Tras las renuncias de David Luna y Humberto de la Calle al Congreso y a sus partidos, Cambio Radical y Verde Oxígeno, respectivamente, las versiones de nuevas salidas se acrecentaron en la última semana. Se ha hablado de que seguirían ese mismo camino Jonathan Ferney Pulido Hernández, más conocido como Jota Pe Hernández, y Miguel Polo Polo.
Tanto los que ya renunciaron como los que presentarían su carta en los próximos días tendrían en común una aspiración presidencial. Luna ya lo confirmó, al igual que Polo Polo, en los otros casos son versiones. Por los lados de De la Calle, cobró fuerza esa posibilidad pues dejó claro que se apartaba de su colectividad con miras a 2026. Tenía serios choques con Ingrid Betancourt, directora del partido que fue resucitado bajo la misma sentencia del Nuevo Liberalismo.
Más allá del posible éxito o no de las aspiraciones y si estas precandidaturas presidenciales tendrían como objetivo final apostarle nuevamente al Legislativo, las renuncias evidencian las dudas que hay al interior del Congreso sobre el éxito del acto legislativo que habilitaría el transfuguismo.
Los alcances del proyecto y su futuro
Actualmente, un congresista que se cambia de partido no puede mantener la curul que ostentaba. Asimismo, para no inhabilitarse para las próximas elecciones debe renunciar al escaño un año antes del proceso electoral en el que quiere participar con una colectividad diferente. De no hacerlo, incurriría en doble militancia. Pero ese proyecto busca que por una vez en el cuatrienio un legislador no se vea afectado por dicha figura y pueda pasar de un partido a otro sin consecuencias.
La iniciativa en cuestión entra a reformar la Constitución y ya tuvo su primera vuelta el semestre pasado. Sin embargo, la segunda vuelta sería más difícil de lograr pues debe conseguir en cada uno de sus cuatro debates una mayoría calificada. Esto hace más complejo que pueda aprobarse y el ambiente actualmente no estaría tan favorable como a finales de 2024.
La propuesta era de sumo interés para varios sectores, pues permitía una reorganización de las fuerzas en el Congreso, pues varios legisladores han mostrado serias diferencias ideológicas con los partidos que los avalaron. Además, le era funcional al Pacto Histórico, pues ante la negativa de algunos de sus partidos a unirse en una sola personería, era la herramienta ideal para que perfiles como María José Pizarro, David Racero y Heráclito Landinez participaran de ese proyecto común a pesar de que el Mais –su partido- no quería participar de él.
Las condiciones cambiaron. Por ejemplo, la coalición de izquierdas avanzó en acuerdos y ya hay compromisos adquiridos para fusionar sus personerías en una sola. El Mais avaló una escisión que dejó en libertad a tres de los perfiles con más reconocimiento adentro del Pacto (Pizarro, Racero, Landinez). De esta forma, el transfuguismo no le sería tan favorable a este sector. Incluso, podría retrasar el proyecto de convergencia en un partido único. Por eso, ya no estarían tan interesados.
Por otro lado, en Senado, las votaciones de la iniciativa no fueron tan holgadas como se esperaban y al necesitar mayoría calificada en esta segunda vuelta, su trámite podría complicarse. Necesitan 2/3 de los votos de cada comisión y plenaria, lo que complicaría su panorama.
Con todo este escenario adverso, es muy probable que transfuguismo no pase y de esta forma, si no renuncian antes de marzo, los congresistas quedarían obligados a volver aspirar por sus mismos partidos o no participar en los comicios de 2026 para buscar colectividades más afines.
¿Por qué los beneficiaba el transfuguismo?
Todos los congresistas mencionados al inicio tenían en común las dificultades que tienen al interior de su partido. En el caso de David Luna, aunque era afín a las posiciones de su colectividad, la posibilidad de que Germán Vargas Lleras se lanzara a la Presidencia les cerraba el camino a dichas aspiraciones. En cuanto a Humberto de la Calle, era difícil que pudiese obtener el aval del partido de Ingrid Betancourt, cuando este renunció a dicha colectividad a comienzo de cuatrienio y regresó por una decisión del CNE.
Por los lados de Polo Polo, su colectividad, el Partido Ecologista, recibió la personería gracias a su elección por una curul afro. Sin embargo, estos partieron caminos rápidamente: mientras que el representante es de oposición -reconocido por sus posiciones controvertidas-, el partido se declaró de Gobierno. De esta forma, para 2026, habría pocas posibilidades de que el cuestionado representante obtuviera un aval para regresar al Congreso o aspirar a la Presidencia.
En cuanto a Pulido Hernández, también ha mostrado posiciones divergentes frente a la mayoría de la Alianza Verde. Por lo mismo, tampoco sería fácil que tuviese el reconocimiento de la colectividad para aparecer en los tarjetones de 2026.
JUAN SEBASTIÁN LOMBO DELGADO
Redacción política