Hombre descubrió bitcoin gracias a su tesis y sin buscarlo se convirtió en millonario

En el universo de las criptomonedas, Bitcoin sigue tomando protagonismo. La llegada de nuevos usuarios y las promesas de medidas pro-cripto de líderes como Donald Trump han desatado un fervor casi tangible en la comunidad online. Dentro de este contexto, la historia de Kristoffer Koch, un ingeniero noruego, resurge como un testimonio del impacto impredecible de las inversiones en criptomonedas.

En 2009, mientras trabajaba en su tesis de criptografía, Koch descubrió Bitcoin, que en aquel entonces era un activo digital poco conocido y de escaso valor. Movido por la curiosidad, invirtió aproximadamente 150 coronas noruegas (unos 27 dólares estadounidenses) para comprar 5000 bitcoins. Sin embargo, con el paso del tiempo, perdió interés y olvidó completamente su inversión.

La situación dio un giro dramático en 2013, cuando Bitcoin captó la atención mundial al disparar su cotización. Al acceder a su billetera digital —tras varios intentos fallidos por recordar su contraseña—, Koch descubrió que esos 5000 bitcoins ahora valían 885,000 dólares (más de 3,800,00,000 millones de pesos al cambio actual).

Esta fortuna le permitió mejorar sustancialmente su calidad de vida, adquiriendo un lujoso departamento en Oslo, entre otras inversiones. A pesar de haber vendido parte de su tenencia, Koch conserva algunos bitcoins, que actualmente se valoran en cerca de 100,000 dólares cada uno (más de 436 millones de pesos).

Bitcoin, una fortuna perdida

No obstante, no todos los relatos asociados a esta criptomoneda terminan con un final feliz. Tal es el caso de James Howells, un ingeniero de Newport, Gales, que accidentalmente desechó un disco duro conteniendo aproximadamente 8000 bitcoins. 

A pesar de sus esfuerzos exhaustivos durante más de una década para recuperar su fortuna, incluyendo demandas legales y ofrecimientos de regalías al municipio, sus intentos han sido infructuosos. Recientemente, un juez desestimó su demanda contra el Ayuntamiento de Newport, citando la falta de fundamentos razonables para proceder a juicio.

Howells expresó su frustración a la 'BBC', indicando que sus intentos de colaboración con el municipio fueron inútiles y que la decisión judicial fue como "una patada en los dientes". Afirmó que no se trataba de avaricia, ya que estaba dispuesto a compartir las ganancias, pero lamentó la falta de diálogo por parte de las autoridades.

“El caso, que fue desestimado en la primera audiencia, ni siquiera me da la oportunidad de explicarme ni la oportunidad de obtener justicia en cualquier forma. Había mucho más que podría haberse explicado en un juicio completo y eso es lo que estaba esperando”, le dijo Howells al medio citado. Y añadió: "No se trata de avaricia, estoy feliz de compartir las ganancias, pero nadie en una posición de poder tendrá una conversación decente conmigo”.

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*Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en la información de La Nación (GDA), y contó con la revisión de la periodista y un editor.