Nicolás Echavarría se tomó un par de días para descansar y para asimilar un título que le da un impulso enorme a su carrera. Después de las dos victorias de Camilo Villegas en los playoffs de la FedEx Cup de 2008, lo hecho por el antioqueño en el Zozo Championship es el triunfo más importante del golf colombiano en el PGA Tour.
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Es que Nico no le ganó a cualquiera. Salvo Scottie Scheffler y Rory McIlroy, lo mejor del circuito estaba en un torneo que no tiene corte y que estaba lleno de nombres ilustres, como Collin Morikawa, Hideki Matsuyama, Rickie Fowler y Justin Thomas, justamente a quien relegó al segundo lugar en el hoyo 72 del torneo con un espectacular birdie.
La emoción de Nico llegó hasta las lágrimas: apenas pudo, llamó a sus papás, Ana María y Emilio, y rompió en llanto, festejando a la distancia. “Fue la primera llamada, quería compartir con ellos eso tan bonito, ya que no estaban ahí. Los saludé y empecé a llorar de la emoción, es el esfuerzo que han puesto no solo en mí, sino en mis hermanos. Fue muy lindo, no estaba planeado, son emociones que uno no es capaz de controlar”, reconoció Nico en una rueda de prensa virtual que dio ayer desde su casa en Jacksonville (Florida), luego de un largo regreso desde Tokio.
El octavo triunfo del golf colombiano en el PGA Tour, y el segundo de Echavarría tras ganar el Puerto Rico Open, además de asegurarle dos años de tarjeta, lo mete a dos majors, el Masters y el PGA Championship.
“Fue muy especial, fue muy diferente a lo de Puerto Rico. Allá, el 18 también fue un par 5, pero podía hacer bogey para ganar. Acá tenía que hacer birdie para ganar o tener la oportunidad de un playoff. Estaba entre pegar drive o madera 3. El sábado pegué un drive perfecto e hice águila. Esta vez pegué madera 3 y quedo en posición perfecta. Max (Greyserman) quedó en rough y a Justin casi se le va a bunker”, explicó. “Fue muy gratificante haber conseguido esta victoria y haberles ganado a tantos monstruos”, agregó.
Echavarría ha venido trabajando tanto en el juego como en lo mental, en una temporada en la que ha ido ganando consistencia. En este torneo en Japón se vio muy sólido los cuatro días.
“Uno va encontrando herramientas, maneras y soluciones en la ronda. Vengo trabajando con Iván, mi psicólogo, y había que encontrar soluciones cuando algo no está saliendo bien. Es muy fácil no sentirse cómodo el último día, pero tuve la tranquilidad. Hubo hoyos que fueron claves: el par del 9 o el bogey del 14, a pesar de que la gente no lo entendiera. La mayor diferencia fueron los par 3, yo termino -2. Jugué sólido con los hierros, esa fue la clave para ganar el torneo”, explicó.
En este torneo, Nico no pudo contar con su cadi, Fabián Azcárate, a quien califica como “mi amigo y casi mi hermano”. No pudo ir a Japón por un tema de visado y en su lugar estuvo Reynolds Robinson, quien le ayudó también a tener tranquilidad.
“Tuvimos buena química, buena energía, lo conocía como una buena persona, ya conocía el campo del año pasado. Tuve buena empatía con él, me ayudó bastante a estar tranquilo, a no distraerme cuando hubo momentos difíciles. Estoy contento no solo por mí, sino también por él: fue su primera victoria como cadi, tiene 54 años y lleva 20 cargando palos”, recalcó.
Echavarría, que se alista para jugar la próxima semana en Los Cabos (México), donde el año pasado fue segundo Camilo Villegas, espera cerrar bien la temporada para meterse entre los 60 primeros de la FedEx Cup. Hoy está de 65.
“Sin duda, somos menos ahora, pero somos significativos. (Jhonattan) Vegas ganó este año y ya tiene cuatro victorias, Emiliano (Grillo) ganó el año pasado, Camilo ganó el año pasado, yo gané el año pasado, Cristóbal del Solar entra el otro año. Esperemos qué pasa con el otro Tour. Los que estamos, lo estamos haciendo bien y es chévere que entre todos los latinos nos juntemos para sacar adelante el golf de la región”, dijo.
José Orlando Ascencio
Subeditor de Deportes
@josasc