Gremios advierten en carta sobre riesgos a la institucionalidad del país y hacen llamado a la unidad nacional

hace 5 horas 30

Un día después de que miles de colombianos salieron a las calles para marchar en silencio por la vida, contra la violencia y en defensa de la democracia, más de 80 organizaciones del país -entre gremios empresariales, universidades, centros de pensamiento y colectivos sociales- emitieron una carta abierta en la que hacen un llamado a la unidad nacional, “después de unas semanas marcadas por nuevos hechos de violencia”.

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“¿Cómo se siente hoy Colombia?”. Con esta pregunta arranca la carta que surge en un contexto de creciente tensión política y hechos que, según los firmantes, han encendido las alarmas institucionales: el atentado contra un precandidato presidencial, ataques a la fuerza pública y el polémico decreto presidencial con el que se convoca a una consulta popular, pese a que el Congreso la rechazó.

Aunque reconocen un clima de miedo e incertidumbre, los autores de la carta invitan a no quedarse en la sombra. “En el corazón de 50 millones de colombianos también anida la esperanza. De ello fuimos testigos con la Marcha del Silencio”, afirman. 

Señalan, además, que el país necesita una visión común que renueve el compromiso con la institucionalidad, el respeto por las reglas y la participación democrática.

El texto hace un llamado explícito a los poderes del Estado para que actúen con responsabilidad en este momento: al Consejo de Estado y la Corte Constitucional, les piden ser guardianes de la ley; al Congreso, construir acuerdos sin populismo; a la Fuerza Pública, garantizar la seguridad de candidatos y votantes; y a la Registraduría, asegurar unas elecciones libres y transparentes en 2026.

Este es el contenido completo de la carta:

UNA CARTA A LOS COLOMBIANOS

Unidos por el cuidado de la democracia y contra la violencia.¿Cómo se siente hoy Colombia?

Nos lo preguntamos después de unas semanas marcadas por nuevos hechos de violencia: el atentado contra un precandidato presidencial¹ —ecos de nuestros tiempos más oscuros— al que se suman varios actos contra la vida de civiles, policías y militares, y un decreto presidencial para convocar una consulta popular sin cumplir las reglas de juego constitucional.

Aunque algunos aprovechan estos momentos para dividir, asustar, amenazar y chantajear, nosotros queremos preguntarnos qué tenemos en común los colombianos, cómo podemos sembrar esperanza.

Primero, hay que reconocer las sombras. Se siente incertidumbre, angustia, miedo, sumado a los retos sociales que aún tenemos como Nación. Una sensación de desamparo, de un futuro incierto. Y una sociedad sin futuro es una sociedad en una especie de depresión colectiva, abandonada a su suerte.

Segundo, hay que contraponer algo de luz frente a esta sombra. En el corazón de 50 millones de colombianos también anida la esperanza. De ello fuimos testigos con la Marcha del Silencio. Sin importar las ideas políticas, la condición social o la región, Colombia necesita una visión positiva de futuro, que renueve el compromiso y nos movilice a todos.

El desarrollo de un país depende del cultivo cuidadoso de la confianza, y solo en un contexto de confianza podremos erradicar la violencia, respetar el medio ambiente, crear empleo, ofrecer oportunidades, sanar las heridas y proponernos nuevos caminos.

No es desconociendo el orden institucional ni las reglas de juego de una democracia como se gobierna para todos. Las instituciones que resisten las tormentas son las que construyen futuro, los sueños compartidos de un país son el resultado de una democracia sana y vibrante, de reglas tejidas con la paciencia de las décadas. El cambio social debe surgir desde las instituciones, nunca en contra de ellas.

La democracia está en riesgo. Lo está cuando no es seguro participar, cuando ser candidato o candidata es sinónimo de peligro de muerte. Lo está cuando las leyes y la constitución se dejan de respetar, cuando se afecta el equilibrio y se vulneran los roles de las ramas del poder público.

Por eso rodeamos y apoyamos a las instituciones y sus líderes para que hagan cada una su labor en medio de este trance:

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Marcha del silencio

• Al Consejo de Estado y la Corte Constitucional para que nos sirvan como faro ético al proteger la Constitución y la ley.

• Al Congreso para que, en la diferencia, busque acuerdos mínimos, con responsabilidad y sin populismo.

• A la fuerza pública a cuidar de candidatos y electores en todas las regiones.

• A la Registraduría para que actúe y garantice la transparencia y eficiencia del proceso electoral del año 2026.

Necesitamos elecciones seguras y libres en 2026. Los líderes políticos deben dar ejemplo y cumplir la ley. El estado debe brindar garantías para una participación democrática, proteger la vida y la seguridad de todos los colombianos es un deber ineludible. La seguridad no tiene ideología. 

¿Cómo convertir la angustia en esperanza?

Con líderes que defiendan la democracia, que tengan el coraje para poner límites, que escuchen las voces diversas de un país grande y complejo, que no tengan miedo de liderar, de recibir críticas, que asuman su rol trascendental en un momento histórico. 

Se darán cuenta al hacer lo correcto que detrás suyo, apoyándolos, hay millones de ciudadanos, miles de organizaciones sociales, académicas, empresariales y comunitarias que estamos repitiendo a voces: ¡más esperanza, más democracia!

Una invitación a todos los colombianos a unirnos en torno al cuidado de la democracia. 

CAMILO A. CASTILLO
Redacción Política
X: (@camiloandres894)

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