El japonés Shohei Ohtani se ha convertido en una leyenda viva de las Grandes Ligas como miembro del exclusivo 'Club de los 50-50', en jonrones y bases robadas.
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El genio japonés, que firmó el año pasado un contrato de 700 millones de dólares por diez temporadas, ha dejó una marca indeleble no solo en el mundo del béisbol sino en el deporte en general. En 1999 el cubano José Canseco selló el primer 40-40.
Subir el listón parecía imposible hasta la llegada de Ohtani, que, además, está a un paso de poder volver al picheo tras la grave lesión de codo padecida el curso pasado.
Para alcanzar el '50-50', Ohtani montó una exhibición ofensiva perfecta en las seis veces que se presentó al bate.
Sumó cinco batazos de extrabases (dos dobles y tres jonrones), se robó dos bases, totalizó diez carreras empujadas y cuatro anotadas, lo que se traduce en un 60 % del total de anotaciones de los Dodgers en el partido que terminaron ganando por paliza de 4-20 sobre los Marlins.
Hace 35 años Canseco fundó el club 40-40 y en la pasada temporada el venezolano Ronald Acuña Jr. presentó el '40-70', pero el japonés inauguró el jueves la membresía para el '50-50' y de inmediato alcanzó el 'club 51-51' en el mismo partido con sus tres vuelacercas y dos estafas.
Como si fuera poco, con sus 51 vuelacercas a los Marlins, Ohtani estableció una nueva marca de jonrones en una temporada para los Dodgers, que tiene la posibilidad de seguir ampliando en lo que resta de la temporada.
Hincha millonario
La pelota del histórico momento tendrá un valor muy alto si es que el nuevo propietario decidiera subastarla o venderla a algún coleccionista. Se trata de un aficionado de los Miami Marlins que se negaría a negociarla con los Dodgers.
Los Dodgers le ofrecieron un intercambio, tal como lo lograron con una mujer que atrapó el primer jonrón de Ohtani con el equipo en la victoria ante los Giants el 4 de abril en el Dodger Stadium.
Esa vez la aficionada entregó la pelota a cambio de otra bola, dos gorras y una bate, además de que Ohtani estuviera presente.
Sin embargo, en esta ocasión el fan se negó a devolver la bola e incluso se fue escoltado hasta la salida del estadio.
Se trata de un objeto muy preciado. Como antecedente, la pelota del jonrón número 62 de Aaron Judge se vendió por 1,5 millones de dólares en una subasta en 2022 y en 1998 se pagaron tres millones de dólares por la bola del jonrón número 70 de Mark McGwire. Y la del jonrón número 700 del dominicano Albert Pujols en 2022 se vendió por 360.000 dólares.
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