MARANELLO, Italia — Deslizándose sobre transportistas robóticos, una línea de chasises Ferrari maniobra por una nueva fábrica en el norte de Italia. En cada estación, ingenieros vestidos con uniformes rojo cereza añaden un componente —un bloque de motor, un tablero, un volante— mientras transforman las carrocerías en vehículos híbridos. A continuación: totalmente eléctrico.
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Mucho está en juego en el “edificio electrónico” de Ferrari de 200 millones de euros, que entró en operación en junio y tiene casi el doble del tamaño del Coliseo de Roma. La fábrica tiene como objetivo llevar al fabricante de automóviles deportivos de 77 años, conocido por el sonoro zumbido de sus motores a gasolina, a la era de la electrificación. Pero el esfuerzo llega en un momento precario para la industria automotriz. La transición a los vehículos eléctricos, que se suponía rápidamente marcaría el comienzo de una era de transporte amigable con el clima, se ha visto constreñida por costosas inversiones y una desaceleración de la demanda.
Otras armadoras de lujo han tenido dificultades para pasar a la electricidad: Mercedes-Benz y Lamborghini han reducido sus ambiciones. Y Tesla reportó una caída de ventas en el segundo trimestre, mientras que Ford dijo en abril que cambiaría la producción a más híbridos a medida que se acumulaban las pérdidas en los VEs.
Aún así, Ferrari ve una oportunidad en la inevitable marcha hacia la electrificación para llegar a un nuevo consumidor: el ambientalista rico. Tiene la intención de presentar su primer modelo totalmente eléctrico en el cuarto trimestre del 2025 y ha contratado a LoveFrom —la agencia fundada por Jony Ive, ex director de diseño de Apple, y el diseñador industrial Marc Newson— para pulir la apariencia del auto.
Hay mucho misterio en torno al automóvil aún sin nombre, incluyendo el rango de la batería, el aspecto, la producción o el precio.
“Vale la pena observar si un VE Ferrari puede mantener el tipo de prima de precio que asociarías con un Ferrari”, dijo Martino de Ambroggi, analista automotriz en Equita, un banco de inversión en Milán. “A menudo, la compra de un Ferrari también es considerada una especie de inversión. Sólo después de unos años veremos si esa inversión en un Ferrari eléctrico se mantiene”.
Benedetto Vigna, director ejecutivo de Ferrari, dijo que la compañía iniciaría la producción de vehículos eléctricos a gran escala a principios del 2026. Para el 2030, los autos eléctricos e híbridos representarán hasta el 80 por ciento de la producción anual de Ferrari. Mientras tanto, el edificio electrónico producirá dos modelos: el SF90 Stradale, un híbrido enchufable, y el Purosangue de motor de combustión.
Las ganancias de Ferrari están al alza. Hay una espera de tres años para algunos modelos. El éxito de Ferrari en la pista de Fórmula 1 también ha dado lugar a un lucrativo negocio de patrocinio corporativo y mercancías que la ha transformado en una marca de lujo con un estilo deportivo. Vigna ve el vehículo eléctrico como parte de la estrategia de crecimiento de la empresa.
Pero, ¿se verá, se manejará y sonará como el Ferrari clásico, o tendrá el discreto gemido de la mayoría de los autos eléctricos?
“Hay formas de garantizar que la emoción transmitida al conducir un Ferrari eléctrico sea la misma que cuando conduces un híbrido o cuando conduces un Ferrari térmico”, aseguró Vigna.