Austeridad, aplazamiento presupuestal y reforma tributaria. Esas son las principales conclusiones de los tres días de cónclave del gobierno del presidente Gustavo Petro, que se reunió esta semana para evaluar los resultados del 2024 y establecer las metas del año que se inicia.
Con el fantasma de un inminente remezón ministerial a la vista, tema que se abordó en los pasillos, primero fueron dos días de intensas jornadas en el Centro de Estudios Superiores de la Policía Nacional (Cespo). El lunes, se evaluó a cada una de las carteras. Ministros, directores de entidades y consejeros pasaron al tablero y expusieron sus logros. El martes, fue el día para presentar los objetivos del 2025, muy enfocados en la ejecución de proyectos. Pero el tiempo fue insuficiente y al presidente Petro le tocó convocar a su gabinete para una tercera jornada, que se realizó este miércoles en la Casa de Nariño.
Y aunque en esta última sesión el turno para presentar las metas les correspondía a las carteras de Minas y Energía, Salud y las dependencias relacionadas con la implementación de la paz, el plato fuerte de la jornada era la exposición de un proyecto de decreto de aplazamiento presupuestal.
La Casa de Nariño no se rinde e insiste en tener un presupuesto de 523 billones de pesos para el 2025 y no de 511, cifra a la que se tendría que conformar después de que el Congreso, en derecho, le hundió la reforma tributaria.
"Presentaremos, desde el equipo económico, junto al Presidente, el proyecto de decreto de aplazamiento por 12 billones de pesos a cada uno de los sectores. Recursos que, definitivamente, no tocan los derechos de nuestro pueblo, las garantías que tienen los sectores sociales, especialmente las comunidades. Es un ejercicio complejo, difícil, pero es un ejercicio importante porque se ha revisado sector por sector, de tal forma que hemos podido lograr un muy buen esfuerzo de aplazamiento de recursos", anunció el exsenador Alexander López, director del Departamento de Planeación Nacional.
Esta figura contemplada en la legislación, consiste en mantener el presupuesto de 523 billones de pesos, pero las entidades a las que se les aplacen los recursos no podrán contar con ellos todavía. La idea de la Casa de Nariño es dejar esa partida congelada, por así decirlo, mientras se consiguen nuevos recursos. Esto se puede hacer vía reforma tributaria, con un aumento del recaudo e incluso, según el director de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar, liberando cupo de la deuda y solicitando más recursos.
López, quien conoce bien el Congreso, señaló que ya iniciaron los acercamientos con las bancadas. “Estamos haciendo el análisis y sosteniendo un diálogo político con los distintos partidos en función de evitar un mayor descalabro para las finanzas. Aspiramos a que haya una mayor responsabilidad de algunos sectores en el Congreso, hemos mostrado las cifras de manera abierta, transparente”.
Las dudas en el Congreso ante la nueva tributaria y el aplazamiento presupuestal
Sin embargo, en el Congreso sigue habiendo serias dudas sobre la viabilidad de esta jugada del Gobierno.
El senador Miguel Uribe, autor de la ponencia que hundió la reforma tributaria, advirtió que esa no es la salida y están listos para hundir nuevamente una iniciativa en ese sentido.
“Es necesario recortar los gastos y estabilizar las finanzas públicas, así como es imperativo cumplir con la regla fiscal y hacer estimaciones realistas sobre el recaudo. En vez de aumentar el gasto, el gobierno debe estimular la economía y generar nuevos ingresos mediante el crecimiento económico. Por el contrario, el Gobierno ha creado un clima de incertidumbre que ha desincentivado la inversión, ha perseguido al sector privado e insiste en crear una economía centralizada e intervencionista”.
Mientras que la senadora Angélica Lozano, de Alianza Verde, advirtió que en la Casa de Nariño están haciendo “cuentas alegres”.
“Es equivocado no aceptar la realidad. El problema del presupuesto no son solo los 12 billones de déficit de entrada. El problema es que cayó el recaudo dramáticamente en el 2024. Ese es el piso real de proyección del recaudo del 2025. El presupuesto, sea de 511 o de 523 tiene mayor déficit por esa caída de recaudo. Para este año, siempre sostuve, que no faltaban 12, faltaba por lo menos 45. En unas semanas se va a ver la realidad. Si en el 2024 cayó el recaudo más de 70 billones, ¿en dónde pasa la magia que se recupere automáticamente en el 2025 y, además, aumente? Son cuentas alegres.
Por lo pronto, todas las carteras se preparan para un duro plan de austeridad que se inició con la cancelación del viaje del presidente Petro al foro económico de Davos, Suiza.
El remezón ministerial: estos son los ministros que saldrían
Al cónclave se llegó con la expectativa de que se abordara el remezón ministerial. Sin embargo, oficialmente poco se habló de política y se centró más en la discusión técnica.
Pero en los pasillos la salida de al menos seis ministros y un director de entidad fue un tema abordado ampliamente.
De las 19 carteras del Ejecutivo, se prevé la salida de seis ministros que aspirarían en las elecciones del 2026. Algunos tendrán aspiraciones presidenciales, mientras que otros buscarían una curul en el Congreso.
La salida de Juan Fernando Cristo (Interior) y Luis Gilberto Murillo (Relaciones Exteriores) son casi un hecho. También ha tomado fuera la posibilidad de una renuncia de Mauricio Lizcano (TIC).
Mientras que Susana Muhamd (Medio Ambiente) y Guillermo Alfonso Jaramillo (Salud), dos petristas 'purasangre', continúan meditando si aspiran en el 2026.
En las últimas horas tomaron fuerza versiones sobre la renuncia Andrés Camacho (Minas y Energía), quien aspiraría el Senado.
Pero no solo dejarían el gabinete ministros, también algunos directores de entidades. Por ejemplo, es casi segura la renuncia de Gustavo Bolívar (Departamento de Prosperidad Social). Las salidas serán antes de marzo, fecha límite para evitar inhabilidades.
MATEO GARCÍA
Subeditor de Política