150 hombres suizos, católicos practicantes y solteros hacen parte de la Guardia Suiza Pontificia, el ejército que durante más de 500 años se han encargado de cuidar del papa.
Para hacer parte de este enigmático cuerpo de élite, los jóvenes deben someterse a un riguroso proceso de selección. Únicamente ciudadanos suizos de entre 19 y 30 años, en excelente condición física, con una estatura superior a los 174 centímetros, solteros, sin antecedentes penales, con una conducta intachable y compromiso religioso activo, pueden postularse.
Una vez aceptados, deben enfrentarse a una formación intensiva que abarca desde el uso de alabardas tradicionales hasta el manejo de rifles semiautomáticos, competencias clave para garantizar la seguridad del Vaticano.
La misión principal de la Guardia Suiza es garantizar en todo momento la seguridad del sumo pontífice y de su residencia. Además de esta labor fundamental, sus responsabilidades incluyen acompañarlo en sus viajes, controlar los accesos al Estado de la Ciudad del Vaticano, custodiar al Colegio Cardenalicio durante el periodo de Sede Vacante y desempeñar diversas funciones protocolarias y de honor.
Se encargan de garantizar la seguridad del sumo pontífice. Foto:iStock
Historia de la Guardia Suiza Pontificia
De acuerdo con la Santa Sede, este cuerpo militar fue fundado en 1506 por el Papa Julio II. Esto a raíz de que históricamente los mercenarios suizos fueron considerados los mejores soldados del mundo.
Estos soldados fueron contratados por diversas potencias europeas, siendo especialmente populares en Francia y España. A finales de los siglos XIV y XV, comenzaron a prestar servicio en los Estados Pontificios.
Según 'Britannica', en 1505, el obispo suizo Matthäus Schiner, actuando en nombre del papa Julio II, propuso formar una unidad suiza permanente al servicio directo del papa. Así, el 22 de enero de 1506, llegó al Vaticano el primer grupo de 150 guardias suizos, comandado por el capitán Kaspar von Silenen.
La Guardia Suiza Pontificia fue fundada en 1506 por el Papa Julio II. Foto:iStock
La Guardia Suiza rápidamente se hizo famosa por su valentía y espíritu de sacrificio, algo que quedó demostrado durante el Saqueo de Roma en 1527: de los 189 guardias, solo 42 sobrevivieron mientras protegían al papa Clemente VII.
Esta disposición al sacrificio se manifestó nuevamente durante la Segunda Guerra Mundial, cuando, a pesar de estar en clara desventaja numérica, los guardias asumieron posiciones defensivas ante una posible invasión alemana en Roma.
Además de esto, en 1981, durante un intento de asesinato en la Plaza de San Pedro, la Guardia Suiza desempeñó un papel clave en la protección del papa Juan Pablo II. Uno de los guardias, que vestía de civil en ese momento y acudió rápidamente en su auxilio, fue considerado un héroe y, años más tarde, en 1998, fue nombrado comandante de este cuerpo militar.
La Guardia Suiza Pontificia se destaca por su valentía. Foto:iStock
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SOFÍA ARIAS MARTÍNEZ
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
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