Desde la efervescente vida urbana de Nueva York hasta la serenidad del pueblo Garzón en Uruguay, la vida de Amber Wright y su familia se ha convertido en una historia de contrastes y oportunidades redescubiertas. Tras una primera visita que capturó su corazón hace una década, la pandemia fue el detonante definitivo para que Amber y su familia tomaran la decisión de mudarse en busca de una vida más plena y segura.
Fue en Garzón donde encontró la inspiración para emprender un proyecto personal Foto:IG @amberstarwright
“Mi esposo y yo visitamos Garzón por primera vez hace casi diez años. Nunca olvidaré la paz que sentí al caminar por el pueblo al atardecer. Con amplios espacios abiertos, caballos, pájaros y muy pocas personas, fue el contraste con Nueva York que necesitaba”, relató Amber a El País.
La decisión de mudarse llegó impulsada por el deseo de ofrecer a sus hijas un entorno donde pudieran crecer con libertad y seguridad. “Las restricciones en Nueva York nos hicieron darnos cuenta de que necesitábamos estar en un lugar como Garzón, donde nuestras hijas pudieran tener libertad y seguridad. Nos mudamos cuando mi hija mayor tenía cinco años y la menor, dos”, explicó.
La adaptación de la familia ha sido notablemente positiva. Las hijas de Amber disfrutan de una infancia idílica, paseando solas por la plaza, montando bicicletas y socializando en su nuevo idioma, el español.
“Visitan a los vecinos, han aprendido español y hecho amigos aquí. Van a una escuela en La Barra y también tienen una vida fuera del pueblo. Estoy orgullosa de ellas y de cómo se han adaptado”, dijo Amber.
Antes de su mudanza, Amber estaba profundamente involucrada en la industria de la moda en Nueva York, gestionando la producción de marcas privadas y viajando constantemente al extranjero. Sin embargo, fue en Garzón donde encontró la inspiración para emprender un proyecto personal muy especial: La Casa de las Hermanas. Este espacio, situado en La Pulpería, un edificio histórico en la plaza del pueblo, no solo ofrece productos únicos sino que también se ha convertido en un centro cultural vibrante para la comunidad local.
Las hijas de Amber disfrutan de su infancia paseando solas por la plaza o montando bicicletas. Foto:IG @amberstarwright
“La Casa de las Hermanas es una boutique estacional dedicada a celebrar la creatividad y la artesanía de diseñadores, artistas y artesanos sudamericanos. Comenzar este proyecto me permitió conectar conmigo misma y con otros, con la esperanza de que sirviera como una plataforma vibrante para la expresión”, cuenta Amber.
La tienda, abierta de jueves a domingo de 12 a 19 horas, alberga una selección diversa que incluye cerámicas, ropa, artículos vintage, tejidos y arte.
Además de ser un proyecto personal, La Casa de las Hermanas es un esfuerzo familiar. “Es común que mis dos hijas estén jugando detrás del mostrador, mientras que mi esposo, conocido en el pueblo como ‘DJ Hombre Luna’, pone música en las fiestas de baile semanales que animan el espacio”, agrega Amber.
Esta mudanza no solo ofreció a la familia Wright un nuevo estilo de vida, sino también oportunidades inesperadas de crecimiento personal y comunitario.
“Me encanta estar aquí y experimentar la vida a través de los ojos de mis hijas. Este lugar nos ha regalado libertad, seguridad y un ritmo de vida que nunca imaginé posible en Nueva York”, concluyó Amber.
Con su nueva vida en Garzón, la familia Wright ha encontrado un refugio lleno de paz, creatividad y nuevas oportunidades, mostrando el poder transformador de un cambio de entorno y de perspectiva.
El País (Uruguay) / GDA
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El País (GDA), y contó con la revisión de la periodista y un editor.