo a mejorar la calidad del aire y a reducir la temperatura en las zonas más calurosas de la ciudad.

Henry Cáceres, gerente de Siembra Más, destaca la importancia del programa para la ciudad. "Nuestro objetivo es conectar la ciudad con iniciativas sociales que fomenten la seguridad alimentaria y, en ocasiones, también la seguridad económica", afirma. “Queremos brindar a los barranquilleros, especialmente en los barrios de las localidades Suroriente, Suroccidente y Metropolitana, la oportunidad de cultivar y sembrar en sus hogares. De esta manera, podrán producir sus propios alimentos y fortalecer su autosuficiencia, mejorando así su calidad de vida”.

Los patios, antes baldíos y olvidados en estos barrios, están a punto de convertirse en pequeñas huertas urbanas. El verde comienza a teñir la vida cotidiana de los barrios, mientras las semillas, aún invisibles bajo la tierra, germinan bajo el ardiente sol de Barranquilla. 

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