Con ayuda del estado, un importante proveedor de servicios digitales en Florida, Estados Unidos, lanzó un programa para ayudar a las personas encarceladas a terminar los estudios y obtener un diploma de escuela secundaria utilizando las tabletas de la compañía.
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Aunque muchas personas encuentran en la educación virtual distintos problemas, desde la conectividad hasta la imposibilidad para concentrarse, el nuevo programa que utiliza este método promete grandes resultados para los internos en el extremo sureste del país, según informó el medio WFLA de Tampa.
Recientemente, la compañía ViaPath anunció una nueva alianza con Promising People, una empresa de tecnología educativa, y American High School, una escuela privada en línea con sede en el sur de Florida, para permitir a los reclusos inscribirse en clases virtuales y, de este modo, acceder a la posibilidad de estudiar y educarse, lo que tendría un impacto definitivo en la sociedad floridana.
De esta manera, las clases asincrónicas estarán disponibles de forma gratuita en las 700.000 tabletas de la compañía, de las cuales 2.000 ya están siendo utilizadas en distintas unidades penitenciarias del estado. "Si obtienes un diploma de secundaria, obtienes una educación secundaria junto con algunos oficios y habilidades. La probabilidad de que vuelvas a nuestras prisiones es muy pequeña", manifestó en declaraciones oficiales Tony Lowden, director de Impacto Social de la empresa implicada.
Los impactos de la educación para los presos
Un estudio publicado por la Corporación RAND reveló que la educación disminuye drásticamente los niveles de reincidencia en delitos, de lo que se desprende que por cada dólar invertido en educación en las cárceles podría ahorrar entre cuatro y cinco dólares en costos de reingreso.
La utilización de las tabletas será completamente gratuita, pero las funciones en los dispositivos estarán limitadas por razones de seguridad, impidiendo que los reclusos creen notas para evitar que se comuniquen de manera encubierta.
Los defensores de la educación en los sistemas carcelarios exigieron en reiteradas ocasiones más acceso para prepararse para la liberación, y la situación es particularmente acuciante en Florida, en donde 1.339 reclusos obtuvieron un GED en 2022, es decir, menos del 2 por ciento de la población carcelaria del estado.