En Colombia no para de llover día y noche y esto implica que se puedan mover lodo y tierra y colapsar la movilidad en diferentes regiones. Las tormentas eléctricas y aguaceros que están durando horas han obligado a que en los departamentos se aumente la declaratoria de calamidad pública y alerta roja en diferentes municipios.
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En Chocó, el departamento más afectado del país, siguen llegando las ayudas desde todo el país. Incluso, el presidente Gustavo Petro y el director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), Carlos Carrillo, visitaron los lugares más golpeados. Mientras tanto, la costa Caribe se prepara para el paso de una nueva tormenta tropical: Sara.
La UNGRD anunció este jueves –tras una reunión del puesto de mando unificado– un plan de respuesta para atender las emergencias en Chocó, que tiene a más del 80 por ciento de sus municipios afectados por inundaciones. Serán $ 12.000 millones para financiar obras que permitan reducir el riesgo y evitar emergencias como las actuales.
La inversión se distribuirá a través de dos fondos de inversión colectiva (FIC), con 8.000 millones asignados para el departamento en general y 4.000 millones para Quibdó.
En este contexto, el director de la UNGRD también reveló la reactivación del proyecto de reasentamiento y construcción de 168 viviendas de interés social rural en el corregimiento de Pogue, municipio de Bojayá, una de las zonas más afectadas por las inundaciones. En este municipio, asegura la Gobernación, hay 2.414 familias, conformadas por 12.070 personas, que lo perdieron todo.
Se espera que en un plazo de cinco meses se presente un anteproyecto tanto a la UNGRD como a la comunidad de Bojayá. Este esfuerzo cuenta con un terreno proporcionado por la comunidad y un presupuesto proyectado de 17.000 millones de pesos para los estudios y 50.000 millones para la construcción y el urbanismo.
Asimismo, la llegada de asistencia humanitaria ha sido otra prioridad durante la visita del jefe de Estado. El miércoles se recibieron ocho toneladas de ayuda humanitaria en el aeropuerto El Caraño, de Quibdó, y se están trasladando por tierra 10.000 kits desde Bogotá.
El presidente Petro también estuvo este 14 de noviembre en la Alta Guajira. Llegó al corregimiento de Nazareth, donde se vive una de las peores situaciones del departamento, pues por las lluvias todo se cubrió de lodo y las vías de acceso quedaron intransitables. En consecuencia, ya se registra desabastecimiento de alimentos y no hay servicio de energía eléctrica.
Según datos de la UNGRD, allí hay más de 3.000 familias damnificadas. El jefe de Estado habló con algunos de ellos para revisar cuáles son sus necesidades más urgentes y brindarles el apoyo institucional.
Un apoyo semejante recibió Santa Marta, pues la UNGRD llevó desde Mosquera, Cundinamarca, kits de asistencia humanitaria de emergencia para más de 200 familias damnificadas de los barrios Nacho Vives y San Fernando.
En total, en la capital del Magdalena entregaron 201 kits de aseo, 150 toldillos y 603 colchones con sus sábanas.
Entre tanto, en Valledupar no escampa y también hay vías bloqueadas por deslizamientos derivados de las precipitaciones.
El recrudecimiento del temporal se extiende a las comunidades indígenas que hacen parte del resguardo Kakuamo de los sectores rurales de Guatapurí, Chemesquemena, Atánquez, Las Flores, Murillo, Rancho de la Goya, Los Haticos, Ramalito, El Mojao, La Mina, Laureles, entre otras regiones. Esto obligó a la comunidad indígena declarar emergencia ambiental, cultural, económica y social.
Y más al oriente, en Santander, la situación comienza a preocupar a las autoridades locales porque los municipios en emergencia van en aumento, son ya 38 en alerta roja, 43 en alerta naranja y 53 declararon la calamidad pública. Los lugares más complejos y con riesgos grandes de emergencias son la provincia de Soto Norte, donde hay riesgo de una avalancha en Charta, San Joaquín y San Vicente de Chucurí.
“Estamos en alerta máxima en Santander, el domingo vendrá el director Carrillo para hacer un recorrido para revisar obras de mitigación para que no vayamos a tener tragedia ni ahora ni más adelante”, le dijo ayer a EL TIEMPO el gobernador Juvenal Díaz.